Viernes, 9 ago (RV).- Han pasado quince años desde que Juan Pablo II erigiera la Fundación
“Populorum Progressio” confiándola a la responsabilidad del Consejo Pontificio
Cor Unum,ydedicada a promover la misión de la Iglesia sosteniendo
iniciativas específicas en favor de las poblaciones indígenas, campesinas y afroamericanas
de los Países latinoamericanos y caribeños.
Precisamente hoy Naciones Unidas
ha celebrado el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, con el fin de fortalecer
la cooperación internacional para la solución de los problemas con que se enfrentan
los pueblos indígenas en esferas tales como los derechos humanos, el medio ambiente,
el desarrollo, la educación y la salud.
Este mismo era el pensamiento de Juan
Pablo II al instituir la Fundación “Populorum Progressio”. El Papa, como recordó
Benedicto XVI el pasado mes de junio, pensaba en los pueblos que, amenazados en sus
costumbres ancestrales por una cultura postmoderna, pueden ver destruidas sus propias
tradiciones, tan dispuestas a acoger la verdad del Evangelio. La Fundación es fruto
de la gran sensibilidad que Juan Pablo II demostraba por los hombres y mujeres que
más sufren en nuestra sociedad. Este trabajo, emprendido hace quince años, debe continuar
siguiendo los principios que han distinguido su empeño en favor de la dignidad de
todo ser humano y de la lucha contra la pobreza.
Pese a que en los últimos
decenios se han realizado algunos progresos en la esfera del reconocimiento jurídico
de los derechos de los pueblos indígenas a la protección y el control de sus tierras,
territorios y recursos naturales, en la práctica ese reconocimiento no siempre se
ha traducido en realidad, como señala la ONU. Entre las amenazas a las tierras y territorios
indígenas cabe citar la extracción de minerales, la explotación forestal, la contaminación
ambiental, la privatización y los proyectos de desarrollo, la clasificación de tierras
como zonas protegidas y reservas de caza, el uso de semillas modificadas genéticamente
y la tecnología y la producción de cultivos comerciales con técnicas de monocultivo.
Según
las estimaciones de Naciones Unidas, hay más de 370 millones de personas indígenas
en unos 70 países de todo el mundo. Si bien provienen de diversas regiones geográficas
y tienen antecedentes culturales distintos, comparten rasgos comunes como la falta
de atención básica de salud; limitado acceso a la educación; falta de control sobre
la tierra; pobreza extrema; desplazamiento; violaciones de los derechos humanos; y
marginación económica y social.
Para apoyar y ayudar a los indígenas de todo
el mundo la Fundación “Populorum Progressio” trabaja mano a mano con el Foro
Permanente para las Cuestiones Indígenas, establecido por el Consejo Económico y Social
de las Naciones Unidas en julio de 2000. Dicho Foro presta asesoramiento especializado
y formula recomendaciones sobre las cuestiones indígenas al sistema de las Naciones
Unidas por conducto del Consejo Económico y Social; difunde las actividades relacionadas
con las cuestiones indígenas y promueve su integración y coordinación dentro del sistema
de las Naciones Unidas. El Foro Permanente está integrado por dieciséis expertos independientes,
que actúan a título personal. El Consejo Económico y Social nombra a los miembros,
ocho de los cuales son propuestos por gobiernos y ocho propuestos directamente por
las organizaciones indígenas en sus regiones.
Los esfuerzos por destacar las
cuestiones indígenas a nivel intergubernamental e internacional comenzaron en 1923
cuando el Jefe Deskaheh de la Nación Cayuga fue a Ginebra para hacer uso de la palabra
en la Liga de las Naciones y defender el derecho de su nación a vivir en su tierra,
regida por sus propias leyes y su propia fe. El Líder maorí Ratana hizo el mismo viaje
a Ginebra en 1924 para dar a conocer el caso de su pueblo. Aun cuando no se les permitió
dirigir la palabra a la Liga de las Naciones, su clarividencia inspiró a las generaciones
venideras. La participación de los pueblos indígenas en los debates y programas que
les afectan es una prioridad absoluta para el Foro Permanente. Se ha establecido un
Fondo Fiduciario para el Segundo Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del
Mundo con objeto de otorgar pequeñas subvenciones para proyectos que se centren en
la cultura, la educación, la salud, los derechos humanos, el medio ambiente y el desarrollo
social y económico de los pueblos indígenas, y que estén a su cargo.
Poco
a poco se va tomando conciencia de la importancia de la pertenencia a una tierra,
a una cultura y a unas tradiciones, de ahí que el ser indígena sea una cuestión de
orgullo y no un “calificativo” considerado negativo, nosotros podemos hacer que esto
sea así.