Prosigue la misión del cardenal Martino en el norte de Uganda
Martes, 7 ago (RV).- Prosigue la misión en Uganda del cardenal Renato Rafaele Martino,
presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, que se ha reunido en Kampala con
una nutrida delegación de misioneros, con los que ha hablado del drama de los ex niños-soldado,
“una cuestión -ha dicho el cardenal- que no se puede considerar cerrada porque han
cesado las hostilidades en un país donde recientemente estos niños estuvieron comprometidos
en acciones bélicas”.
El purpurado ha manifestado el deseo de que haya un mayor
compromiso por parte de la comunidad internacional a la hora de afrontar esta emergencia
que todavía hoy es una cuestión abierta en muchos otros países donde las negociaciones
no han garantizado una justa reinserción de los excombatientes en la sociedad civil.
“No es suficiente alarmarse cuando un joven toma un fusil -ha señalado el cardenal
Martino- es menester también levantar la propia indignación ante tanta juventud que
después de innumerables sufrimientos, termina en la calle condenada a la marginación.
Comentando
esta situación el cardenal Martino ha subrayando que “los ex niños-soldado necesitan
solidaridad. Es importante comprometerse para que verdaderamente puedan gozar de una
sana instrucción y del consiguiente acompañamiento para entrar, con todos los derechos,
en el mundo del trabajo. Según el presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz
los cooperantes internacionales deben comprometerse en garantizar líneas de financiación
adecuadas para los proyectos de rehabilitación de los excombatientes.
El cardenal
se encuentra ya en el distrito septentrional de Gulu, en el norte de Uganda, para
proseguir su visita como estrecho colaborador del Papa Benedicto XVI en los campos
de prófugos, donde viven aún algunas de las víctimas de la sangrienta guerra civil
que, desde finales de los años 80 ha causado muerte y destrucción en el norte de Uganda.
Asimismo el cardenal ha expresado su aprecio por el esfuerzo realizado por el gobierno
de Kampala en el campo de las negociaciones, que han llevado a los rebeldes del llamado
Ejército de Resistencia a deponer las armas. El purpurado ha puesto en evidencia que
“la verdadera paz exige un renovado esfuerzo contra la miseria que atenaza el norte
de Uganda”.