Encuentro del Papa con el clero de las diócesis de Belluno y Treviso
Miércoles, 25 jul (RV).-«La mejor forma de anunciar a Dios es vivir una vida de amor
testimoniando a Cristo», afianzados en la Iglesia «que no busca triunfalismos». La
dignidad de la vida humana, el diálogo respetuoso con las religiones, el matrimonio,
la familia y la juventud. El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de
nuestra emisora, nos sintetiza el encuentro de ayer de Benedicto XVI con 400 sacerdotes.
Pasado
mañana, por la tarde, Benedicto XVI se trasladará al Palacio Pontificio de Castelgandolfo,
cerca de Roma, concluyendo así su estancia de verano en Lorenzago de Cadore. Donde,
desde el pasado lunes 9 de julio, está transcurriendo unos días de descanso, oración
y reflexión.
Días que - como él mismo decía ayer - le han servido para «descansar
también el alma». Precisamente ayer, en el marco de sus vacaciones y alejado de compromisos
oficiales, el Santo Padre mantuvo un cordial encuentro con unos 400 sacerdotes de
las diócesis italianas de Belluno y Treviso.
Benedicto XVI fue respondiendo
a diez preguntas que le formularon otros tantos sacerdotes, en nombre de todos, sobre
los principales desafíos pastorales que se presentan en la actualidad. Y, en sus respuestas,
el Pontífice puso de relieve que «la mejor forma de anunciar a Dios es la de vivir
una vida de amor testimoniando a Cristo», afianzados en la Iglesia «que no busca triunfalismos».
El Papa recordó la importancia de «escuchar la voz de la vida humana y de
su dignidad», de impulsar el diálogo respetuoso con las religiones, de conciliar «misericordia
y verdad», en particular en lo que respecta al matrimonio y a la familia y de dedicar
una gran atención a la formación de la juventud. Como ha declarado ante nuestros micrófonos
el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de nuestra emisora, P. Federico
Lombardi:
«Diez preguntas formuladas por diez sacerdotes que han abarcado varios
temas. El problema de la formación de los jóvenes y de su conciencia moral, los problemas
de la vida sacerdotal, las prioridades del ministerio en la situación actual de la
pastoral. Pero también otros de importante actualidad como la evangelización y el
diálogo. El diálogo respetuoso con las otras religiones, en un contexto de fuerte
inmigración, pero también el tema – siempre delicado y que interesa a muchas personas
y a tantos sacerdotes – de la situación de los divorciados vueltos a casar o de los
que conviven, cómo conciliar misericordia y verdad. Luego, el tema del Concilio y
de la fidelidad al Concilio y a su espíritu. Temas, pues, muy amplios y variados que
el Papa ya ha afrontado otras veces en sus intervenciones y en sus documentos y que
volvió a enfocar con eficaz y cordial claridad, por lo que los sacerdotes presentes
pendían verdaderamente de sus palabras».