Ángelus: Benedicto XVI recuerda que el Evangelio de hoy despierta en todos los bautizados
la conciencia de ser misioneros de Cristo llamados a preparar el camino con las palabras
y con el testimonio de la vida
Domingo, 8 jul (RV).- Recordando el Evangelio de hoy, el Santo Padre ha señalado,
durante su alocución previa al rezo mariano del Ángelus, el momento en el que Jesús
envía a setenta y dos discípulos a las localidades que luego Él visitará. Como recuerda
el propio Jesús: “La mies es mucha, y los obreros pocos” (Lc 10,2). Por eso les envía
de dos en dos para que se ayuden mutuamente y den testimonio del amor fraterno, y
al mismo tiempo les advierte que serán “corderos en medio de los lobos”, por lo que
tendrán que mostrarse pacificadores en todo momento dando a conocer su mensaje de
paz.
Les envía, ha proseguido el Pontífice, sin vestidos ni dinero, para que
vivan de lo que la Providencia les ofrezca; curarán a los enfermos, como signo de
la misericordia de Dios; y de donde sean rechazados se irán, limitándose a poner en
guardia sobre la responsabilidad de rechazar el Reino de Dios. En este sentido ante
la alegría de los Apóstoles por los buenos frutos de la misión Jesús les dice: “No
os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén
escritos en los cielos” (Lc 10,20). “Este Evangelio –ha exhortado Benedicto XVI- despierta
en todos los bautizados la conciencia de ser misioneros de Cristo llamados a preparar
el camino con las palabras y con el testimonio de la vida”.
En su último día
de estancia en Roma, antes de viajar mañana a la localidad del norte de Italia de
Lorenzago di Cadore, el Santo Padre Benedicto XVI ha exhortado, a los fieles congregados
en esta calurosa mañana en la plaza de San Pedro del Vaticano, a descansar para retomar
las energías necesarias para seguir trabajando: “El aire de la montaña me hará bien
y espero poder dedicarme con mayor libertad a la reflexión y a la oración. Os deseo
a todos, especialmente a quienes tienen mayor necesidad, que podáis disfrutar de unos
pocos días de vacaciones, para restablecer las energías físicas y espirituales, y
recuperar un contacto saludable con la naturaleza. La montaña en particular, evoca
la ascensión del espíritu hacia lo alto, la elevación hacia la ‘medida alta’ de nuestra
humanidad, que por desgracia la vida cotidiana tiende a bajar”.
A su llegada
a la localidad de Lorenzado di Cadore, el Pontífice será recibido por el obispo de
Treviso en la casa que acogió a Juan Pablo II. Precisamente, recordando a su predecesor,
Benedicto XVI ha evocado el quinto Peregrinaje de los jóvenes a la Cruz del Adamello,
donde Juan Pablo II viajó en dos ocasiones, y que ha tenido lugar estos días culminando
con una Misa celebrada a unos 3.000 metros de cota: “Al saludar al arzobispo de Trento
y al secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, así como a las autoridades
trentinas, renuevo la cita con todos los jóvenes italianos para los próximos 1 y 2
de septiembre en Loreto”.
Por último el Pontífice ha pedido a la Virgen María
que nos proteja siempre, “tanto en la misión como en el justo reposo, para que podamos
desarrollar nuestro trabajo con felicidad y con frutos en la viña del Señor”. Y como
es tradicional, tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos,
el Santo Padre ha saludado en varios idiomas a los fieles presentes en la plaza de
San Pedro.
En inglés, Benedicto XVI ha recordado -haciendo referencia al torneo
internacional de balonmano que se está celebrando en la localidad italiana de Teramo-
la importancia del deporte como transmisor de la paz y la unión entre culturas. Mientras
que en polaco el Pontífice ha dirigido su pensamiento a todas aquellas personas que
no pueden dejar su trabajo, de modo especial los agricultores: “espero que podáis
disfrutar de los frutos de vuestra fatiga –les ha dicho el Santo Padre- En este trabajo
espero que podáis disfrutar de un periodo de descanso y de felicidad”. Por último
en español estas han sido las palabras que el Papa ha dirigido a los fieles: “Saludo con afecto
a los peregrinos de lengua española aquí presentes y a quienes se unen a través de
la radio y la televisión a esta oración mariana. Mañana comienza mi período de vacaciones.
Que vuestros días de merecido descanso sean también un momento propicio para alabar
a Dios y anunciar su Reino, tal como exhorta el Evangelio de hoy. ¡La paz esté con
vosotros! ¡Feliz verano!”