Jornada de oración en Colombia por la paz y la liberación inmediata de todos los secuestrados
Jueves, 5 jul (RV).- «Convocamos a nuestros fieles y a todos los hombres y mujeres
de buena voluntad a expresar públicamente sentimientos de solidaridad y un grito de
rechazo a toda forma de violencia, venga de donde viniere. Abrimos nuestros templos
para que todos podamos pedir al Príncipe de la paz, Jesucristo, esa paz que tanto
anhelamos». Con este mensaje, uniéndose al profundo dolor y al apremiante llamamiento
que Benedicto XVI reiteró el pasado domingo, los obispos de Colombia han convocado
para este jueves a todos los colombianos a rezar por la paz y la liberación inmediata
de todos los secuestrados.
La Conferencia Episcopal colombiana se une al dolor
manifestado por el Papa ante el bárbaro asesinato de once diputados del departamento
del Valle del Cauca, que durante más de cinco años estaban en poder de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia.
Sumándose también a las oraciones de sufragio
del Pontífice y al nuevo dolor que enluta a la amada nación colombiana, los obispos
de este país se hacen eco del reiterado y apremiante llamamiento de Benedicto XVI
«para que cese inmediatamente todo secuestro y sean devueltos al cariño de sus seres
queridos todos aquellos que son víctimas aún de semejantes e inadmisibles formas de
violencia».
Acompañando con gran solidaridad a las familias que sufren por
la absurda muerte de un ser querido y a las de los numerosos secuestrados, los obispos
de Colombia, «ante el profundo desprecio por la vida», proclaman una vez más «su carácter
sagrado en cuanto proviene del mismo Dios». Y defienden «la dignidad y los derechos
inalienables de la persona humana, entre ellos, el de la libertad en sus diferentes
formas».
Exigen «la liberación sin condiciones» de todas las personas secuestradas
y reiteran el ofrecimiento de sus buenos oficios para la entrega de los cuerpos de
los Diputados asesinados y del Mayor Guevara Castro quien falleció en cautiverio el
28 de enero del 2006. Pues «es un imperativo de humanidad que mitiga en parte, la
pena y el dolor de los familiares».
Asimismo, los obispos de Colombia piden
«insistentemente al Gobierno Nacional la realización de un acuerdo humanitario que
permita el regreso a sus hogares sanos y salvos de todos los injustamente privados
de la libertad». Y señalan que las FARC y el Ejército del Pueblo «deben comprender
el clamor de todo el pueblo colombiano».
Tras renovar su compromiso de «trabajar
con las comunidades para seguir buscando auténticos caminos de perdón, reparación,
reconciliación y verdad», los obispos de Colombia sienten la urgencia de convocar
a todos colombianos «para que denunciemos y rechacemos todos los crímenes e injusticias
que están destrozando paulatinamente la convivencia y el tejido social. Es hora de
superar el miedo, la indiferencia, el egoísmo, que nos hacen insensibles ante el dolor
ajeno y el conformismo propio de las víctimas sin esperanza».
En un mensaje
firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, los obispos afirman:
«Con Benedicto XVI proponemos estas consignas de paz: En la verdad, la paz - La persona
humana, corazón de la paz -La familia humana, comunidad de paz». Y ruegan a Nuestra
Señora de Chiquinquirá, Patrona de Colombia, que acompañe a todos los colombianos
en el dolor y les ayude a abrir nuevos caminos de esperanza y paz.