En el centenario del escultismo, el Papa destaca el ideal de ser constructores de
paz y los valores que caracterizan a sus integrantes
Lunes, 2 jul (RV).- Ante el centenario del primer campo scout organizado por Lord
Baden-Powel, que se celebrará el próximo 1 de agosto, el Santo Padre ha enviado una
carta al cardenal Jean Pierre Ricard, arzobispo de Burdeos y presidente de la Conferencia
Episcopal de Francia. Carta en la que Benedicto XVI recuerda al jesuita francés, Jacques
Sevin, que al terminar la primera guerra mundial fundó el escultismo católico.
Recordando
que el ideal de ser constructores de paz y las riquezas de los valores que caracterizan
a los scouts, se reforzaron afianzándose en el Evangelio, el Papa reitera que este
movimiento no es sólo un lugar de crecimiento humano verdadero, sino también una propuesta
cristiana y un impulso real para la maduración espiritual y moral, así como un auténtico
camino de santidad, como alentaba, precisamente el P. Jacques Sevin.
Tras hacer
hincapié en que «el sentido de responsabilidad que impulsa la pedagogía scout conduce
a una vida en la caridad y al anhelo de ponerse al servicio del prójimo, a imagen
de Cristo servidor», Benedicto XVI alienta a permanecer en la «gracia que Cristo dona,
en particular, por medio de los sacramentos de la Eucaristía y del perdón».
Junto
con todas las personas de buena voluntad que en Francia se han beneficiado de alguna
de las tres estructuras scout – entre las que se encuentra la de los Scouts y Guías
de Europa - Benedicto XVI expresa su alegría por la respuesta positiva de estas instituciones
ante el llamamiento que su predecesor pronunció en 1997. Cuando el Siervo de Dios
Juan Pablo II exhortó a una mayor unidad en el escultismo católico, en el respeto
de las sensibilidades de cada movimiento, en vistas de una mayor unidad en la misma
Iglesia.
El Santo Padre manifiesta su acción de gracias al Señor «por todos
los frutos que, a lo largo de un siglo, ha brindado el escultismo». Benedicto XVI
alienta a los movimientos Scouts de Francia, a los Scouts y Guías de Europa y a los
Scouts y Guías unitarios de Francia a «perseverar en el camino emprendido, apoyándose
los unos a los otros y colaborando entre ellos, para proponer a los chicos y chicas
de hoy una pedagogía que forje en ellos una personalidad firme y fundada en Cristo,
con el anhelo de vivir los elevados ideales de la fe y la solidaridad humana».