El Santo Padre subraya la necesidad de hacer todo tipo de esfuerzos para que católicos
y ortodoxos puedan superar las incomprensiones y la cerrazón que impiden la unidad
de la Iglesia
Sábado, 30 jun (RV).- Benedicto XVI después del rezo del Ángelus, recibió ayer en
el Palacio Apostólico del Vaticano a la Delegación ortodoxa del Patriarcado ecuménico
de Constantinopla presente en Roma en la festividad de los santos apóstoles Pedro
y Pablo. En un significativo discurso, el Papa dijo que es necesario todo tipo de
esfuerzo para que católicos y ortodoxos puedan superar las incomprensiones y la cerrazón
que impiden la unidad de la Iglesia.
“Superar aquellos prejuicios y aquellas
incomprensiones que derivan de siglos de separación para afrontar, en la verdad pero
con espíritu fraterno, las dificultades que nos impiden aún celebrar juntos la misa
eucarística”.
La imposibilidad de poder concelebrar la Eucaristía “es un
signo de que no hay todavía plena comunión” y por eso el Santo Padre quiere “con decisión
y lealtad” que se supere esta situación.
“Somos felices, por tanto, de que
el dialogo teológico haya emprendido su curso con renovado espíritu y vigor. El próximo
otoño la Comisión Mixta Internacional se encontrará para continuar el estudio sobre
una cuestión central y determinante como es la de las consecuencias eclesiológicas
y canónicas de la estructura sacramental de la Iglesia, en particular de la colegialidad
y de la autoridad en la Iglesia”.
“Todos deseamos -concluyó el Pontífice- que
católicos y ortodoxos encuentren en la base de la Sagrada Escritura y la tradición
de la Iglesia, propuestas y soluciones capaces de dar pasos significativos hacia la
plena comunión”.