Audiencia general: nuevo llamamiento del Papa a los líderes del G8 para que respeten
“las promesas de aumentar sustancialmente las ayudas para el desarrollo, a favor de
las poblaciones más necesitadas, sobre todo del continente africano''
Miércoles, 6 jun (RV).- Benedicto XVI ha dirigido hoy un nuevo llamamiento a los
líderes del G8 reunidos en la ciudad alemana de Heiligendamm'' para que respeten “las
promesas de aumentar sustancialmente las ayudas para el desarrollo, a favor de las
poblaciones más necesitadas, sobre todo aquellas del Continente Africano''.
Hoy
ha comenzado en Heiligendamm, Alemania, bajo la Presidencia de la República Federal
de Alemania, la Cumbre Anual de los Jefes de Estado y de Gobierno del G-8 – es decir
y los siete Países más industrializados del mundo más la federación Rusa. El pasado
16 de diciembre tuve la ocasión de escribirle a la Canciller Angela Merkel agradeciéndole,
en nombre de la Iglesia católica, la decisión de conservar en el orden del día del
G-8 el tema de la pobreza en el mundo, con particular atención a África. Ahora quiero
dirigir un nuevo llamamiento a los líderes reunidos en Heiligendamm, para que las
promesas de aumentar sustancialmente la ayuda al desarrollo se cumplan, en favor de
las poblaciones más necesitadas sobre todo las del Continente Africano.
El
Santo Padre ha indicado como méritos especiales la atención al segundo gran objetivo
del milenio: la educación primaria para todos antes de 2015. “En este sentido, una
especial atención merece el segundo gran objetivo del milenio: “el poder alcanzar
la educación primaria para todos, asegurar que cada muchacho y muchacha cumpla en
su totalidad el curso entero de la escuela primaria antes del 2015”. Este es parte
integral para alcanzar todos los demás objetivos del milenio; garantía de la consolidación
de los objetivos alcanzados; y punto de partida de los procesos autónomos y sostenibles
de desarrollo”.
Finalmente el Papa ha hablado del papel de las Iglesias cristianas
en este proceso educativo, donde a menudo suple las carencias de las estructuras oficiales
del estado: “No se debe olvidar que la Iglesia católica está siempre en primera línea
en el campo de la educación, llegando particularmente, en los Países más pobres,
allí donde las estructuras estatales muchas veces no alcanzan a llegar. Otras Iglesias
cristianas, grupos religiosos y organizaciones de la sociedad civil en los Países
más pobres comparten este compromiso educativo. Es una realidad que, en la aplicación
del principio de subsidiaridad, los Gobiernos y las Organizaciones internacionales
están llamados a reconocer, a valorizar y a sostener, también mediante la erogación
de contribución financiera. Esperemos que se trabaje con seriedad para que se alcancen
estos objetivos”.
En la serie de catequesis sobre las grandes personalidades
de la Iglesia antigua, Benedicto XVI ha centrado su alocución de este miércoles en
la vida y la obra de san Cipriano, primer obispo mártir africano del siglo III. Su
fama está enlazada con su rica actividad literaria y su gran actividad pastoral.
Tras
destacar que no desmayó en «promover la disciplina» de la comunidad cristiana, el
Papa ha recordado que san Cipriano fue un «firme defensor de las sanas tradiciones
de la Iglesia africana, caracterizándose siempre por su profunda humanidad, en fidelidad
al auténtico espíritu evangélico. Invitando a los cristianos a la ayuda fraterna hacia
los paganos, víctimas de la peste». El santo obispo Cipriano luchó inquebrantablemente
contra la corrupción y los pecados que devastaban la vida moral de los cristianos,
sobre todo la avaricia, ha subrayado Benedicto XVI. Luego, evocando los numerosos
escritos de este Pastor, el Papa ha puesto de relieve el libro dedicado a la oración
del Padrenuestro: «Particularmente querido para mí es su libro sobre el Padrenuestro,
que me ha ayudado a comprender mejor y a rezar mejor el Padrenuestro. Enseña cómo
precisamente en el Padrenuestro se dona al cristiano la forma correcta para rezar».
Tras hacer hincapié en la importancia de la forma ‘plural’ en esta oración
- «para que el que reza no lo haga sólo por él mismo» – y recordando que nuestra oración
es pública y comunitaria, Benedicto XVI ha puesto de relieve la importancia, también
hoy, de la disciplina, de la calma y de la medida en la oración. Palabras que nos
ayudan a celebrar bien la Santa Liturgia.
El Pontífice ha invitado a pensar
que «estamos ante la mirada de Dios, tanto con la conducta de nuestro cuerpo como
con el tono de nuestra voz». Recordando que «cuando nos reunimos con nuestros hermanos
y celebramos los sacrificios divinos con los sacerdotes de Dios, debemos recordar
la importancia del temor reverencial y de la disciplina»: “No dar al viento, aquí
y allá, nuestras oraciones con voces descomedidas, es la instrucción que nos ha dejado
Cipriano. Así como tampoco, arrojar con tumultuosa verbosidad un ruego, que, sin embargo,
se debe encomendar a Dios con moderación. Porque Dios no escucha la voz, sino el corazón”.
Como
es tradicional, el Papa ha resumido en otras lenguas su catequesis de ésta, que ha
sido la audiencia número 20 de este año y en la que han participado más de treinta
mil peregrinos provenientes de numerosos países.
Este ha sido el resumen que
de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra
lengua presentes en la Plaza de San Pedro:
Queridos
hermanos y hermanas:
San Cipriano nació en Cartago,
en una rica familia pagana. Después de su conversión, a los 35 años de edad, fue ordenado
sacerdote y luego obispo. Durante su episcopado tuvo que afrontar muchas dificultades,
como las persecuciones de los emperadores Decio y Valeriano, mostrando así sus grandes
dotes de gobierno. Con los fieles que habían claudicado ante la prueba - los lapsi,
es decir, “caídos” -, fue severo pero no inflexible, concediéndoles el perdón después
de una penitencia ejemplar. Durante la peste que asoló África, manifestó todo su espíritu
de caridad invitando a los cristianos a socorrer también a los paganos. Cipriano
escribió numerosos tratados y cartas, con el deseo de edificar a la comunidad y exhortar
a los fieles al buen comportamiento. El tema de la Iglesia era muy querido para él.
La unidad es su característica irrenunciable: unidad que se fundamenta en Pedro y
que se realiza en la Eucaristía. En su tratado sobre la oración del Padre nuestro,
anima a rezar usando las palabras con moderación, porque Dios no escucha las palabras
sino el corazón. El corazón es lo más íntimo donde Dios habla al hombre y el hombre
habla a Dios; es, pues, el lugar privilegiado de la oración.
Saludo
cordialmente a los visitantes de lengua española. En particular, a las Hijas de María
Auxiliadora y al grupo de las Obras Misionales Pontificias. Saludo también a los demás
peregrinos de España, México, El Salvador, Argentina y de otros Países latinoamericanos.
Siguiendo las enseñanzas de san Cipriano, abramos nuestro corazón a la oración para
experimentar plenamente que Dios es nuestro Padre y que la Iglesia, la santa Esposa
de Cristo, es verdaderamente nuestra Madre.
Benedicto XVI saludando a los
peregrinos de lengua polaca, les ha recordado que mañana es la Solemnidad del santísimo
Cuerpo y sangre de Cristo. Caminando en procesión detrás de Cristo, presente en la
Eucaristía, Su Cuerpo y sangre, recordamos a todos que Él está con nosotros “todos
los días, hasta el fin del mundo”. Que este encuentro cambie vuestra vida. A todos
los aquí presentes y a todos los que mañana participarán en la procesión, os llegue
mi bendición.
Como siempre el Papa ha saludado a los jóvenes a los enfermos
y a los recién casados. A vosotros queridos jóvenes, en la escuela del Corazón de
cristo aprended a sumir con seriedad las responsabilidades que os esperan. A vosotros,
queridos enfermos, encontrad en esta fuente inagotable la serenidad para cumplir siempre
la voluntad de Dios. Y a vosotros, queridos recién casados, permaneced fieles al amor
de dios que es el fundamento y sostén de vuestro amor conyugal.
Declaración
del director de la oficina de prensa de la Santa Sede El director de la
sala de prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, en una nota ha explicado
que “antes de la Audiencia General, mientras el Papa saludaba desde el coche descubierto
a los fieles cerca del obelisco, un joven de 27 años de nacionalidad alemana ha superado
las vallas protectivas para acercarse al coche del Pontífice. El joven ha sido paralizado
inmediatamente por los miembros de la gendarmería vaticana”. En el interrogatorio
realizado posteriormente, el juez encargado, “ha manifestado que la intención del
joven no era la de atentar contra la vida de Benedicto XVI, “sino la de realizar un
acto para llamar la atención. El joven ha manifestado claros signos de desequilibrio
mental”, han indicado los psiquiatras del servicio sanitario vaticano que le han atendido
y que han dispuesto que fuera internado para un obligado tratamiento en una hospital
especializado y protegido”. “Por lo tanto, el caso -ha dicho el padre Lombardi- hay
que considerarlo cerrado”.