Audiencia general: el Papa analiza la figura y el pensamiento de Tertuliano y subraya
como característica esencial de un gran teólogo, la humildad de permanecer en la
Iglesia y aceptar las debilidades de ambos
Miércoles, 39 may (RV).- Por muy importante que pueda ser la grandeza de su pensamiento,
“los teólogos católicos deben tener la humildad de estar siempre con la Iglesia y
de aceptar sus propias debilidades, porque sólo Dios puede juzgar y todos nosotros
tenemos necesidad de su perdón”. Son palabras de Benedicto XVI pronunciadas en el
curso de la Audiencia General de hoy en la plaza de san Pedro delante de 50 mil fieles
y peregrinos procedentes de todo el mundo. Además el Papa ha destacado la participación
"activa" que tuvo Extremadura "en la obra de la evangelización de América", al saludar
a los miembros de la Asociación de Caballeros y Damas de Nuestra Señora de Guadalupe,
que acudieron a la Audiencia General.
El Santo Padre ha dedicado su catequesis
de hoy para hablar precisamente de la vida y del pensamiento de un gran teólogo, Tertuliano,
pensador cristiano que vivió a caballo de los siglos segundo y tercero de la era cristiana
y que fue el primero en introducir la literatura religiosa en lengua latina. A Tertuliano
se debe entre otras cosas la definición del dogma sobre la Santísima Trinidad como
"una única sustancia y tres personas". En la Apologética Tertuliano denunció el comportamiento
injusto de las autoridades políticas hacia la Iglesia con palabras todavía actuales:
“por cuanto sea refinada, para nada sirve vuestra crueldad. Cada golpe de hoz nos
multiplica. La fe es más eficiente que la violencia de los regímenes totalitarios”.
El
Pontífice ha recordado como Tertuliano se distinguió no solamente en la confutación
de las “gravísimas acusaciones de los paganos contra el cristianismo”, sino también
como gran propagador del mensaje del evangelio ''en diálogo con las culturas de su
tiempo''. El Santo Padre ha manifestado una gran admiración por la profundidad de
su pensamiento: son suyas -ha recordado- “las antítesis y paradojas sobre el Único
Dios, que es invisible a pesar de que lo vemos, inalcanzable aunque está siempre presente
con la Gracia, inconcebible aunque los sentidos lo pueden concebir".
Pero
el Papa ha recordado también las “sombras” de este teólogo africano, nacido en Cartago,
que “pretendía un comportamiento heroico de los demás, era rígido, no ahorraba críticas
contra todos y así llegó a encontrarse aislado. Al final de su vida, llevado por una
investigación demasiado individualista y por la intemperancia de su carácter, Tertuliano
se convirtió en demasiado severo con sus propios correligionarios y abandonó la Iglesia
para adhiriéndose a la secta del “montanismo”.
“Si se salva el propio pensamiento,
incluso en su grandeza, se pierde de vista, en cambio, la grandeza del proyecto de
Dios”, ha explicado Benedicto XVI. De ahí la advertencia papal que recomienda a los
teólogos la “humildad de estar con la Iglesia a pesar de sus debilidades”.
Este
ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los
peregrinos de nuestra lengua presentes en la plaza de san Pedro:
Queridos
hermanos y hermanas:
Tertuliano inaugura la literatura
cristiana en latín. De padres y profesores paganos recibe, en Cartago, una sólida
formación retórica, filosófica, jurídica e histórica. Atraído por el ejemplo de los
mártires, cuya sangre es “una semilla eficaz”, se convirtió al cristianismo, pero
una búsqueda demasiado individual de la verdad lo llevó a abandonar la Iglesia, uniéndose
a la herejía de los montanistas, aunque más tarde fundó su propia secta, los tertulianistas.
Con sus escritos intenta rebatir las acusaciones de los paganos contra la nueva religión
y comunicar el Evangelio en diálogo con la cultura del tiempo. Contribuye, además,
al desarrollo del dogma trinitario, afrontando el problema de la definición de las
tres Personas divinas. Importante es su cristología, así como los textos sobre la
Iglesia, la conducta moral de los cristianos, la vida futura y las referencias a María,
la Eucaristía, el Matrimonio, la Reconciliación, el primado de Pedro, la oración y
la resurrección, objeto principal de la fe de los cristianos. Tertuliano
es un interesante testigo de los primeros tiempos de la Iglesia, cuando los cristianos
debían ser sujetos de “nueva cultura” entre la herencia clásica y el mensaje evangélico. Saludo
a los peregrinos llegados de España, México y Chile. De modo especial a la Asociación
de Caballeros y Damas de Nuestra Señora de Guadalupe, acompañados por el Señor Cardenal
Antonio Cañizares Llovera, Arzobispo de Toledo y sus Obispos Auxiliares, así como
a los Obispos y fieles de las diócesis extremeñas, con ocasión del primer centenario
de la Declaración de la Nuestra Señora de Guadalupe como Patrona de Extremadura. Que
la imagen de la Santísima Virgen que hoy traéis a Roma, tan venerada en vuestro Monasterio
guadalupano, y réplica de la que el Papa San Gregorio Magno regaló a San Leandro de
Sevilla, siga acompañando las celebraciones jubilares y bendiga a todo esa región
española que tuvo una participación tan activa en la obra de la evangelización de
América.
Como siempre al final de la audiencia el Papa
ha saludado a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Con el vivo recuerdo
de Pentecostés, que hemos celebrado el domingo pasado, os exhorto, queridos jóvenes,
a invocar constantemente al Espíritu Santo, para que seáis intrépidos apóstoles de
Cristo entre vuestros coetáneos, Que el Espíritu Santo os ayude a vosotros, queridos
enfermos, a acoger con fe los sufrimientos y la enfermedad ofreciéndolo a Dios para
la salvación de todos los hombres, y que os conceda a vosotros, recién casados, la
alegría de construir vuestra familia sobre el sólido fundamento del Evangelio.
Durante
los saludos al final de la Audiencia, el Papa ha querido encontrar a los padres de
Madeleine McCann, "Maddie", la pequeña niña británica de cuatro años de edad desaparecida
el pasado 3 de mayo en Portugal, mientras la familia estaba de vacaciones.