Regina Coeli: El Papa recuerda que la Iglesia es una, santa, católica, apostólica
y misionera, que nace en Roma donde desde los orígenes de la ciudad es fiel a la Iglesia
que habla todos los idiomas y va al encuentro de todas las culturas
Domingo, 27 may (RV).- En la celebración de hoy de Pentecostés, en la que se revive
la liturgia del nacimiento de la Iglesia, el Santo Padre ha recordado a los miles
de fieles congregados esta mañana en la plaza de san Pedro del Vaticano para celebrar
el rezo mariano del Regina Coeli que sustituye al Ángelus durante el periodo pascual,
que la Iglesia es una, santa, católica y apostólica, y que tiene su origen en Roma.
“Se puede decir que Roma es el nombre concreto de la catolicidad y de la misión –ha
señalado el Pontífie- ya que expresa, desde sus orígenes, la fidelidad a la Iglesia
de todos los tiempos, a una Iglesia que habla todos los idiomas y va al encuentro
de todas las culturas”.
Esa Iglesia es la que nació solemnemente a raíz de
la bajada del Espíritu Santo sobre la comunidad de los discípulos congregados “con
María, la madre de Jesús” y con los doce Apóstoles (cfr Hch 1,14;2,1), estableciendo
así las características esenciales de la Iglesia: “La Iglesia es una, como
la comunidad de Pentecostés, que estaba unida en la oración y ‘en concordia’: ‘tenía
un solo corazón y una sola alma’ (Hch 4,32). La Iglesia es santa, no por sus
méritos, sino porque, animada por el Espíritu Santo, tiene la mirada fija en Cristo,
conforme a Él y a su amor. La Iglesia es católica, porque el Evangelio está
destinado a todos los pueblos y por este motivo, ya desde sus orígenes, el Espíritu
Santo hace que ésta hable todos los idiomas”.
El Pontífice ha continuado enumerando
las características de la Iglesia recordando que la Iglesia es también apostólica
y misionera: “La Iglesia es apostólica, porque está edificada sobre la base
de los Apóstoles, y custodia fielmente sus enseñanzas a través de la cadena ininterrumpida
de la sucesión apostólica. Y por último, la Iglesia es por su naturaleza misionera,
y desde el día de Pentecostés, el Espíritu Santo no cesa de llevarla por las calles
del mundo, hasta los últimos confines de la tierra y hasta el final de los tiempos”.
Por
último el Pontífice ha pedido la materna intercesión de la Virgen María para que “el
Espíritu Santo descienda en abundancia sobre la Iglesia de nuestro tiempo, llene los
corazones de todos los fieles y encienda en ellos y en nosotros el fuego de su amor”.
Y como es tradicional tras el rezo mariano del Regina Coeli y el responso
por los fieles difuntos, el Santo Padre ha saludado en varios idiomas. En alemán el
Papa se ha dirigido de manera especial a los componentes de las bandas de música procedentes
de Alemania, Austria y Suiza, que ayer desfilaron en honor de Benedicto XVI, con motivo
de su 80 aniversario celebrado el pasado mes abril. Este evento fue organizado por
Courtial International y promovido por la Asociación Internacional Amigos de la Música
Sacra, con la colaboración del Ayuntamiento de Roma.
Y prosiguiendo con los
saludos, en italiano el Papa ha recordado la celebración nacional de la jornada dedicada
“al alivio del sufrimiento” de los enfermos graves. “Aseguro mi oración –ha dicho
Benedicto XVI- para los pacientes y para cuantos se ocupan de asegurarles cuidados
adecuados, y también esperanza y apoyo”.
En español estas han sido sus palabras:
Saludo con afecto
a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo de las parroquias de Santa
María del Rosario y San Juan Bautista, de Venezuela. En este día de Pentecostés, pidamos
a María que nos enseñe a abrir el corazón al Espíritu Santo, para que guíe nuestra
fe y nos santifique con sus dones. ¡Muchas gracias!