Escuchar el programa Viernes, 25 may
(RV).- Mientras en la ciudad de Aparecida en Brasil, los obispos recogen en un documento
central todas las discusiones sobre los diversos temas abordados durante la Conferencia
General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, haremos referencia a la reciente
celebración de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, celebrada el pasado
20 de mayo, y cuyo tema central fue justamente los niños y los medios de comunicación:
un desafío para la educación.
Para esta conmemoración, el Santo Padre subrayó
en su mensaje que los medios masivos deben ser utilizados adecuadamente para que no
se conviertan en alternativas paralelas a la Iglesia, la familia y la escuela. Los
desafíos educativos del mundo actual "están frecuentemente ligados a la influencia
de los medios masivos, que compiten con la escuela, con la Iglesia e, incluso, con
la familia".
Por ello es importante, es esencial una adecuada formación en
el uso correcto de los medios: los padres, los maestros y la comunidad eclesial están
llamados a colaborar para educar a los niños y a los jóvenes a ser selectivos y a
madurar una actitud crítica, cultivando el gusto por aquello que es estética y moralmente
válido".
El Papa destacó que "también los medios deben dar su contribución
a este compromiso educativo, promoviendo la dignidad de la persona humana, el matrimonio
y la familia, las conquistas y logros de la civilización".
En su mensaje,
el Santo Padre hizo referencia a los complejos desafíos a los que se enfrenta la educación
actual, que están fuertemente relacionados con el influjo penetrante de estos medios
en nuestro mundo.
Como un aspecto del fenómeno de la globalización e impulsados
por el rápido desarrollo tecnológico, los medios marcan profundamente el entorno cultural.
Y es que de hecho, para muchas personas la realidad es justamente la que ven las pantallas
de televisión o leen en los diarios, olvidando cuando hay de imaginación y de intereses
de por medio.
Y esta es justamente una de las caras de los medios de comunicación
que muchas veces se olvida, o se desconoce, y entonces se asume como una realidad
plena, como una verdad incuestionable. Este aspecto puede ser perturbador para los
niños, por ello el Santo Padre subrayó la necesidad de que emerja una relación de
co-responsabilidad tanto de los niños como audiencias críticas frente a los contenidos
de los medios, y obviamente de los medios frente a la responsabilidad de formar.
En
este contexto, la formación en el recto uso de los medios es esencial para el desarrollo
cultural, moral y espiritual de los niños, señaló el Papa. La educación de los niños
para que hagan un buen uso de los medios es responsabilidad de los padres, de la Iglesia
y de la escuela. El papel de los padres es de vital importancia, pues tienen el derecho
y el deber de asegurar un uso prudente de los medios educando la conciencia de sus
hijos, para que sean capaces de expresar juicios serenos y objetivos que después les
guíen en la elección o rechazo de los programas propuestos.
El profundo deseo
de los padres y profesores de educar a los niños en el camino de la belleza, de la
verdad y de la bondad, señaló el Pontífice, solo será favorecido por la industria
de los medios en la medida en que promueva la dignidad fundamental del ser humano,
el verdadero valor del matrimonio y de la vida familiar, así como los logros y metas
de la humanidad.
De ahí que la necesidad de que los medios estén comprometidos
en una formación efectiva y éticamente aceptable sea vista con particular interés
e incluso con urgencia, no solamente por los padres y profesores, sino también por
todos aquéllos que tienen un sentido de responsabilidad cívica.
Al final de
su mensaje, el Santo Padre exhorto nuevamente a los responsables de la industria de
estos medios para que formen y motiven a los productores a salvaguardar el bien común,
a preservar la verdad, a proteger la dignidad humana individual y a promover el respeto
por las necesidades de la familia.