El Papa renueva su «apremiante llamamiento en favor de la reconciliación y la paz»
en Timor Oriental y se consolide la democracia en favor de este pueblo, que ya sufrió
demasiado
Lunes, 21 may (RV).- En su cordial bienvenida al primer embajador de Timor Oriental,
Benedicto XVI ha renovado este lunes su apremiante llamamiento en favor de la reconciliación
y la paz en este país. El Papa se ha dirigido a las autoridades públicas timorenses,
a la ONU y a la comunidad internacional, con el anhelo de que se consolide cada vez
más la democracia.
Recordando el histórico acto de hoy, con la presentación
de las Cartas Credenciales, precisamente, del primer embajador de la República Democrática
de Timor Oriental ante la Santa Sede y evocando el establecimiento de las relaciones
diplomáticas con esta joven nación, hace cinco años, el Papa ha destacado su profundo
afecto a todos los timorenses.
Tras saludar al mandatario saliente, Xanana
Gusmao y felicitar al nuevo presidente de la República de Timor Oriental y premio
Nobel de la Paz en 1996, José Ramos Horta - que juró ayer el cargo en el Parlamento
- el Santo Padre ha puesto de relieve la gran madurez cívica del pueblo timorense,
manifestada con la gran afluencia a las urnas.
Madurez unida a la esperanza
en que los nuevos representantes y servidores no desilusionen a este pueblo, «que
ya sufrió demasiado», ha señalado Benedicto XVI, haciendo hincapié luego en que nunca
más, como se temió recientemente, vuelvan a aparecer los fantasmas del pasado. «Que
el recuerdo de aquellos trágicos días guíe al gobierno y a la oposición a perseverar
en la senda del diálogo y de la colaboración, evitando toda tentación de abandonarse
a enfrentamientos contra los adversarios políticos. No sólo porque es moralmente inaceptable,
sino también porque esta actitud se revela siempre perjudicial para la consolidación
de una correcta dialéctica democrática y para un desarrollo integral de todos los
ciudadanos».
Sin olvidar las dificultades y desafíos que se presentan ante
los responsables de la vida política, social y económica de Timor Oriental, ante las
incomprensiones internas y externas y ante la falta de recursos para garantizar viviendas,
sanidad, educación y empleo, el Papa ha recordado la importancia de la solidaridad
cristiana y el papel de la Iglesia, con sus Pastores en primer lugar, para impulsar
la promoción de la convivencia pacífica. Colaborando siempre en favor del progreso
y del bien común, con una atención especial a los más pobres y desamparados.
Respondiendo
al embajador timorense, Justino María Aparicio Guterres, que le agradeció en nombre
de todo su pueblo, la referencia que hizo, en su Mensaje pascual Urbi et Orbi, en
favor de la reconciliación y la paz en Timor Oriental - Benedicto XVI ha renovado
su apremiante llamamiento a las autoridades públicas para que «hagan todo lo posible,
con el fin de restaurar un orden público eficiente, con medios legales, y que restablezcan
en los ciudadanos la legítima seguridad de la vida cotidiana, gracias también a la
reencontrada confianza en las instituciones legítimas del Estado».
Estado
que debe ser el primer garante de las libertades y de los derechos de la persona,
reconocidos en virtud de su propia dignidad. Puesto que, en cuanto ser espiritual,
el ser humano es un valor fundamental y vale mucho más que todas las estructuras sociales
en las que participa. Tras insistir en su afecto y solicitud de Pastor por el amado
pueblo de Timor Oriental, Benedicto XVI ha reiterado también la atención de la Santa
Sede en la promoción de la dignidad de las personas y de los pueblos, en un orden
solidario mundial.
La Iglesia no propone programas, sino que tiene el anhelo
de iluminar la conciencia moral de los responsables políticos y económicos, destacando
los cimientos de la solidaridad en el orden nacional y en el internacional. En este
contexto, el Papa ha agradecido y felicitado a la organización de Naciones Unidas
y otros entes gubernamentales y no gubernamentales por la solidaridad demostrada en
favor del pueblo de Timor Oriental. Y ha pedido que no se abandone a los timorenses
en esta fase de consolidación nacional.