A su llegada a Sao Paulo el Papa reafirma el papel de la Iglesia Católica en el mundo
como testimonio del amor del Padre y profundo compromiso al servicio de la causa de
la paz y la justicia
Miércoles, 9 may (RV).- El Papa ha reafirmado el papel de la Iglesia Católica en el
mundo como testimonio del amor del Padre, que quiere hacer de la humanidad una única
familia y cómo de aquí emana su profundo compromiso, en la misión evangelizadora,
al servicio de la causa de la paz y la justicia.
En la ceremonia de bienvenida,
que ha tenido lugar a las 9 y media en el aeropuerto de Sao Paulo, el Pontífice ha
resaltado cómo el alma del pueblo de Brasil, al igual que el de toda América Latina,
custodia valores radicalmente cristianos que nunca podrán ser borrados. El Santo Padre
ha asegurado además su convencimiento de que en Aparecida, durante la Conferencia
General del Episcopado, esta identidad será reforzada, promoviendo el respeto a la
vida, desde el momento de su concepción hasta su fin natural, como exigencia propia
de la naturaleza humana, y convertirá la promoción de la persona en el eje de la solidaridad,
sobre todo con los pobres y los abandonados.
El Santo Padre ha manifestado
a continuación que “la Iglesia sólo quiere indicar los valores morales de cada situación
y formar a los ciudadanos para que puedan decidir consciente y libremente; en este
sentido, no dejará de insistir en el compromiso que se debe asumir para asegurar la
consolidación de la familia como célula base de la sociedad; de la juventud, cuya
formación constituye un factor decisivo para el futuro de una nación –y, por último,
defendiendo y promoviendo los valores subyacentes en todos los estamentos sociales,
sobre todo en las poblaciones indígenas.
A su llegada a Sao Paulo, Benedicto
XVI ha manifestado su particular satisfacción por iniciar su visita pastoral en Brasil
y ha saludado a las personalidades civiles y militares, autoridades del Estado y sus
hermanos en el Episcopado que le han dado la bienvenida en el aeropuerto. También
el Papa ha dirigido saludos a los sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas
y laicos comprometidos en la obra de evangelización de la Iglesia y en el testimonio
de una vida auténticamente cristiana y a todos los brasileños sin distinción, hombres
y mujeres, familias, ancianos, enfermos, jóvenes y niños.
“Brasil –ha dicho
el Pontífice- ocupa un lugar muy importante en el corazón del Papa, no sólo porque
nació cristiano y hoy en día posee el número más elevado de católicos, sino principalmente
porque es una nación rica de potencialidad con una presencia eclesial que es motivo
de alegría y esperanza para toda la Iglesia. Mi visita tiene un objetivo que va más
allá de las fronteras nacionales: vengo a presidir, en Aparecida, la sesión de apertura
de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y del Caribe. Por una
providencial manifestación de la bondad del Creador, este país deberá servir de cuna
para las propuestas eclesiales que, si Dios querrá, podrán dar un renovado vigor y
empuje misionero a este Continente”.
El Santo Padre ha subrayado que en esta
región geográfica los católicos son mayoría y esto significa que deben contribuir
de forma particular al servicio del bien común de la Nación. En este contexto Benedicto
XVI ha señalado la solidaridad como una palabra llena de contenido cuando las fuerzas
vivas de la sociedad, cada una en su ámbito, se comprometerán seriamente para contribuir
un futuro de paz y esperanza para todos.
Por último el Papa ha invocado la
protección de Nuestra Señora de Concepción Aparecida, evocada también como Nuestra
Señora de Guadalupe, protectora de las Américas, para que proteja e inspire a los
gobernantes en la difícil tarea de ser promotores del bien común, reforzando los vínculos
de fraternidad cristiana por el bien de todos los habitantes.