Brasil: el regreso de Joseph Ratzinger como Papa a un continente y a un gran país
Martes, 8 may (RV).- Recientemente el cardenal Bertone, en una entrevista a nuestra
emisora, ponía de relieve que el viaje papal de hecho es un “retorno” de Benedicto
XVI a una realidad que ya conoce de anteriores visitas. Por tanto, “es una vuelta
de Joseph Ratzinger como Papa a un continente y a un gran país, Brasil, que es el
que tiene el mayor número de católicos del mundo”. “Es un retorno para afrontar los
desafíos y los problemas que el Tercer Milenio pone a este gran continente cristiano”.
“Profundamente
cristiano -dice el cardenal secretario de estado- pero cuya levadura evangélica no
ha podido resolver todavía las cuestiones más apremiantes como son las terribles desigualdades
sociales, la pobreza, la opresión, el narcotráfico cada vez más agresivo y potente,
la violencia en las grandes metrópolis, la desocupación, el deterioro de la educación”.
La Iglesia, señala el purpurado, está presente naturalmente “en primer lugar,
para consolidar el anuncio evangélico”, pero también para promover una “revolución
humana” de igualdad, de justicia y de pacificación. Y por tanto, ésta es “una gran
ocasión providencial para lanzar un gran mensaje a todos los cristianos y para relanzar
un gran movimiento de solidaridad, de promoción de la justicia en el continente latinoamericano.
Qué
representa este viaje apostólico y como se está preparando la familia de los dominicos
a este evento nos lo comenta hoy, el maestro de la orden de los predicadores, el padre
Carlos Azpiroz.
También el canciller
de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, el obispo Marcelo Sánchez Sorondo
cree que el viaje de Benedicto XVI a Brasil dará un impulso a todo el continente americano.
Asimismo el
Rector del Pontificio Colegio Mexicano de Roma, Mons. Francisco Ramírez nos comenta
las palabras de Benedicto XVI sobre el papel de María Santísima en la Iglesia y en
la historia de la salvación. En particular, en la exhortación del Santo Padre el domingo
pasado, a encomendar su próximo viaje, a la intercesión maternal de la Virgen María,
bajo la advocación de Nuestra Señora de Aparecida: