2007-04-26 15:50:37

Benedicto XVI espera que los modelos de producción y consumo se propongan el respeto de la creación y las exigencias reales del progreso sostenible de los pueblos


Jueves, 26 abr (RV).- Benedicto XVI espera que los modelos de producción y consumo se propongan el respeto de la creación y las exigencias reales del progreso sostenible de los pueblos. El Santo Padre ha expresado este deseo en un telegrama, firmado por el cardenal Secretario de Estado y dirigido al Seminario sobre “Cambios climáticos y Desarrollo” que tiene lugar hoy y mañana en el Vaticano organizado por el Pontificio Consejo Justicia y Paz.

El Papa expresa su “vivo aprecio por esta iniciativa dirigida a profundizar problemáticas de relevante importancia ambiental, ética, económica, social y política, cuyas repercusiones inciden sobre todo en los sectores más débiles de la sociedad”. En este sentido el Pontífice espera que “la significativa iniciativa contribuya a incentivar la búsqueda y promoción de estilos de vida, modelos de producción y consumo que se propongan respetar la creación y las reales exigencias de progreso sostenible de los pueblos, teniendo en cuenta la destinación universal de los bienes, como viene repetidamente subrayado por la Doctrina Social de la Iglesia”.

Este Seminario Internacional tiene la finalidad de encontrar, de forma equilibrada y veraz, una síntesis entre la salvaguardia del ambiente y las exigencias del desarrollo. En estos dos días 80 estudiosos y expertos procedentes de 20 países, convocados en el Vaticano por el Consejo Pontificio Justicia y Paz, intentarán clarificar las complicadas cuestiones relacionadas con los cambios climáticos. Un tema que desde hace tiempo es objeto de apasionada discusión entre los científicos y de atención preocupada por parte de una opinión pública a menudo desorientada.

Ha inaugurado este Seminario el presidente del dicasterio vaticano organizado, cardenal Renato Martino, quien ha deseado que “en un clima de serenidad y compostura, esta reunión favorezca un intercambio fructuoso de experiencias, un dialogo profundo y una búsqueda desinteresada. El purpurado ha subrayado además la necesidad de conseguir el equilibrio necesario entre las exigencias de la tutela ambiental y las del desarrollo de los pueblos más necesitados.

De hecho siguiendo la Doctrina social de la Iglesia contenida en el relativo Compendio publicado por el dicasterio vaticano, la tutela del ambiente, en función del desarrollo, constituye un deber común y universal, en el respeto de un bien común y destinado a todos. Y en este sentido, el comportamiento de consumidores y agentes industriales debe demostrar un mayor sentido de la responsabilidad.







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