2007-04-22 17:03:38

Encuentro con los representantes de la cultura en la Universidad de Pavía: Benedicto XVI resalta a san Agustín como modelo para todos del diálogo entre la razón y la fe, un diálogo que busca la verdad y la paz


Domingo, 22 abr (RV).- Dos ideas centraron el discurso de Benedicto XVI, esta tarde, en la Universidad de Pavía: Para poder superar la fragmentación especializada de las disciplinas la universidad debe poner en el centro a la persona y valorizar el diálogo y las relaciones interpersonales, mientras que la investigación científica debe abrirse a la duda existencial del sentido de la vida misma de la persona.

Poco después de las cuatro de la tarde, el Santo Padre llegó a la Universidad de Pavía, una de las más antiguas de Italia, característica que fue resaltada por el Pontífice en su discurso enumerando también a los ilustres personajes religiosos y laicos que por ella han pasado a lo largo de los siglos como Alessandro Volta, Camillo Golgi y Carlo Forlanini, además de Michele Ghislieri, quien luego fuera Papa san Pío V; los santos Carlo Borromeo, Alessandro Sauli, Riccardo Pampuri, santa Gianna Beretta Molla, el beato Contardo Ferrini y el siervo de Dios Teresio Olivelli.

El encuentro con los profesores y estudiantes tuvo lugar en el Patio Teresiano y se abrió con unas breves palabras del rector de esa casa de estudios, Angiolino Stella y de un representante de los estudiantes, Stefano Pellegrino. Precisamente, al tomar la palabra, el Papa destacó esa vocación comunitaria que debe tener toda universidad, que no es otra cosa que, una comunidad de docentes y estudiantes empeñados en la búsqueda de la verdad y en la adquisición de altas competencias culturales y profesionales. Al destacar que la centralidad de la persona y la dimensión comunitaria son dos polos co-esenciales para una valida colocación de la universitas studiorum, de un centro de estudios, el Papa destacó que “cada Universidad debería custodiar siempre la fisonomía de un Centro de Estudios a la medida del hombre en el cual la persona del estudiante sea preservada del anonimato y pueda cultivar un fecundo diálogo con los docentes del cual obtener un incentivo para su crecimiento cultural y humano”.

Benedicto XVI señaló que para lograr esta universidad orientada a la persona son necesarias algunas premisas. Por una parte, las disciplinas tienen naturalmente a la especialización mientras que la persona necesita de la unidad y de la síntesis. Por otra, si bien la investigación tiende al conocimiento, la persona necesita también de la sabiduría de esa ciencia, es decir, que se exprese en el “saber vivir”. Y por último, la estructura universitaria, de hecho privilegia, la comunicación mientras que las personas aspiran al compartir. Como respuesta a estas premisas el Papa señaló “ ante todo, es cierto que sólo poniendo en el centro a la persona y valorizando el diálogo y las relaciones interpersonales puede ser superada la fragmentación de la especialización de las disciplinas y recuperada la perspectiva unitaria del saber. En segundo lugar, es de fundamental importancia que el empeño de la investigación científica pueda abrirse a la duda existencial sobre su sentido para la vida misma de la persona. En tercer lugar, sólo valorizando la persona y las relaciones interpersonales, la relación didáctica puede convertirse en una relación educativa”.

En este contexto, el Papa destacó que esta atención a la persona y a su experiencia integral de vida y de comunión ha estado muy presente en la acción pastoral de la Iglesia de Pavía en el ámbito cultural, señalando como testimonio de esta realidad la obra de los varios colegios universitarios de inspiración cristiana presentes en la diócesis. Tras enumerar algunas de estas instituciones y sus peculiares orientaciones, el Pontífice invitó a los estudiantes y docentes a no sentirse sólo objeto del cuidado pastoral, sino participar activamente y ofrecer su contribución al proyecto cultural de inspiración cristiana que la Iglesia promueve en Italia y en Europa.

El Santo Padre quiso concluir su discurso refiriéndose al pensamiento de san Agustín co-patrón de la Universidad de Pavía, junto a santa Catalina de Alejandría-, quien en su recorrido existencial e intelectual testimonia la fecunda interacción entre fe y cultura.

"San Agustín es un hombre de un incansable deseo de encontrar la verdad, de encontrar qué es la vida, cómo vivirla, de conocer al hombre y precisamente, a causa de su pasión por el hombre, ha buscado necesariamente a Dios, porque sólo en la luz de Dios también la grandeza del hombre, la belleza de la aventura de ser humano, puede aparecer plenamente. Este Dios, inicialmente, se le aparecía muy lejano, después ha encontrado que este Dios grande, inaccesible, se ha hecho cercano, uno de nosotros. El gran Dios, nuestro Dios, es un Dios con rostro humano. Así la fe en Cristo no ha acabado con su filosofía, su audacia intelectual, sino que le ha impulsado interiormente a buscar la profundidad del ser humano y de ayudar a encontrar la vida, el arte de vivir y esto era para él filosofía: saber vivir, pero con toda la razón, contra la profundidad del pensamiento y la voluntad, y dejarse guiar en el camino de la verdad, que es un camino de valor, de humildad, purificación permanente. La fe en Cristo ha dado cumplimiento a toda la búsqueda de San Agustín. Cumplimiento en el sentido de que siguió siempre buscando, incluso en la eternidad, porque nuestra búsqueda no acaba nunca. Es una búsqueda eterna descubriendo siempre nuevas grandezas. La belleza de la eternidad reside en que no es algo estático, sino un progreso inmenso en la inmensa belleza de Dios. Así podrá encontrar a Dios como la Razón fundadora, pero también Dios como el Amor que nos abraza, nos guía y da sentido a la historia y a nuestra vida personal".

Una consideración que también su predecesor Juan Pablo II subrayó en su Encíclica Fides et ratio: “el obispo de Hipona logró producir la primera gran síntesis del pensamiento filosófico y teológico, en el cual confluían corrientes del pensamiento griego y latino”. También en él- dijo Benedicto XVI refiriéndose a Papa Wojtyla- la gran unidad del saber que encontraba su fundamento en el pensamiento bíblico, vino a ser confirmada y sostenida por la profundidad del pensamiento especulativo.

“La fe en Cristo ha dado consistencia a toda búsqueda de Agustín permitiéndole encontrar en Dios Amor el centro y el sentido mismo de la existencia humana, de la historia y del universo entero. Al mismo tiempo, el amor de Cristo dio forma a su compromiso existencial: de una vida orientada hacia la búsqueda del éxito mundano pasó a una vida totalmente donada a Cristo Jesús, único maestro y Señor. Que san Agustín sea para todos modelos de diálogo entre la razón y la fe, modelo de un diálogo amplio que sólo puebe buscar la verdad, y de esta forma la paz”.







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