2007-04-05 15:28:38

Mons. Comastri señala la importancia de recordar la Última Cena en la que se pone de relieve el gran mandamiento, el del amor


Jueves, 5 abr (RV).- Esta tarde, a las cinco y media, se celebra, como es tradicional al inicio del Triduo Pascual que hoy Jueves Santo comienza, la Santa Misa in cena domini en la Basílica de San Juan de Letrán. Con la celebración de esta Misa, la Iglesia recuerda la última Cena, durante la cual el Señor Jesús, en la noche en la que iba a ser traicionado, amando hasta el final a sus hermanos, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y Sangre, en forma del pan y el vino, y mandó a los Apóstoles y a sus sucesores en el sacerdocio, hacer la misma oferta.

Benedicto XVI presidirá la concelebración de la Santa Misa y lavará los pies a doce hombres. Durante el rito, se invita a los presentes a cumplir un acto de caridad en apoyo del Dispensario médico de Baidoa en Somalia. La suma recogida será entregada al Santo Padre en el momento de la presentación de los dones.

Recordando la Última Cena, “la Iglesia revive con emoción y estupor, el gesto de Jesús cuando lavó los pies a los Apóstoles –ha explicado para Radio Vaticano el arzobispo Angelo Comastri. “Se trata de un gesto extraordinario, un gesto con un mensaje que nosotros no conseguiremos aprender. Pensad que cosa estupenda –ha exclamado el arcipreste de la Basílica de San Pedro y vicario del Papa para el Estado de la Ciudad del Vaticano- Dios, el Infinito, el Omnipotente, que se arrodilla ante los Apóstoles y lava los pies gritando: ‘Dios es humilde, y vosotros sois orgullosos’, ¡Qué paradoja!”.

En este sentido el arzobispo Comastri ha recordado lo mucho que nos queda por aprender. “Todavía, el Jueves Santo, la Iglesia revive la emoción del don del sacerdocio. Jesús –ha precisado- que acoge a pobres hombres, como lo eran los Apóstoles, y dice: ‘Yo imprimo en vuestra carne, en vuestra alma, algo de mi. Os invito a continuar la misión y os pido que me prestéis vuestros ojos, vuestra boca, vuestros oídos, vuestros pies, para que yo pueda continuar a ser pastor de mi rebaño. Pastor de mi Iglesia’”.

Por último el vicario del Papa para el Estado de la Ciudad del Vaticano ha recordado que el Jueves Santo es el día del don del gran mandamiento: el mandamiento del amor. “El mandamiento que nos diferencia, el mandamiento que hace de nosotros el pueblo de la Nueva Alianza. ‘Amaos como yo os he amado’, hasta la paradoja, hasta el gesto extremo, hasta el punto donde ya no se pueda ir más allá, hasta dar la vida –ha exclamado el arzobispo Comastri- El Jueves Santo, es un día que la Iglesia tiene que continuar viviendo, para ser precisamente, Iglesia.








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