2007-03-30 15:43:30

Reflexiones en familia


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Viernes, 30 mar (RV).- Estamos próximos a iniciar la Semana Mayor, y por tanto, nuestro mensaje hoy es de amor, sobre cómo agradecemos a Dios cada una de las cosas que tenemos, que somos, que hacemos. Contar con el amor de una familia, contar con los recursos necesarios para llevar una vida digna, contar con las riquezas humanas para desarrollar el potencial que poseemos, gozar de salud y bienestar es tener mucho más de lo que a veces imaginamos. Sin embargo, pese a que tenemos todas estas cosas y hasta más, muchas personas viven en la tristeza, en la desesperanza. Y es que no se trata solo de no sentirse conformes y agradecidos con lo que tenemos, de tener fe y amor en lo que somos y tenemos, sino también en la misma actitud frente a la vida.

Querer más de lo que tenemos, buscar alcanzar los sueños por encima de lo que sea, a consta de lo que sea, es también una actitud de pesimismo frente a lo que se es, de negación del presente para optar por un sueño futuro. Y es que en realidad, muchas personas han sido educadas en el miedo, para mantener una actitud negativa, temerosa y pesimista frente a la vida, convirtiéndose muchas veces en el obstáculo más difícil de superar, cuando buscan cumplir sus sueños. La actitud negativa nos lleva a pensar y a imaginar siempre las cosas de la peor manera, tomando en cuenta los miedos y los comentarios negativos que nos hacen las demás personas. Es así como sin darnos cuenta, perdemos la ilusión, la esperanza y el optimismo, convirtiéndonos con nuestros comentarios en una nube gris que desanima y atemoriza a otras personas.

En cambio, una actitud positiva nos protege de la afectación que nos puedan causar las demás personas y las circunstancias difíciles de la vida. También, nos ayuda a descubrir las oportunidades donde otros sólo ven dificultades, para asumirlas y afrontarlas de la mejor manera. De esta postura, depende en alto porcentaje el éxito y el bienestar que experimentemos para disfrutar de una mayor y mejor calidad de vida.

Popularmente la gente dice que muchas cosas en la vida dependen de la actitud que se tenga frente a ellas, porque en esa actitud se involucran los pensamientos y las creencias que tenemos acerca de nosotros mismos y la confianza que sentimos para resolver de la mejor manera todas las situaciones que se nos presenten; la actitud influye y afecta directamente nuestro estado de ánimo, acciones, relaciones personales, salud y, finalmente, nuestra calidad de vida y felicidad.

Muchas cosas en la vida no son fáciles, eso todos lo sabemos. Pero tener una actitud positiva frente a la vida, vivirla con gratitud y esperanza, con confianza y fe en la presencia y en la guía de Dios padre es importante porque de alguna manera determina nuestra vida, determina la manera misma en que enfrentamos los problemas. Cada mañana deberíamos comenzar el día, agradeciendo a Dios nuestro padre el regalo de estar vivo. Sonríe, y busca una razón para levantarte, un propósito, un proyecto o simplemente el deseo de compartir el desayuno con tus seres queridos. Decide comenzar con mucho entusiasmo y ganas el nuevo día.

Hay que resaltar siempre cada elemento positivo que tenga cada una de las situaciones que enfrentas. Evita exagerar o dramatizar los aspectos difíciles o negativos, de manera que sea más sencillo solucionarlos. Cuando estés en una situación difícil, por dura que te parezca, evita imaginar que sucederá lo peor. Piensa que todo se resolverá de la mejor manera, y dedícate a buscar los elementos positivos que ésta también tiene. La actitud que tenemos ante la vida puede determinar incluso nuestro estado de salud

Hablamos de una actitud frente a la vida, y no es que olvidemos los sueños o que tengamos que ser personas conformistas que no tienen aspiraciones, pero reconocer lo que somos y tenemos, saber dimensionar lo que hemos caminado en nuestras vidas es también saber medir nuestras capacidades para continuar con las certezas y seguridades de poder logar cosas maravillosas, sin dejar de reir y sorprendernos con las cosas sencillas.

Textos: Alma García
Locución: Alina Tufani Dìaz.








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