2007-03-30 15:21:12

Benedicto XVI reflexiona con los participantes en el IX Foro internacional de jóvenes sobre la situación actual del mundo del trabajo


Viernes, 30 mar (RV).- Teniendo en cuenta la próxima XXII Jornada Mundial de la Juventud, desde el pasado miércoles y por iniciativa del Pontificio Consejo para los Laicos, cuyo presidente es Mons. Stanisław Ryłko, se está celebrando en Rocca di Papa (Italia) el IX Forum internacional de jóvenes, bajo el tema “Testimoniar a Cristo en el mundo del trabajo”, un encuentro multicultural que reúne a más de 300 participantes, de entre 20 y 35 años, comprometidos concretamente en la Iglesia y el mundo del trabajo, procedentes de un centenar de países.

Benedicto XVI les ha enviado un mensaje, en el que se refiere al tema de este encuentro, “Testimoniar a Cristo en el mundo del trabajo”, observando que es sumamente actual y tiene en consideración las transformaciones de los últimos años en el campo de la economía, la tecnología y la comunicación, que han modificado radicalmente la fisonomía y las condiciones del mercado del trabajo.

“A causa de la relevante diferencia entre los ámbitos formativos y el mundo del trabajo –ha escrito el Papa- han aumentado las dificultades para encontrar una ocupación que responda a las aptitudes personales y los estudios realizados, con el agravante de la incertidumbre sobre la posibilidad de poder luego mantener en el tiempo inclusive un modesto empleo”.

Sobre la globalización el Papa ha observado que el proceso de globalización en acto en el mundo “se ha hecho portador de una exigencia de movilidad que obliga a numerosos jóvenes a emigrar y vivir lejos del país de origen y de la propia familia, y esto infunde en tantos un inquietante sentido de inseguridad, con inevitables repercusiones sobre la capacidad, no solo de imaginar y poner en acto un proyecto para el futuro, sino inclusive de comprometerse concretamente en el matrimonio y en la formación de una familia”.

Benedicto XVI ha señalado que se trata de problemáticas complejas y delicadas que deben ser oportunamente afrontadas, mirando la realidad de hoy y haciendo referencia a la Doctrina Social, de la cual se ofrece una adecuada presentación en el Catecismo de la Iglesia Católica y sobre todo en el compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.

El Papa en su mensaje a los participantes de este IX foro internacional de jóvenes ha recordado que en estos años ha sido constante la atención de la Iglesia hacia la cuestión social, y en particular hacia el trabajo. Baste recordar la Encíclica Laborem Exercens, del Siervo de Dios Juan Pablo II, publicada hace poco más de 25 años, en la que se subraya y actualizan las grandes intuiciones desarrolladas por otras Encíclicas al respecto… la, Rerum Novarum y Quadragesimo Anno, de León XIII y Pío XI respectivamente, escritas en la época de la industrialización de Europa.

“En un contexto de liberalismo económico condicionado por las presiones del mercado, por la competitividad y la competencia –ha proseguido el Papa- estos documentos pontificios reclaman con fuerza la necesidad de valorizar la dimensión humana del trabajo y de tutelar la dignidad de la persona: de hecho, la referencia última de cada actividad humana no puede ser otra que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios”.

Además el Papa ha subrayado que “un profundo análisis de la situación, conduce a constatar que el trabajo forma parte del proyecto de Dios sobre el hombre y que éste es participación en su obra creadora y redentora”. Y, por lo tanto, cada actividad humana debería ser ocasión y lugar de crecimiento para los individuos y la sociedad, desarrollo de los “talentos” personales para valorizarlos y colocarlos al servicio ordenado del bien común, en espíritu de justicia y de solidaridad. El Papa ha proseguido señalando que “para los creyentes, la finalidad última del trabajo es la construcción del Reino de Dios”.

En su mensaje a los 300 jóvenes reunidos en Rocca di Papa, Benedicto XVI ha expresado su deseo de que esta importante asamblea constituya una fructífera ocasión de crecimiento espiritual y eclesial, gracias al intercambio de testimonios y experiencias, a la oración común y a las liturgias celebradas juntos. “Hoy más que nunca –ha señalado el Papa- es urgente proclamar ‘el Evangelio del trabajo’, vivir como cristianos en el mundo del trabajo y ser apóstoles entre los trabajadores. Pero para cumplir esta misión es necesario permanecer unidos a Cristo con la oración y con una intensa vida sacramental”.







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