Audiencia general: en una época ''dominada por el relativismo'', el Papa vuelve a
proponer la alianza entre fe y razón, una antigua atadura entre cristianismo primitivo
y filosofía griega contra los falsos mitos paganos
Miércoles, 21 mar (RV).- Ante unas 40 mil personas Benedicto XVI ha presidido esta
mañana la Audiencia General en la plaza de san Pedro reflexionando esta vez en su
catequesis sobre la figura de san Justino, el más importante entre los apologistas
del segundo siglo, que se proponían defender la religión, en sus orígenes, de los
ataques de los paganos y de los judíos, difundiendo la doctrina cristiana en términos
adaptados a la cultura de su tiempo.
Justino alcanzó la fe cristiana tras un
largo itinerario filosófico de búsqueda de la verdad. Llegado a Roma fundó una escuela
donde gratuitamente iniciaba a los alumnos al cristianismo y a la verdadera filosofía.
Por eso fue denunciado y decapitado en época de Marco Aurelio, el emperador filósofo.
El
Papa ha recordado la mediación realizada por Justino para conciliar la fe cristiana
con ''el logos''. “Ya Juan Pablo II -ha subrayado Benedicto XVI- en su encíclica Fides
et ratio indicaba a Justino como “el pionero del encuentro positivo del cristianismo
con el pensamiento filosófico”.
De ahí la “decisiva opción de la iglesia primitiva
por la filosofía y por la razón en lugar de las religiones de los paganos. Los primeros
cristianos rechazaron con fuerza cualquier compromiso con religiones que consideraban
idólatras a costa de ser tachados de ateos. Y Justino formuló una crítica implacable
contra estos mitos paganos que apartaban la filosofía del camino de la verdad.
En
una época ''dominada por el relativismo'', el Papa ha vuelto a proponer pues la alianza
entre fe y razón, rememorando esta antigua atadura entre cristianismo primitivo y
la filosofía griega, contra los falsos mitos paganos.
Este ha sido el resumen
que de su catequesis, Benedicto XVI ha leído en español para los peregrinos de nuestra
lengua presentes en la Audiencia General.
Queridos
hermanos y hermanas: San Justino, filósofo y mártir, es el más importante
entre los Padres apologistas del siglo segundo. Nació entorno al año 100. Fundó una
escuela en Roma, donde gratuitamente iniciaba a los alumnos en la nueva religión.
Denunciado por este motivo, fue decapitado bajo el reinado de Marco Aurelio.
La
palabra “apologista” designa a los antiguos escritores cristianos que se proponían
defender el cristianismo naciente de las graves acusaciones de los paganos y de los
judíos, y difundir la doctrina cristiana exponiendo los contenidos de la fe en un
lenguaje comprensible. En las obras que conservamos, las dos Apologías y
el Diálogo con Trifón, ilustra ante todo el proyecto divino de la creación y de la
salvación que se cumple en Jesucristo, el Logos, el Verbo de Dios, del que participa
todo hombre, como criatura racional. Su primera Apología es una crítica implacable
a la religión pagana y a los mitos de entonces.
Saludo cordialmente a los
peregrinos de venidos de España y de América Latina, especialmente a las Religiosas
del Sagrado Corazón, a los miembros del Colegio de Titulados Mercantiles de Madrid,
a los de la Consejería de Educación de la Junta de Galicia, así como a los fieles
de Cádiz, Melilla, Alcoy, Sabadell y Getafe. En nuestra época, marcada por el relativismo
en el debate sobre los valores, la religión y también en el diálogo interreligioso,
recordemos esta enseñanza de san Justino. Pidamos, pues, a Dios que ilumine nuestra
mente para que comprendamos el gran don de la salvación recibida por Cristo.
Saludando
en polaco a los fieles, el Papa ha recordado la fiesta de su onomástica, el lunes
pasado, solemnidad de san José. Benedicto XVI ha agradecido cordialmente las oraciones
rezadas en su honor, y ha pedido a San José que sostenga y proteja a todos los polacos,
y de manera particular ayude a los padres de familia en su comprometida misión. “Aprendamos
de él a ser fieles al amor de Dios y del prójimo”.
También ha dirigido el Santo
Padre un saludo particular a los peregrinos de lengua italiana llegados de las diócesis
de Cerdeña con sus obispos, que en estos días están cumpliendo su quinquenal visita
“ad Limina Apostolorum”.
El Santo Padre ha recordado que en la reciente Exhortación
Apostólica ha puesto de relieve el valor de la Eucaristía para la vida de la Iglesia
y para la vida de todo cristiano. “Os animo también a vosotros -ha dicho- a obtener
de esta admirable fuente la necesaria fuerza espiritual para manteneros fieles al
Evangelio y testimoniar siempre y en todas partes el amor de Dios”.
Y a vosotros
queridos hermanos en el episcopado -ha dicho el Pontífice dirigiéndose a los obispos-
“haciéndoos modelos del rebaño”, no os canséis de guiar a los fieles, confiados a
vuestro cuidado pastoral, a una adhesión personal y comunitaria siempre más generosa
con Cristo.
Finalmente, como es ya habitual, el Pontífice ha saludado a los
jóvenes, enfermos y recién casados. “En el clima espiritual de Cuaresma, tiempo de
conversión y de reconciliación, os invito a vosotros queridos jóvenes a seguir el
ejemplo de Jesús, para ser fieles anunciadores de su mensaje salvífico. Os animo a
vosotros, queridos enfermos, a llevar vuestra cruz cotidiana, en estrecha unión con
Cristo Señor. Exhorto, finalmente a vosotros queridos recién casados, a hacer de vuestras
familias comunidades de ardiente testimonio cristiano.
Al final de la Audiencia,
Benedicto XVI ha hecho un llamamiento recordando que el próximo 24 de marzo se celebrara
la Jornada Mundial de la lucha contra la tuberculosis. “Que esta jornada pueda favorecer
una creciente responsabilidad en la curación de esta enfermedad y pueda significar
cada vez más un intensa solidaridad con todos los que la sufren. Sobre ellos y sus
familias el Santo Padre ha invocado el consuelo del Señor, mientras ha animado a las
múltiples iniciativas de asistencia que la Iglesia promueve en este ámbito.