Ángelus: Benedicto XVI invita a alegrarse porque se acerca la Pascua, el día de la
victoria de Cristo sobre el pecado y muerte
Domingo, 18 mar (RV).- En su alocución previa al rezo mariano del Ángelus de este
cuarto domingo de Cuaresma, Benedicto XVI ha destacado ante los miles de fieles congregados
en la plaza de san Pedro del Vaticano, la importancia de la Pascua, el día de la victoria
de Cristo sobre el pecado y la muerte. Al mismo tiempo ha recordado su Exhortación
apostólica “Sacramentum Caritaris”, que se hizo pública el martes pasado, y que tiene
como tema propio la Eucaristía como fuente y culmen de la vida y la misión de la Iglesia.
Una Exhortación que recoge los frutos de la Undécima Asamblea General Ordinaria
del Sínodo de los Obispos, desarrollada en Octubre de 2005, y para la cual he escogido
el título de “Sacramentum caritatis”, -ha dicho el Papa- para resaltar su unión con
la Encíclica “Deus caritas est”. Se trata de un texto que es expresión de la Iglesia
universal en el misterio eucarístico. En efecto este documento está en continuidad
con el Concilio Vaticano II y el magisterio de Pablo VI y Juan Pablo II.
El
título de la Exhortación retoma la bella definición que dio Santo Tomás de Aquino
de la Eucaristía: Sacramento de la caridad. “Sí, en la Eucaristía Cristo ha querido
donarnos su amor, que lo ha llevado a ofrecer sobre la cruz la vida por nosotros.
En la ultima Cena, lavando los pies a los discípulos, Jesús nos ha dejado el mandamiento
del amor: “Como os he amado, así amaos también vosotros los unos a los otros” (Jn
13,34). Pero por que esto es sólo posible permaneciendo unidos a El, como los sarmientos
a la vid (cfr Jn 15,1-8), ha elegido de permanecer El mismo entre nosotros en la Eucaristía
para que podamos permanecer en El. Por lo tanto, cuando nos nutrimos con fe de su
Cuerpo y de su Sangre, su amor pasa a nosotros y nos hace capaces de dar la vida por
los hermanos (cfr 1 Jn 3,16). De aquí brota el gozo cristiano, el gozo del amor y
de ser amados.
“Mujer eucarística” por excelencia es Maria, obra maestra de
la gracia divina: el amor de Dios la ha hecho inmaculada “a su presencia en la caridad”
(cfr Ef 1,4). Junto a María, en la custodia del Redentor, Dios colocó san José, de
quien mañana celebraremos la solemnidad litúrgica. Invoco particularmente a este gran
Santo, mi patrono, para que creyendo, celebrando y viviendo con fe el Misterio eucarístico,
el Pueblo de Dios sea invadido por el amor de Cristo y difunda los frutos de gozo
y de paz en toda la humanidad.
Finalizado el rezo del Ángelus, Benedicto XVI
se ha dirigido a los fieles en distintas lenguas. Este ha sido su saludo en español:
Saludo a
los peregrinos de lengua española, especialmente a los de la Parroquia Virgen de la
Paloma, de Madrid. En este tiempo de cuaresma os invito de modo particular a abrir
vuestros corazones al amor de Jesucristo presente en la Eucaristía. Por ello, como
he dicho en la reciente Exhortación apostólica “Sacramentum caritatis”, os aliento
a participar gozosamente en la Misa dominical, fuente de la libertad auténtica de
los hijos de Dios. ¡Feliz domingo!