2007-03-13 16:10:21

Benedicto XVI recibe esta tarde al presidente ruso Vladimir Putin


Martes, 13 mar (RV).- Benedicto XVI recibe - esta tarde a las seis - al presidente Vladimir Putin. El Representante de la Santa Sede en la Federación Rusa expresa el anhelo de que este encuentro fortalezca el diálogo entre católicos y ortodoxos, también en los grandes temas que interesan a la humanidad.

Ante la audiencia - de esta tarde - de Benedicto XVI al presidente Vladimir Putin, en una entrevista concedida a nuestra emisora, el nuncio apostólico Antonio Mennini, representante de la Santa Sede en la Federación Rusa, ha expresado el anhelo de que este encuentro fortalezca el diálogo entre católicos y ortodoxos, también en los grandes temas que interesan a la humanidad:

«La visita del presidente manifiesta las buenas relaciones que existen en varios niveles entre la Santa Sede y la Federación Rusa. En lo que se refiere a mis expectativas inmediatas, diría que ciertamente el Santo Padre y el presidente Putin encontrarán una gran consonancia sobre aquellos que son los grandes temas que más interesan a la humanidad. Recientemente, en una conferencia de prensa, el presidente ha alabado el compromiso de las Iglesias y de las confesiones religiosas en Rusia en lo que concierne al clima de conciliación y de comunión que promueven entre todos los creyentes en Rusia. Creo que éste es ciertamente un aspecto sobre el cual también el Santo Padre tendrá mucho que decir sobre la base de su experiencia. Este encuentro brindará ciertamente buenos frutos en las relaciones ulteriores entre la Santa Sede y la Federación Rusa, en ventaja también de la Iglesia católica en Rusia».

Mons. Mennini se ha referido también a la situación actual de las relaciones entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, después de las dificultades de los años pasados:

«En lo que concierne a las relaciones más directas entre las dos Iglesias en la Federación Rusa, después de que se instituyera la Comisión bilateral mixta para el estudio y la solución de los problemas locales y de las incomprensiones, la situación ha mejorado sensiblemente. Ha mejorado también y sobre todo en el plano de clima personal, es decir con los miembros de la mencionada comisión hay un excelente clima también de amistad y de comprensión».

También se señala un clima positivo en el diálogo ecuménico, como se desprende por el aprecio de los ortodoxos en el compromiso ecuménico de Benedicto XVI:

«Después de la visita del Santo Padre a Constantinopla, las valoraciones de altos exponente de este Patriarcado han sido muy positivas. Pero ya lo eran las que se hicieron después de los primeros discursos del pontificado de Su Santidad, de su compromiso ecuménico, de su discurso en Bari... Recientemente, también con el impulso de los ortodoxos, se ha reimpreso una obra muy conocida del entonces cardenal Ratzinger, ‘Introducción al cristianismo’ y el metropolita Kyrill ha dado su disponibilidad para escribir la prefación».

El Representante de la Santa Sede en la Federación Rusa nos habla también sobre los puntos más fáciles para impulsar el diálogo con los ortodoxos, también a la luz de las experiencias de la vida cotidiana de los fieles:

«Se realizan seminarios juntos, investigaciones juntos... ello me parece muy importante. También hay ámbitos de colaboración local. Por ejemplo, en mis visitas a las parroquias católicas veo que a menudo - a parte situaciones difíciles que lamentablemente existen, también debido a un escaso conocimiento entre una y otra Iglesia – hay experiencias de colaboración».

Finalmente, Mons. Mennini nos habla sobre la importancia, no sólo para el mundo cristiano, de un encuentro entre el Papa y el Patriarca Alejo II:

«Su Santidad Alejo II, así como otros exponentes de esta Iglesia, han mencionado a menudo este tema. En particular, el Patriarca nunca ha excluido esta posibilidad, esta eventualidad. Ha subrayado siempre el hecho de que este evento debe marcar una meta de real y activo reacercamiento y de pacificación entre las Iglesias. Por cierto, nosotros lo deseamos porque sería una cosa muy importante, no sólo para el mundo cristiano sino, precisamente, también por aquella defensa de los valores comunes y de la Casa común europea, que tanto apremia también a la Iglesia ortodoxa.
 







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