Tercer aniversario de los atentados en Madrid: el cardenal Cañizares recuerda a las
víctimas de aquella violencia diabólica
Lunes, 12 mar (RV).- Ayer se cumplieron tres años de la muerte de 191 personas en
Madrid, el atentado más sangriento que ha vivido nuestro país.
A esas muertes
se sumaron casi 2.000 heridos, muchos de los cuales se encontraban ayer en la inauguración
del monumento en recuerdo de las víctimas de los atentados de Atocha. Se trata de
un enorme cilindro irregular de 11 metros de altura, construido a base de grandes
piezas de vidrio óptico transparente adheridas a la estructura con un pegamento acrílico
y sin acero.
Tres años han pasado de aquellos “execrables” atentados como calificó
Juan Pablo II en su telegrama de pésame dirigido al arzobispo de Madrid, cardenal
Antonio María Rouco Varela, y todavía hay personas que siguen necesitando tratamiento.
La condena de esta masacre fue unánime, y una de las primeras en llegar fue
la de Juan Pablo II. El Pontífice, en su telegrama, reiteró su más "firme y absoluta
reprobación de tales injustificables actos que ofenden a Dios, violan el fundamental
derecho a la vida y socavan la pacífica convivencia".
En la misa de exequias
celebrada por las víctimas, el arzobispo de Madrid señaló que entendía que ante la
magnitud de la tragedia ocurrida y, sobre todo, ante el inmenso dolor, es muy comprensible
que le dirijáis a Jesús, «el amigo del alma», la misma queja que le hizo Marta al
verlo llegar a su casa cuatro días después de la muerte de su hermano Lázaro, tan
querido por el Maestro: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano».
¿Dónde
estaba Jesús, en aquella terrible mañana madrileña de las bombas y de los cuerpos
destrozados de tantos amigos por los que Él había dado su vida en la Cruz?, se preguntó
el cardenal Rouco Varela. Respondiendo que la contestación de Jesús fue: «Tu hermano
resucitará». Si creemos y oramos por nuestros difuntos, si creemos y revisamos nuestras
propias vidas delante de Jesucristo Crucificado y Resucitado por nuestra salvación,
conoceremos y sabremos con esperanza indestructible que nuestros seres queridos asesinados
por la vesania terrorista han alcanzado las puertas de la vida eterna y bienaventurada
y que nosotros, por nuestra parte, «no moriremos para siempre». Más aún, venceremos
y triunfaremos con Él «que dio su vida por nosotros».
En el sacrificio de
la vida de nuestros hermanos, en el sufrimiento de los heridos, queremos vislumbrar,
con la certeza que nos proporciona la esperanza cristiana, cómo una nueva llama del
amor misericordioso de Dios ilumina ya e irreversiblemente los trasfondos de la historia
humana, aun los más trágicos y dolorosos; cómo a través del servicio heroicamente
prestado por tantos hermanos nuestros en estos días de lacerante dolor alumbra de
nuevo la esperanza.
Muchas de las víctimas de aquel sangriento atentado han
conseguido proseguir con sus vidas, pero otras muchas, según datos de la Asociación
de víctimas del 11-M y de la consejería de Sanidad del Gobierno regional de Madrid,
necesitan tratamiento sanitario, en total 111 y 68 psiquiátrico, y hay además una
joven, llamada Laura, que permanece en coma desde entonces.
Queremos finalizar
este programa homenaje con el mensaje lanzado por el cardenal Rouco Varela: «Responded
a la violencia ciega y al odio inhumano con el poder fascinante del amor. Venced la
enemistad con la fuerza del perdón. Manteneos lejos de toda forma de nacionalismo
exasperado, de racismo y de intolerancia. Testimoniad con vuestra vida que las ideas
no se imponen, sino que se proponen. ¡Nunca os dejéis desalentar por el mal!» **********************************
El
Cardenal Arzobispo de Toledo y Primado de España condenó ayer de nuevo el terrorismo
al cumplirse el tercer aniversario de los atentados de Madrid. El Card. Antonio Cañizares
LLovera confíó a la «misericordia y al amor infinito de Dios a las víctimas de aquella
violencia diabólicamente desatada hace tres años, como también a todas las víctimas
del terrorismo, así como a sus familiares» con el anhelo de que «el Príncipe de la
Paz, Jesucristo, convierta el corazón de los terroristas y de quienes los apoyan,
inducen o encubren»... «Que Dios ilumine a quienes tienes responsabilidades en el
Estado para que posibiliten una España justa, asentada en la verdad, y libre»... «en
concordia y en paz».
En la crónica de Altagracia Domínguez, escucharemos la
voz del cardenal Antonio Cañizares Llovera durante la homilía que pronunció en la
Catedral Primada de España: