2007-03-12 14:54:58

Tercer aniversario de los atentados en Madrid: el cardenal Cañizares recuerda a las víctimas de aquella violencia diabólica


Lunes, 12 mar (RV).- Ayer se cumplieron tres años de la muerte de 191 personas en Madrid, el atentado más sangriento que ha vivido nuestro país.

A esas muertes se sumaron casi 2.000 heridos, muchos de los cuales se encontraban ayer en la inauguración del monumento en recuerdo de las víctimas de los atentados de Atocha. Se trata de un enorme cilindro irregular de 11 metros de altura, construido a base de grandes piezas de vidrio óptico transparente adheridas a la estructura con un pegamento acrílico y sin acero.

Tres años han pasado de aquellos “execrables” atentados como calificó Juan Pablo II en su telegrama de pésame dirigido al arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, y todavía hay personas que siguen necesitando tratamiento.

La condena de esta masacre fue unánime, y una de las primeras en llegar fue la de Juan Pablo II. El Pontífice, en su telegrama, reiteró su más "firme y absoluta reprobación de tales injustificables actos que ofenden a Dios, violan el fundamental derecho a la vida y socavan la pacífica convivencia".

En la misa de exequias celebrada por las víctimas, el arzobispo de Madrid señaló que entendía que ante la magnitud de la tragedia ocurrida y, sobre todo, ante el inmenso dolor, es muy comprensible que le dirijáis a Jesús, «el amigo del alma», la misma queja que le hizo Marta al verlo llegar a su casa cuatro días después de la muerte de su hermano Lázaro, tan querido por el Maestro: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano».

¿Dónde estaba Jesús, en aquella terrible mañana madrileña de las bombas y de los cuerpos destrozados de tantos amigos por los que Él había dado su vida en la Cruz?, se preguntó el cardenal Rouco Varela. Respondiendo que la contestación de Jesús fue: «Tu hermano resucitará». Si creemos y oramos por nuestros difuntos, si creemos y revisamos nuestras propias vidas delante de Jesucristo Crucificado y Resucitado por nuestra salvación, conoceremos y sabremos con esperanza indestructible que nuestros seres queridos asesinados por la vesania terrorista han alcanzado las puertas de la vida eterna y bienaventurada y que nosotros, por nuestra parte, «no moriremos para siempre». Más aún, venceremos y triunfaremos con Él «que dio su vida por nosotros».

En el sacrificio de la vida de nuestros hermanos, en el sufrimiento de los heridos, queremos vislumbrar, con la certeza que nos proporciona la esperanza cristiana, cómo una nueva llama del amor misericordioso de Dios ilumina ya e irreversiblemente los trasfondos de la historia humana, aun los más trágicos y dolorosos; cómo a través del servicio heroicamente prestado por tantos hermanos nuestros en estos días de lacerante dolor alumbra de nuevo la esperanza.

Muchas de las víctimas de aquel sangriento atentado han conseguido proseguir con sus vidas, pero otras muchas, según datos de la Asociación de víctimas del 11-M y de la consejería de Sanidad del Gobierno regional de Madrid, necesitan tratamiento sanitario, en total 111 y 68 psiquiátrico, y hay además una joven, llamada Laura, que permanece en coma desde entonces.

Queremos finalizar este programa homenaje con el mensaje lanzado por el cardenal Rouco Varela: «Responded a la violencia ciega y al odio inhumano con el poder fascinante del amor. Venced la enemistad con la fuerza del perdón. Manteneos lejos de toda forma de nacionalismo exasperado, de racismo y de intolerancia. Testimoniad con vuestra vida que las ideas no se imponen, sino que se proponen. ¡Nunca os dejéis desalentar por el mal!»
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El Cardenal Arzobispo de Toledo y Primado de España condenó ayer de nuevo el terrorismo al cumplirse el tercer aniversario de los atentados de Madrid. El Card. Antonio Cañizares LLovera confíó a la «misericordia y al amor infinito de Dios a las víctimas de aquella violencia diabólicamente desatada hace tres años, como también a todas las víctimas del terrorismo, así como a sus familiares» con el anhelo de que «el Príncipe de la Paz, Jesucristo, convierta el corazón de los terroristas y de quienes los apoyan, inducen o encubren»... «Que Dios ilumine a quienes tienes responsabilidades en el Estado para que posibiliten una España justa, asentada en la verdad, y libre»... «en concordia y en paz».

En la crónica de Altagracia Domínguez, escucharemos la voz del cardenal Antonio Cañizares Llovera durante la homilía que pronunció en la Catedral Primada de España: RealAudioMP3








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