Entrevista con el cardenal Dziwisz sobre la clausura de la fase diocesana de beatificación
del Siervo de Dios Juan Pablo II
Domingo, 11 mar (RV).- Como anunciamos ayer el próximo 2 de abril, exactamente dos
años después de la muerte de Juan Pablo II, tendrá lugar en la basílica de san Juan
de Letrán la sesión de clausura de la fase diocesana del proceso de beatificación
sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad del Siervo de Dios Karol Wojtyla.
A partir de ahora proseguirá el proceso en el Vaticano, iniciando una nueva fase en
la Congregación para la causa de los Santos. La postulación será confiada también
en esta ocasión al sacerdote polaco monseñor Slawomir Oder. En las celebraciones
en San Juan de Letrán, estará presente una delegación polaca guiada por el arzobispo
de Cracovia, cardenal Stanislao Dziwisz, que durante más de cuarenta años fue secretario
personal de Karol Wojtyla. Fue precisamente en Polonia, el 1 de abril del año pasado,
donde se cerró ''el proceso rogativo'' de la fase diocesana, que consistió en la audición
de textos en polaco que el Tribunal de la diócesis de Roma tuvo que escuchar fuera
de su sede.
Pregunta Radio Vaticano.- En este cuadro conmemorativo hemos querido
recoger el testimonio del cardenal Stanislao Dziwisz para que nos explique la imagen
imborrable que ha dejado el gran Pontífice en millones de personas en todo el mundo,
que lo recuerdan aún con gran fervor, dos años después de su muerte. ¿Cómo se lo explica
Eminencia?
Respuesta cardenal Dziwisz.- También yo me lo pregunto. Cómo explicar
estas hileras que cada día se forman ante la tumba de Juan Pablo II. Estas personas
no van a visitar a un muerto, van para encontrar al Papa, para profundizar en el mensaje
que nos ha dejado, para tomar algo de él. Yo les entiendo.También en Cracovia recibimos
muchas peticiones de oración y casi diariamente yo celebro la Misa por estas intenciones
(...) Si pudiera utilizar una palabra: el secreto de todo esto es el amor. El amor
que no cesa con la muerte. Este amor ha quedado aquí. El amor del Papa hacia el Hombre:
en el Hombre él siempre vio a Dios;y el amor por el infinito. Y por otra parte ha
quedado el amor de la gente, sobre todo de los jóvenes, por el Papa, que siempre les
amó. Es un misterio, así es nuestra fe.
PRV.- En su libro de memorias, Usted
subraya la dimensión espiritual de Karol Wojtyla, un hombre en constante diálogo con
Dios. ¿Este fue el carácter más fuerte de su personalidad?
RCD.- Ciertamente.
Su gran fuerza, sobre todo cuando sus fuerzas físicas empezaron a faltarle, fue su
fuerza espiritual, una fuerza que provenía de su unión con Dios. Durante toda su vida
buscó a Dios y tuvo el gran privilegio de descubrir en su vida el valor de la oración.
Yo pienso que los jóvenes buscan a Dios, y han encontrado lo que el Hombre de hoy
busca en él, porque él estaba lleno de Dios.
PRV.- Durante estos dos años,
¿ha habido un acontecimiento particular que le haya sorprendido, relacionado con Karol
Wojtyla y su herencia espiritual?
RCD.- Aún hoy oímos aquel grito que se levantó
durante los funerales: “Santo subito”. La gente no quiere olvidarlo y quiere tenerlo
aun más cerca, en el honor de los altares. Verdaderamente este es un fenómeno que
se ve claramente y que no cesa.
PRV.- Después de tantos años al servicio de
Juan Pablo II, Usted actualmente es arzobispo de Cracovia. ¿Qué diría hoy este Papa
a su amada Polonia?
RCD.- Diría lo mismo que decía a todos los pueblos, pero
a mi patria diría hoy: “No miréis hacia atrás, caminad hacia delante. Si hay algo
que tenéis que perdonar, perdonadlo; pero sobre todo, intentad ir hacia delante, sin
perder tiempo, unidos en el amor, reconciliados, y no divididos”.
PRV.- Algunas
personas -si pensamos en particular en los recientes acontecimientos en Polonia- parece
como si quisieran atacar la figura de Juan Pablo II, ¿Usted cómo juzga estos intentos?
RCD.-
Quizá no quieran atacar la figura de Juan Pablo II, porque es difícil atacarlo sin
tener una inmediata y fuerte respuesta por parte de la gente. Por esto atacan a la
Iglesia, que siempre ha sido fiel, fiel siempre a la nación, y que siempre ha intentado
defender a la gente. Durante la dictadura, el único lugar donde existía una cierta
libertad, libertad de expresión, libertad de palabra, era en la Iglesia. Y también
hoy, la Iglesia es siempre la misma. Pero no se puede criticar a la Iglesia hoy por
los pecados del régimen.
PRV.- Eminencia, lo que ha causado más admiración,
en millones de personas, ha sido la heroicidad con la que Juan Pablo II afrontó el
sufrimiento en los últimos años de su vida.
RCD.- Yo estaba con él. Él se dedicó,
se ofreció de manera total a los demás. Pero la Providencia había previsto esta Cruz,
que el Papa llevó de manera edificante. Lo que no sé es si esta cruz era más fuerte
que su compromiso evangélico.