2007-03-11 15:54:44

Entrevista con el cardenal Dziwisz sobre la clausura de la fase diocesana de beatificación del Siervo de Dios Juan Pablo II


Domingo, 11 mar (RV).- Como anunciamos ayer el próximo 2 de abril, exactamente dos años después de la muerte de Juan Pablo II, tendrá lugar en la basílica de san Juan de Letrán la sesión de clausura de la fase diocesana del proceso de beatificación sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad del Siervo de Dios Karol Wojtyla. A partir de ahora proseguirá el proceso en el Vaticano, iniciando una nueva fase en la Congregación para la causa de los Santos. La postulación será confiada también en esta ocasión al sacerdote polaco monseñor Slawomir Oder.
En las celebraciones en San Juan de Letrán, estará presente una delegación polaca guiada por el arzobispo de Cracovia, cardenal Stanislao Dziwisz, que durante más de cuarenta años fue secretario personal de Karol Wojtyla. Fue precisamente en Polonia, el 1 de abril del año pasado, donde se cerró ''el proceso rogativo'' de la fase diocesana, que consistió en la audición de textos en polaco que el Tribunal de la diócesis de Roma tuvo que escuchar fuera de su sede.

Pregunta Radio Vaticano.- En este cuadro conmemorativo hemos querido recoger el testimonio del cardenal Stanislao Dziwisz para que nos explique la imagen imborrable que ha dejado el gran Pontífice en millones de personas en todo el mundo, que lo recuerdan aún con gran fervor, dos años después de su muerte. ¿Cómo se lo explica Eminencia?

Respuesta cardenal Dziwisz.- También yo me lo pregunto. Cómo explicar estas hileras que cada día se forman ante la tumba de Juan Pablo II. Estas personas no van a visitar a un muerto, van para encontrar al Papa, para profundizar en el mensaje que nos ha dejado, para tomar algo de él. Yo les entiendo.También en Cracovia recibimos muchas peticiones de oración y casi diariamente yo celebro la Misa por estas intenciones (...) Si pudiera utilizar una palabra: el secreto de todo esto es el amor. El amor que no cesa con la muerte. Este amor ha quedado aquí. El amor del Papa hacia el Hombre: en el Hombre él siempre vio a Dios;y el amor por el infinito. Y por otra parte ha quedado el amor de la gente, sobre todo de los jóvenes, por el Papa, que siempre les amó. Es un misterio, así es nuestra fe.

PRV.- En su libro de memorias, Usted subraya la dimensión espiritual de Karol Wojtyla, un hombre en constante diálogo con Dios. ¿Este fue el carácter más fuerte de su personalidad?

RCD.- Ciertamente. Su gran fuerza, sobre todo cuando sus fuerzas físicas empezaron a faltarle, fue su fuerza espiritual, una fuerza que provenía de su unión con Dios. Durante toda su vida buscó a Dios y tuvo el gran privilegio de descubrir en su vida el valor de la oración. Yo pienso que los jóvenes buscan a Dios, y han encontrado lo que el Hombre de hoy busca en él, porque él estaba lleno de Dios.

PRV.- Durante estos dos años, ¿ha habido un acontecimiento particular que le haya sorprendido, relacionado con Karol Wojtyla y su herencia espiritual?

RCD.- Aún hoy oímos aquel grito que se levantó durante los funerales: “Santo subito”. La gente no quiere olvidarlo y quiere tenerlo aun más cerca, en el honor de los altares. Verdaderamente este es un fenómeno que se ve claramente y que no cesa.

PRV.- Después de tantos años al servicio de Juan Pablo II, Usted actualmente es arzobispo de Cracovia. ¿Qué diría hoy este Papa a su amada Polonia?

RCD.- Diría lo mismo que decía a todos los pueblos, pero a mi patria diría hoy: “No miréis hacia atrás, caminad hacia delante. Si hay algo que tenéis que perdonar, perdonadlo; pero sobre todo, intentad ir hacia delante, sin perder tiempo, unidos en el amor, reconciliados, y no divididos”.

PRV.- Algunas personas -si pensamos en particular en los recientes acontecimientos en Polonia- parece como si quisieran atacar la figura de Juan Pablo II, ¿Usted cómo juzga estos intentos?

RCD.- Quizá no quieran atacar la figura de Juan Pablo II, porque es difícil atacarlo sin tener una inmediata y fuerte respuesta por parte de la gente. Por esto atacan a la Iglesia, que siempre ha sido fiel, fiel siempre a la nación, y que siempre ha intentado defender a la gente. Durante la dictadura, el único lugar donde existía una cierta libertad, libertad de expresión, libertad de palabra, era en la Iglesia. Y también hoy, la Iglesia es siempre la misma. Pero no se puede criticar a la Iglesia hoy por los pecados del régimen.

PRV.- Eminencia, lo que ha causado más admiración, en millones de personas, ha sido la heroicidad con la que Juan Pablo II afrontó el sufrimiento en los últimos años de su vida.

RCD.- Yo estaba con él. Él se dedicó, se ofreció de manera total a los demás. Pero la Providencia había previsto esta Cruz, que el Papa llevó de manera edificante. Lo que no sé es si esta cruz era más fuerte que su compromiso evangélico.








All the contents on this site are copyrighted ©.