Escuchar el programa Viernes, 9 mar
(RV).- El próximo mes de mayo se realizará en Aparecida, Brasil, la V Conferencia
del Episcopado Latinoamericano que tiene por tema: “Discípulos y misioneros de Jesucristo
para que nuestros pueblos en Él tengan vida”. Queremos retomar hoy este tema, porque
sin lugar a dudas, es un tema que busca revitalizar la esperanza de los pueblos latinoamericanos
en medio de tiempos tan confusos y de muchas sombras, debido al incremento de la
pobreza, las divergencias políticas y los conflictos.
El director del Observatorio
social del CELAM, Rodrigo Guerra López, en reciente entrevista subrayó justamente
que “el motivo principal de la V Conferencia General es encontrar los caminos que
permitan educar nuestro corazón para que siga con fidelidad a Cristo, en la Iglesia,
y responder, desde esta experiencia, a los diversos retos que las sociedades latinoamericanas
actualmente afrontamos“.
Y obviamente la familia es una de las instancias
de la sociedad que es preciso reproponer. La familia es una verdadera comunidad de
discipulado y verdadera escuela de vida social, subrayó Guerra López, por ello, es
preciso tratar de entender cuál es la situación en la que se encuentra actualmente.
Situación que está definida tanto por su naturaleza profunda, como por el difícil
escenario cultural en el que está inmersa.
En muchas ocasiones se ha señalado
que la familia es una estructura social, que responde y se debe a la naturaleza social
del hombre, y por ello es absolutamente esencial en el desarrollo físico y emocional
de las personas, es su soporte, su equilibrio y su motor. Y como estructura de la
sociedad es también esencial en las formas de relación, en la transmisión de los conocimientos
y saberes, y en la organización en general de las estructuras sociales.
Con
la evolución de los pueblos y las sociedades, la estructura familiar se ve hoy amenazada
desde diversos ámbitos, sin que existan muchas políticas públicas y reformas legales
con las que se proteja a la familia en América Latina, donde diariamente se atenta
contra de la familia, el matrimonio y la vida humana.
Rodrigo Guerra, el Director
del observatorio del CELAM, señalaba sobre este tema, que desde diversas corrientes
de pensamiento en América Latina, se insiste en la necesidad de que la familia natural
funja como criterio hermenéutico y de juicio de la realidad social que enfrenta América
Latina. Este esfuerzo por tomar en cuenta a la familia como criterio significativo
para la comprensión, y eventualmente para la acción, lo podemos denominar “perspectiva
de familia”.
La “perspectiva de familia”, subraya el Doctor Guerra, es un
enfoque que pretende ser un criterio transversal en las políticas públicas y en la
acción de la sociedad civil organizada que recupere el carácter personalista y de
comunión de la vida social a través de la reivindicación de la funcionalidad de la
familia como institución fundada en el matrimonio heterosexual y monogámico.
Es
decir es una concepción sobre la familia que ayuda a entender esta estructura social
fundamental como una instancia de profunda riqueza, de inmensa fuerza positiva y
propositiva para el fortalecimiento de nuestras sociedades, para darles sustentabilidad
auténtica, y para facilitar el reencuentro de las comunidades con referentes éticos
que colaboren a afirmar a las personas como fin, es decir, que ayuden a que la dignidad
de todos sea promovida y nunca sacrificada, puntualiza el Director del observatorio
social del CELAM.
El mensaje de esperanza que traerá la V Conferencia busca
reforzar justamente el ánimo y la fuerza de muchas familias, porque aún en medio
del dolor y la pobreza muchos hogares en América latina logran aún tener un cierto
peso, logran abrir aún un cierto horizonte existencial que anima, fortalece y motiva.
Desde el observatorio social se ha reflexionado sobre el tema, justamente “porque
la familia es una institución vulnerable, justo porque en ella se juega el destino
de las naciones, es por lo que es preciso entender que la Iglesia tiene una enorme
responsabilidad en este ámbito.
Rodrigo Guerra subraya que la Iglesia no propone
un mero ideal conservador de decencia conyugal. El Papa Juan Pablo II, y ahora el
Papa Benedicto XVI, de manera valiente no cesan de insistir en que el sentido cristiano
de la familia, del amor humano y de la sexualidad están en el corazón de la reconstrucción
y de la liberación de nuestros pueblos. La V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano
justo se inserta en esta preocupación y con toda seguridad impulsará con renovado
vigor la evangelización de las familias y el compromiso por establecer condiciones
de mayor solidaridad y justicia para con ellas.