Preocupación de Benedicto XVI por la medicina contemporánea que “cada vez está más
sujeta a las manipulaciones y a los intentos de distorsión de su específica naturaleza”
Viernes, 16 feb (RV).- “La medicina contemporánea está cada vez más sujeta a las manipulaciones
y a los intentos de distorsión de su específica naturaleza”. Esta es la gran preocupación
del Santo Padre manifestada en un mensaje al Congreso “Comunicación y capacidad de
relación en medicina: nuevas perspectivas para la actuación médica”. El citado Congreso
tiene lugar hoy viernes y mañana sábado en el Auditorium de la Universidad Católica
de Roma y ha sido organizado por la asociación ‘Medicina, diálogo y comunicación’
en colaboración con el departamento de ciencias geriátricas de la citada Universidad.
El
Pontífice subraya en su mensaje la importancia de los contenidos dentro en la comunicación
en medicina “que siempre deben inspirarse en la verdad”. En este Congreso en el que
participan 600 agentes sanitarios provenientes de 35 países de los cinco continentes,
de hecho, se proponen investigaciones, modelos aplicativos, resultados de proyectos
internacionales que afrontan, en una perspectiva internacional y multidisciplinar,
los retos que plantea el sufrimiento, la enfermedad y la muerte.
El Pontífice
aborda en su mensaje las nuevas perspectivas de la actuación médica, que deben referirse
a una capacidad comunicativa que considera al ser humano por encima de aquellos valores
impuestos por la sociedad cada vez con más frecuencia, y que priman la eficacia, la
productividad y la autonomía. El Papa exhorta al descubrimiento de nuevos caminos
para alcanzar una mayor autenticidad de las relaciones en el mundo de la medicina,
con una visión participativa y solidaria con la realidad de sufrimiento del paciente.
Retomando
el Magisterio de la Iglesia, el Pontífice considera un error identificar al ser humano
con su capacidad de relación y de comunicación, negando a quien no tiene estas capacidades
el valor intrínseco y objetivo que pertenece a la persona como tal. “Se trataría –añade
Benedicto XVI- de una lógica que tiende a identificar la dignidad de la persona con
la capacidad de comunicación verbal explícita. Y con tales presupuestos, en el mundo
no hay espacio para sujetos débiles estructuralmente, como el ser que va a nacer o
el moribundo, quienes están completamente a merced de otras personas y que sólo saben
comunicar a través del lenguaje mudo de una profunda simbiosis de afectos”.