2007-02-16 15:00:10

Preocupación de Benedicto XVI por la medicina contemporánea que “cada vez está más sujeta a las manipulaciones y a los intentos de distorsión de su específica naturaleza”


Viernes, 16 feb (RV).- “La medicina contemporánea está cada vez más sujeta a las manipulaciones y a los intentos de distorsión de su específica naturaleza”. Esta es la gran preocupación del Santo Padre manifestada en un mensaje al Congreso “Comunicación y capacidad de relación en medicina: nuevas perspectivas para la actuación médica”. El citado Congreso tiene lugar hoy viernes y mañana sábado en el Auditorium de la Universidad Católica de Roma y ha sido organizado por la asociación ‘Medicina, diálogo y comunicación’ en colaboración con el departamento de ciencias geriátricas de la citada Universidad.

El Pontífice subraya en su mensaje la importancia de los contenidos dentro en la comunicación en medicina “que siempre deben inspirarse en la verdad”. En este Congreso en el que participan 600 agentes sanitarios provenientes de 35 países de los cinco continentes, de hecho, se proponen investigaciones, modelos aplicativos, resultados de proyectos internacionales que afrontan, en una perspectiva internacional y multidisciplinar, los retos que plantea el sufrimiento, la enfermedad y la muerte.

El Pontífice aborda en su mensaje las nuevas perspectivas de la actuación médica, que deben referirse a una capacidad comunicativa que considera al ser humano por encima de aquellos valores impuestos por la sociedad cada vez con más frecuencia, y que priman la eficacia, la productividad y la autonomía. El Papa exhorta al descubrimiento de nuevos caminos para alcanzar una mayor autenticidad de las relaciones en el mundo de la medicina, con una visión participativa y solidaria con la realidad de sufrimiento del paciente.

Retomando el Magisterio de la Iglesia, el Pontífice considera un error identificar al ser humano con su capacidad de relación y de comunicación, negando a quien no tiene estas capacidades el valor intrínseco y objetivo que pertenece a la persona como tal. “Se trataría –añade Benedicto XVI- de una lógica que tiende a identificar la dignidad de la persona con la capacidad de comunicación verbal explícita. Y con tales presupuestos, en el mundo no hay espacio para sujetos débiles estructuralmente, como el ser que va a nacer o el moribundo, quienes están completamente a merced de otras personas y que sólo saben comunicar a través del lenguaje mudo de una profunda simbiosis de afectos”.








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