El Papa hace un llamamiento en favor de la ayuda humanitaria para las poblaciones
necesitadas de Corea del Norte y advierte ante el riesgo de una carrera armamentista
nuclear
Jueves, 15 feb (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana, en audiencia, al presidente
de la República de Corea, Roh Moo-hyun, acompañado de su esposa y séquito. Y, en el
marco de esta audiencia, se ha dado a conocer una carta que el Papa ha entregado al
mandatario coreano. En la misiva, acogiendo cordialmente al presidente Roh Moo-hyun,
el Santo Padre saluda con profundo afecto a todo el pueblo de Corea, asegurando sus
oraciones por «la paz y la estabilidad en la península coreana y en toda la región».
Tras recordar que durante más de cincuenta años, el pueblo de Corea sufrió las
consecuencias de la división, en la que numerosas familias quedaron destrozadas, el
Papa pide que se transmita su cercanía espiritual a todos aquellos que sufren debido
a esa triste separación, asegurando asimismo sus oraciones para que se encuentre pronto
una solución que permita el acercamiento y la comunicación.
Lamentando que
el mundo moderno está marcado por un creciente número de atentados contra la dignidad
de la vida humana, el Santo Padre elogia a todos aquellos que en Corea «trabajan en
favor de la defensa de la sacralidad de la vida, del matrimonio y de la familia».
Contextos, en los que la Iglesia católica es particularmente activa.
Ante el
riesgo de una carrera armamentista nuclear en esta misma región - preocupación que
comparte plenamente también la Santa Sede - Benedicto XVI dirige «un apremiante llamamiento
para que las partes interesadas no escatimen esfuerzos en resolver las tensiones presentes,
con medios pacíficos, frenando asimismo cualquier gesto o iniciativa que pudieran
poner en peligro las negociaciones». Al mismo tiempo, el Papa exhorta a que se asegure
el acceso urgente «a la ayuda humanitaria a la población más necesitada de Corea del
Norte».
El Santo Padre manifiesta su profunda gratitud a Dios por el destacado
desarrollo económico que experimenta la República de Corea y, al mismo tiempo, con
la conciencia de que no todos los ciudadanos de esta nación pueden se beneficiar plenamente
de esta creciente prosperidad, el Papa alienta a sus mandatarios «a trabajar en armonía
con todos aquellos que anhelan la promoción del bien común y de la justicia social».
La misiva del Pontífice, que agradece la visita del presidente de Corea, que
«sirve para fortalecer las buenas relaciones existentes entre este país y la Santa
Sede», concluye invocando a san Andrés Kim Taegon y a los mártires coreanos, con el
anhelo de que protejan a los ciudadanos de esta amada nación. El Papa reza por todo
el pueblo de Corea y asegura sus mejores parabienes.
Sobre esta misma audiencia
de Benedicto XVI al presidente de la República de Corea, la Oficina de Prensa de la
Santa Sede ha hecho público un comunicado en el que se informa de que después del
encuentro con el Papa, el Sr. Roh Moo-Hyun ha sido recibido por el cardenal Tarcisio
Bertone. En las conversaciones se han destacado «las cordiales relaciones entre la
Santa Sede y la República de Corea, así como el entendimiento y la cooperación existentes
entre la Iglesia católica y las autoridades civiles». Sin olvidar «la situación política
y social en Asia Oriental y, en particular, la evolución del proceso de reconciliación
en la península coreana y el respeto y promoción de los derechos humanos en esta misma
región».