93ª Jornada Mundial del Migrante y el refugiado: “La familia migrante”
Jueves, 11 ene (RV).- Este domingo se celebra en todo el mundo la 93ª Jornada Mundial
del Migrante y el refugiado bajo el tema “La familia migrante”. El mensaje que Benedicto
XVI dedicó para esta ocasión, era una invitación a reflexionar sobre las condiciones
de la familia migrante dirigiendo la mirada hacia la familia de Nazaret, reflejo de
la “imagen de Dios custodiada en el corazón de de cada familia”.
Por qué nos
invito a reflexionar en esta dirección, nos podemos preguntar. La respuesta es sencilla.
La Santa Familia en exilio es también modelo, ejemplo y apoyo de prófugos de toda
edad y condición, obligados a refugiarse en tierras extrañas para escapar de las persecuciones
o de las necesidades. Es aquí donde el Papa llama la atención sobre las dificultades
por las que atraviesan las familias migrantes que desde la distancia, sufren la lejanía
de sus seres queridos.
Frente a esta situación de rotura de las familias de
los más necesitados, la Iglesia alienta a ratificar los instrumentos internacionales,
tales como la Convención de 2003, sobre la protección de los trabajadores migrantes,
y ofrece a través de sus instituciones ayuda a todas las personas que se encuentran
refugiadas en tierras “extrañas”.
A nivel internacional Naciones Unidas creó
ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados. Utilizando la Convención de 1951
como su herramienta más importante, el mandato principal del ACNUR es garantizar la
protección internacional de aproximadamente 22 millones de personas desarraigadas
en el mundo. La Convención promociona los derechos humanos básicos de los refugiados
y la no repatriación contra su voluntad a un país donde sufran persecución. Les ayuda
a repatriarse a su país de origen cuando las condiciones así lo permitan, a integrarse
en los países de asilo o a reasentarse en terceros países. El ACNUR promociona los
acuerdos internacionales sobre los refugiados, colabora con los estados en el establecimiento
de estructuras de asilo y actúa en calidad de observador internacional en relación
a los asuntos de los refugiados.
Uno de los sectores de la inmigración que
más preocupa a la Iglesia, y de modo especial a Benedicto XVI, son las mujeres migrantes.
El Santo Padre en su mensaje evoca la situación de las mujeres víctimas del tráfico
de seres humanos y de la explotación, deteniéndose de manera especial en el análisis
de las condiciones de las familias hacinadas en los campos de prófugos, donde las
dificultades logísticas y personales se unen a esta realidad de abusos y explotaciones.
Según
ACNUR, por lo menos la mitad de las personas desarraigadas son mujeres adultas y niñas.
Sin contar con la protección de sus hogares, sus gobiernos y en muchos casos de las
estructuras familiares tradicionales, las mujeres se encuentran con frecuencia en
situaciones de vulnerabilidad. Se enfrentan a los rigores de largas jornadas de camino
hacia el exilio, el acoso o la indiferencia oficial y con frecuencia al abuso sexual,
incluso una vez que han alcanzado un lugar aparentemente seguro. Las mujeres no sólo
deben lidiar con estas amenazas personales y la consecuente estigmatización social
que muchas veces acarrea, sino que deben encargarse de la seguridad física, el bienestar
y la supervivencia de sus familias. En los últimos años el ACNUR ha desarrollado una
serie de programas especiales destinados a garantizar, en igualdad de condiciones,
el acceso de las mujeres a la protección legal y a la ayuda humanitaria de emergencia
mientras intentan reconstruir sus vidas.
Por último, otro de los sectores que
no hay que olvidar en esta cercana Jornada del Migrante son los estudiantes que se
encuentran lejos de sus familias, lejos de su calor. A ellos el Papa insta a que sean
seguidos pastoralmente por quienes trabajan en los servicios de movilidad humana.
En la conclusión de su mensaje el Santo Padre muestra su deseo de que la Jornada de
este domingo 14 de enero, sirva para sensibilizar a la sociedad sobre los problemas
de la familia migrante, animando a la comunidad eclesial a donarse a los más necesitados
siguiendo las palabras del apóstol Pablo: “Caritas Christi urget nos”.