Benedicto XVI acepta la dimisión del arzobispo Wielgus
Domingo, 7 ene (RV).- Benedicto XVI ha aceptado esta mañana la dimisión presentada
por el arzobispo Stanislaw Wielgus, de acuerdo con el canon 401 parte 2 del Código
de Derecho Canónico, por el que “se ruega encarecidamente al Obispo diocesano que
presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida
su capacidad para desempeñarlo”. El propio arzobispo polaco ha presentado su dimisión
a la Nunciatura Apostólica de Polonia, el mismo día que tenía que ingresar en la basílica
catedral de Varsovia, para dar inicio a su ministerio pastoral. En su lugar, el Papa
ha nombrado provisionalmente al Primado de Polonia y administrador diocesano de Varsovia,
al cardenal Jozef Glemp.
“No he desempeñado ninguna misión de espionaje (…)
nunca he hecho daño a nadie ni a través de mis palabras, ni con mis actos”, ha escrito
el propio monseñor Wielgus en una declaración en la que califica como falsas las acusaciones
que le atribuyen actitudes dolosas contra la Iglesia. “No quiero justificarme –prosigue
en la misiva- Sé que no tenía que mantener ninguna relación con los servicios del
régimen comunista de Polonia, siento mucho haber emprendido viajes fuera de Polonia,
de ahí el porqué de esos contactos. Pero en ese periodo sentía el deber de continuar
con varias investigaciones científicas importantes, para adquirir una formación para
el bien de la Iglesia”.
Ante estas declaraciones, el Padre Federico Lombardi,
director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de esta emisora, ha hecho pública
una nota en la que afirma que “no obstante su humilde y conmovedora petición de perdón,
la renuncia a la sede de Varsovia y la rápida aceptación por parte del Santo Padre,
son la solución más adecuada para hacer frente a la situación de desorientación creada
en esa nación”. El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha señalado que
se trata de un momento de gran sufrimiento para una Iglesia, la polaca, “que todos
amamos y que ha dado grandes pastores de la talla del cardenal Wyszynski y sobre todo,
de Juan Pablo II”.
Padre Lombardi ha solicitado de la Iglesia universal, solidaridad
espiritual para con la Iglesia que está en Polonia y que se le acompañe, con la oración
y el ánimo, para que “pueda encontrar lo más pronto posible serenidad”. Al mismo tiempo,
el director de Radio Vaticano ha observado que el caso de monseñor Wielgus “no es
el primero -ha precisado- y probablemente no será el último caso de ataque a personalidades
de la Iglesia en base a documentos de los servicios del pasado régimen”. Al intentar
sacar conclusiones atendibles sobre ese tipo de documentos, Padre Lombardi ha recordado
que no hay que olvidar que éstos “han sido escritos por los funcionarios de un régimen
opresor y chantajista”.
“A tantos años de distancia desde la caída del régimen
comunista y tras la muerte del grande e inatacable Juan Pablo II –prosigue la nota-
la actual avalancha de ataques a la Iglesia católica en Polonia, más que tratarse
de una sincera búsqueda transparente de la verdad, parece, por muchos aspectos, una
extraña alianza entre persecutores de un tiempo y sus adversarios, y una venganza
por parte de quien, en el pasado, les habían perseguido y fueron derrotados por la
fe y por las ganas de libertad del pueblo polaco”.
Padre Lombardi ha terminado
su comunicado recordando las palabras de Cristo: “La verdad os hará libres”. “La Iglesia
no teme la verdad y para ser fieles a su Señor, sus miembros tienen que saber reconocer
las propias culpas. Esperamos que la Iglesia en Polonia –acaba la nota- sepa vivir
y superar con valentía y lucidez este difícil periodo, para que pueda continuar a
dar su preciosa y extraordinaria contribución de fe e impulso evangélico a la Iglesia
europea y universal”.