2007-01-05 14:25:12

Reflexiones en familia


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Viernes, 5 ene (RV).- Iniciamos nuestras reflexiones con el tema de la familia política: los hermanos de mi esposa, las esposas de nuestros hermanos, las parejas de nuestros hijos, los padres de mi nuera y así una cantidad de personas con las cuales vamos adquiriendo relaciones y confianza gracias a las relaciones que nuestra familia establece o que nosotros mismos hemos establecido y que no siempre son fáciles de llevar.


Después de la relación con nuestra propia familia, la segunda más importante es con la familia de nuestra pareja. ¿Por qué? Porque esperamos un trato similar hacia nuestra propia familia.


Las cosas pueden sonar un poco complicadas, pero es más complicado aún cuando no hay relaciones amigables entre todos los involucrados. Si hay nietos y sobrinos de por medio que pueden sufrir la consecuencia de una relaciones con la familia política difíciles, en una familia donde existan problemas entre la abuela y la nuera, entre cuñados y entre los miembros de la familia en general, entonces realmente todos sufren.


Veamos por ejemplo una de las relaciones más comentada: entre suegra-nuera. Las mamás siempre quieren preservar el sistema de organización que implantaron en sus hogares, y aunque sus hijos tengan 50 años ellas los seguirán viendo como sus hijos adorados.


De ahí que las discusiones con las nuevas porque no hacen las cosas en los hogares de los hijos como las hubieran hecho las mamás son las más comunes. Frases como: · Tienes que saber hacerle la sopa como yo. · Él tiene que visitarme todos los días. · Después de mí, tú eres la mujer más importante para él. · Nadie lo entiende como yo, por eso todo me lo consulta a mí primero. Estas son expresiones claras de esa idea de continuidad que las mamás tienen sobre sus hijos, pese a que ellos hayan construido sus propios hogares.
Un esposo debe evitar que ambas partes se conviertan en contrincantes. Cuando existen estas desavenencias es porque el hijo no las ha resuelto. No es la nuera la que debe enfrentarse a la suegra. Madre e hijo deben ser honestos y ubicarse en su nuevo rol y en los contextos de cada familia.


El esposo debe dedicarle tiempo a su madre, pero por supuesto no con la misma frecuencia porque ahora su nueva familia necesita también de tiempo. Si no que la suegra refresque la memoria de cómo ella dejo su casa de soltera para formar un nuevo hogar. Y eso es lo normal.


Cuando se inician las competencias entre suegra y esposa es consecuencia de un esposo a quien le cuesta dejar su estrecho vínculo con su madre y tiene miedo de que si se aparta de ella lo dejarán de querer o que la madre podrá no sobrevivir sin su querido hijo. Ojo con esto porque entra el juego de la manipulación en donde algunas suegras se enferman con tal de que el hijo las llame o visite diariamente.


Aquellos esposos que permiten este tipo de situaciones deben reflexionar en qué tipo de relación mantienen con su madre antes de dejar de apoyar a sus esposas.


No cabe duda que las relaciones con la familia política son siempre importantes. Llevarse bien con los suegros y los cuñados, tener una relación de cordialidad –por lo menos- con los esposos o esposas de sus hijos permite que la vida cotidiana fluya, que los niños puedan disfrutar de la presencia y el amor de sus abuelos y tíos, que puedan generar complicidades entre los primos y que realmente la familia sea un unión de amor y armonía. De lo contrario, serán difíciles las relaciones, poco entendimiento y sobre todo la pérdida para los niños será siempre mayor.

Texto. Alma García
Locución: Alina Tufani







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