2007-01-03 11:13:42

Ángelus: Llamamiento a las familias en dificultad para que sepan resistir los embistes disgregadores de una cierta cultura contemporánea que mina las bases de la institución familiar


Domingo, 31 dic (RV).- A mediodía, Benedicto XVI se ha asomado a la ventana del Palacio apostólico Vaticano para rezar el Ángelus con los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro. En su breve alocución previa a la plegaria mariana, el Santo Padre ha aludido a la celebración de hoy, de la Sagrada Familia de Nazaret y con alegría ha dirigido un saludo a todas las familias del mundo, deseándoles la paz y el amor que Jesús nos ha dado viniendo entre nosotros en Navidad.

Seguidamente el Papa se ha referido al Evangelio de hoy, en el que encontramos “un acontecimiento que vale más que toda palabra: Dios ha querido nacer y crecer en una familia humana”. De esta manera la ha consagrado como primero y ordinario camino de su encuentro con la humanidad. También ha recordado que Jesús en Nazaret honró a la Virgen María y al justo José, a quienes obedeció durante su infancia y adolescencia. “De esta manera ha evidenciado el valor primario de la familia en la educación de la persona –ha señalado el Obispo de Roma- Por María y José, Jesús fue introducido en la comunidad religiosa, frecuentando la sinagoga de Nazaret. Con ellos aprendió a peregrinar a Jerusalén, como narra el evangelio que hoy la liturgia propone para nuestra meditación”.

Seguidamente el Papa ha aludido a la última parte del Evangelio de hoy referente a la permanencia de Jesús en el Templo y hace comprender a sus padres que debía “ocuparse de las cosas de su Padre”, es decir de la misión que Dios le había encomendado. “Este pasaje evangélico revela la más auténtica y profunda vocación de la familia: es decir la de acompañar a cada uno de sus componentes en el camino de descubrir a Dios y de su designio que Él ha predispuesto respecto a cada uno”.

Benedicto XVI después ha recordado que María y José educaron a Jesús en primer lugar con su ejemplo: “en sus Padres, Él ha conocido toda la belleza de la fe, del amor por Dios y por su Ley, así como la exigencia de la justicia, que encuentra pleno cumplimiento en el amor”. También ha subrayado que de ellos, Jesús aprendió en primer lugar, que era necesario hacer la voluntad de Dios, y que la unión espiritual vale mucho más que la unión de la sangre. La sagrada Familia de Nazaret es verdaderamente el “prototipo” de toda familia cristiana que, unida en el Sacramento del matrimonio y alimentada por la Palabra y la Eucaristía, está llamada a realizar la estupenda vocación y misión de ser célula viva no solamente de la sociedad, sino también de al Iglesia, signo e instrumento de unidad para todo el género humano.

El Pontífice ha finalizado su alocución invocando, junto a los fieles presentes en la plaza de San Pedro, la protección de María Santísima y de san José para todas las familias, especialmente para aquellas que se encuentran en dificultades. Para que las mantengan y sepan resistir a los embistes disgregadores de una cierta cultura contemporánea, que mina las bases de la institución familiar y que ayuden a las familias cristianas a ser, en todas las partes del mundo, imagen viva del amor de Dios. Y tras el rezo del Ángelus y el responso por los fieles difuntos el Papa ha saludado en varias lenguas. Estas han sido sus palabras en español: RealAudioMP3 “Doy mi bienvenida a los peregrinos de lengua española que participan en el rezo del ángelus, en este domingo en el que celebramos la Sagrada Familia. Pidamos por todas las familias del mundo para que en sus hogares se viva y transmita la fe, siendo así testigos del amor en el mundo. ¡Feliz día del Señor!”.

Saludando a los peregrinos de lengua polaca el Papa ha dado gracias a Dios por su peregrinación a Polonia. Ha recordando el itinerario que realizó siguiendo las huellas del Siervo de Dios Juan Pablo II y el testimonio de fe manifestado por los polacos.








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