Audiencia General: el Papa advierte contra los "falsos profetas que continúan proponiendo
una salvación a bajo precio que acaba por generar amargas desilusiones"
Miércoles, 20 dice (RV).- "Sólo mediante la espera vigilante y la oración podemos
reconocer y acoger la luz del nacimiento de Cristo". En la catequesis de la Audiencia
General, Benedicto XVI hablando de la Navidad pone en alerta ante los "falsos profetas
que continúan proponiendo una salvación a bajo precio", que terminan por generar grandes
desilusiones".
El Papa ha explicado también la importancia que tiene poner
el belén en las casas para recordar la llegada de Jesús. “El belén, -ha dicho- constituye
una sugestiva representación de la Navidad y es "un simple y elocuente modo para recordar
la llegada de Jesús".
“El Señor está cerca: venid y adoremos”. Con esta invocación
litúrgica, el Santo Padre Benedicto XVI ha empezado la catequesis de la Audiencia
General, la última antes de Navidad. El Papa en estos últimos días de Adviento nos
invita a acercarnos de puntillas a la gruta de Belén, donde se ha cumplido el evento
extraordinario, que ha cambiado el curso de la historia: el nacimiento del Redentor.
El Creador del Universo ha venido por amor a estar entre los hombres.
Desde
hacía muchos siglos, el pueblo elegido esperaba al Mesías, pero lo imaginaba como
un potente y victorioso caudillo que tenía que liberar a los suyos de la opresión
de los extranjeros. El Salvador nació, en cambio, en el silencio y la más absoluta
pobreza. “La Liturgia de Adviento -ha dicho el Santo Padre- nos exhorta a ser sobrios
y vigilantes, a no dejarnos cargar con el pecado y las excesivas preocupaciones del
mundo. Y de hecho, vigilando y rezando podremos reconocer y acoger el fulgor de la
Navidad de Cristo”.
¿La humanidad de nuestro tiempo espera aún al Salvador?,
se ha preguntado el Papa. La sensación es que muchos son los que consideran a Cristo
como extraño a sus propios intereses. Aparentemente, no tienen necesidad de Él; viven
como si no existiese, peor aún, como si fuese un obstáculo que hay que apartar. También
entre los creyentes algunos se dejan atraer por cautivadoras quimeras y se dejan confundir
por atractivas doctrinas que proponen ilusorias vías de escape para obtener la felicidad.
Sin embargo, a pesar de sus contradicciones, sus angustias y sus dramas, y
quizá por eso, ha explicado Benedicto XVI, la humanidad hoy busca un Salvador y espera
la llegada de Cristo, único y verdadero Redentor del hombre. Falsos profetas continúan
proponiendo una salvación a “bajo precio” que acaba por generar amargas desilusiones.
Es
tarea de nosotros, cristianos, difundir con el testimonio de la vida, la verdad de
la Navidad, que Cristo muestra a los hombres de buena voluntad. Naciendo en la pobreza
del pesebre, Jesús viene a ofrecernos a todos aquella alegría y aquella paz que pueden
colmar las esperanzas de alma humana. Y para prepararnos a abrir el corazón al Señor
que llega, la característica fundamental del cristiano en este tiempo de Adviento
-ha dicho el Santo Padre- es la de la espera vigilante y la oración, solo así podremos
acoger la luz del nacimiento de Cristo.
Benedicto XVI ha pedido que la Navidad
"no encuentre a los creyentes distraídos en adornar y embellecer sus casas" sino que
ha instado a que se "adorne el alma y la familia para que sean una digna demora donde
Jesús se sienta acogido con fe y amor". El Pontífice ha deseado a todos una feliz
Navidad, especialmente a los que se encuentran en dificultad, sufren por enfermedades
del cuerpo o del espíritu y a los que están solos o privados de su libertad.
Este
ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los
peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia:
Queridos
hermanos y hermanas:
La liturgia de estos días nos
acerca al portal de Belén para contemplar el extraordinario prodigio de amor del “Verbo
hecho carne”. El pueblo elegido esperaba al Mesías como un libertador poderoso, sin
embargo, el Salvador nació en el silencio y en la más absoluta pobreza. También hoy
la humanidad, aunque vive aparentemente como si Dios no existiese o fuera un obstáculo
para la propia felicidad, busca un Salvador y espera su llegada. Por eso, los cristianos
han de testimoniar con su vida la verdad de la Navidad: Jesús, naciendo en la pobreza,
ofrece a todos la única alegría y la única paz capaces de colmar el corazón humano.
¿Cómo prepararnos para recibir al Señor que viene? Mediante la espera vigilante y
la oración, que son la actitud fundamental del cristiano. Sólo vigilando y orando
podremos reconocer y acoger la luz del nacimiento de Cristo. En estos días, María
y José, que anhelan estrechar en sus brazos al Niño recién nacido, nos ayudarán a
vivir el gran misterio de la Navidad con renovado asombro y alegría, y con el don
de la paz.
Saludo cordialmente a los peregrinos
de lengua española, venidos de Latinoamérica y España. Ya cercanos a las fiestas navideñas,
os invito a vosotros aquí presentes y a vuestros familiares a celebrarlas con verdadero
espíritu religioso. En estos días, recordemos también de modo especial a cuantos se
encuentran solos, en dificultad, sufren o están privados de la libertad. A todos os
deseo una feliz Navidad.
Y, Como siempre, el Pontífice ha saludado a los
jóvenes a los enfermos y a los recién casados. Queridos amigos, os doy las gracias
por vuestra participación en este encuentro. “Dentro de unos días es Navidad e imagino
que en vuestras casas estaréis terminando el Nacimiento. “El belén, -ha dicho el Papa-
constituye una sugestiva representación de la Navidad y es un elemento importante
en la espiritualidad, en nuestra cultura y en el arte", para que continúe siendo "un
simple y elocuente modo para recordar la llegada de Jesús, que ha venido “a habitar
en medio de nosotros”.
Como es ya tradicional desde el pontificado de Juan
Pablo II, también este año el Vaticano ha instalado un belén en la Plaza de San Pedro
y en esta ocasión promete ser espectacular, visto las dimensiones. El Nacimiento ocupa
400 metros cuadrados de la plaza y representará una auténtica escena de las colinas
de Belén, con el portal donde nació Jesús y las casas típicas de aquella época en
Palestina. El belén será inaugurado la tarde del 24 de diciembre.