2006-12-15 17:17:55

Reflexiones en familia


Escuchar el programa RealAudioMP3
Viernes, 15 dic (RV).- Estamos a mediados de diciembre y no cabe duda que en estas fechas nos volcamos todos a la búsqueda de regalos para nuestros seres queridos, olvidándonos del obsequio más grande que tenemos: la vida.

Gozamos de un nuevo amanecer; nos levantamos todas las mañanas y sin darnos cuenta iniciamos una rutina que nos lleva a lo que llamamos nuestros quehaceres diarios. Y a veces no nos damos cuenta de que “pasamos por la vida”, sin darnos la oportunidad de vivirla. Se podría decir que siempre estamos rodeados de momentos que se van dando a lo largo de todas las acciones diarias, las cuales nos llenan de satisfacción, alegría, dudas, miedos, etc.

Sin embargo, éstas actividades y acciones de la vida diaria también nos ayudan a madurar y a crecer emocionalmente. Son todas estas vivencias diarias las que en ocasiones pasamos desapercibidas debido a que no les damos la mayor importancia.

Sería de mucho provecho detenernos unos instantes cada día para meditar acerca de nuestros logros y fallas porque sólo así podemos aprender y mejorar nuestra calidad de personas en todos los aspectos de la vida.

Pero siempre encontramos excusas para no hacerlo. Nos preguntamos por qué estamos gordos, pero comemos todo lo que encontramos y no hacemos ejercicios. ¡Cómo adelgazamos entonces! Desde pequeños nos enseñan la pirámide de la alimentación, pero ninguno la sigue.

De esa misma manera hacemos con el resto de nosotros. Queremos ser mejores, pero no nos detenemos a pensar en las cosas que debemos mejorar. Pero el querer algo sólo adquiere sentido cuando somos capaces de transformarlo en acción.

El desear hacer algo es lo inicial, pero debemos llevarlo a cabo. Es importante ser más conscientes de nuestros deseos para poder llevarlos a cabo con acciones que nos permitan lograrlo. Con seguridad algunas de las respuestas inmediatas frente a los desafíos y necesidades de nuestros deseos son: “no tengo tiempo para eso”.

Sería importante entonces valorar qué es lo importante para cada uno de nosotros. La vida es importante, es un don que debemos orientar y administrar de la mejor manera, lo mismo que el convivir en armonía con el resto de las personas a nuestro alrededor, hacer que nuestra vida y la de los semejantes sea más amable, armoniosa para todos.

Por ello querer ser mejor de lo que somos es muy importante, y es una tarea de todos los días, sin importar la edad o la etapa de vida que se esté viviendo. Siempre podemos ser mejores, siempre podemos hacer de nuestras familias un grupo de amor y de apoyo para esta sociedad en la cual crecen y crecerán nuestros hijos y nietos.

Si la vida es nuestro más preciado regalo, si es nuestro don maravilloso, entonces nuestra obligación es vivirla de la mejor manera, disfrutar de la vida que tenemos, de las posibilidades que esa vida nos regala cada día: gozar de la presencia de la gente que nos ama, gozar de la naturaleza maravillosa que nos brinda las posibilidades esenciales de subsistencia, gozar de las potencialidades que tenemos todos para transformar nuestros sueños en proyectos realizables, para hacer agradable la convivencia de cada día, dejando a un lado los egoísmos y las mezquindades, los celos y sentimientos de posesión.

Démosle la importancia que se merece nuestra vida y la de quienes nos rodean, recordando que no sabemos hasta cuándo la tendremos.

Texto. Alma Garcia
Locución:Alina Tufani








All the contents on this site are copyrighted ©.