2006-12-10 14:51:51

Homilía del Papa en su primera dedicación de una iglesia parroquial: “La parroquia es un faro que irradia la luz de la fe y nos sale al encuentro de los deseos más profundos y verdaderos del corazón"


Domingo, 10 dic (RV).- A las 9 de la mañana, el Santo Padre ha presidido la ceremonia de inauguración de la nueva iglesia de Santa María Estrella de la Evangelización. Se trata de la primera dedicación de Benedicto XVI como obispo de Roma. La nueva Iglesia está situada en un barrio de la periferia romana, donde el Papa ha celebrado la Santa Misa. El templo surge muy cerca de una nueva parroquia erigida el pasado mes de septiembre en honor del beato Juan XXIII. En su extensa, el Santo Padre ha dicho que esta nueva parroquia ha sido inaugurada durante el periodo de Adviento que, desde hace ya dieciséis años, la Diócesis de Roma dedica a la sensibilización de la recogida de fondos para la realización de nuevas iglesias.

Santa María Estrella de la Evangelización se añade a los más de 50 complejos parroquiales realizados en los últimos años gracias al esfuerzo económico del Vicariato, de la contribución de los fieles y la atención de las autoridades civiles. En este sentido, el Papa ha animado a proseguir este compromiso de generosidad: “Sobre todo en nuestro contexto social, ampliamente secularizado, la parroquia es un faro que irradia la luz de la fe y nos sale al encuentro de los deseos más profundos y verdaderos del corazón humano, dando significado y esperanza a la vida de las personas y de las familias”.

Comentando las lecturas litúrgicas, Benedicto XVI ha querido ponerlas en referencia a la Iglesia que estaba dedicando, edificio sacro, casa de Dios y casa de los hombres. Y ha destacado tres grandes temas: la Palabra de Dios que reúne a los hombres; la Ciudad de Dios que al mismo tiempo aparece como esposa; y la confesión de Jesucristo como Hijo de Dios encarnado, expresada por Pedro, que da inicio a aquella Iglesia viva que se manifiesta en el edificio material de la Iglesia.

“La Palabra de Dios inaugura un nuevo año, inaugura una nueva hora de la historia. La Palabra de Dios es fuerza de renovación que da sentido y orden a nuestro tiempo, ha afirmado el Santo Padre. “El edificio de la Iglesia existe para que la Palabra de Dios pueda ser escuchada, explicada y comprendida entre nosotros; existe, para que la Palabra de Dios opere entre nosotros cómo fuerza que crea justicia y amor. Existe, para que en este edificio pueda comenzar la fiesta en la cual Dios quiere hacer participar a toda la humanidad, no al final de los tiempos, sino a partir de ahora mismo. “El edificio existe, pues, para que aprendamos a vivir la alegría del Señor que es nuestra fuerza”.

En referencia a la segunda lectura, el Papa ha explicado que “la ciudad no es un simple edificio de piedra. La ciudad es esposa y nos remite a algo vivo: a la Iglesia de piedras vivas, al pueblo nuevo que, con la partición del pan, se convierte en un solo cuerpo con Cristo”. Como el hombre y la mujer en su amor se convierten “en una sola carne”, así Cristo y la humanidad reunida en la Iglesia, se convierten mediante el amor de Cristo en “un solo espíritu”. Con Cristo formamos una sola cosa; junto a Él, la Iglesia se convierte en “espíritu de vida”. La Ciudad santa es la imagen de esta comunidad que se forma a partir de Cristo. Y los cimientos de esta ciudad, ha dicho Benedicto XVI, no son “piedras materiales, sino seres humanos”: son los Apóstoles con el testimonio de su fe. Apóstoles que son fundamentos básicos de la nueva ciudad, de la Iglesia, mediante el ministerio de la sucesión apostólica, mediante los Obispos.

Y finalmente, reflexionando sobre el Evangelio, el Pontífice ha afirmado que “la Palabra de Dios no es sólo palabra”. En Jesucristo, ésta está presente en medio de nosotros como Persona. Es la finalidad profunda de la existencia de este edificio sagrado. La Iglesia existe para que encontremos a Cristo, el Hijo de Dios vivo. En Cristo, Dios se ha hecho carne y se nos da en el misterio de la Eucaristía. Y la Iglesia es el lugar de este encuentro con el Hijo del Dios vivo, y al mismo tiempo el lugar de encuentro entre nosotros.

El Papa ha saludado también a los chicos y chicas de la parroquia especialmente a los que se están preparando para la Primera Comunión y la Confirmación. “Si queremos imitar a Dios y no sólo vivir para nosotros, pensemos en los demás y hagámosles un regalo”. Y el mejor regalo es ser bueno con los demás mostrar la bondad, la justicia, el amor. Y haciendo este verdadero don, en el que imitamos a Dios, nos preparamos también a la Primera Comunión y la Confirmación. Con la Primera Comunión, la Navidad es perfecta. En la Navidad Dios se ha dado a sí mismo; en la Primera Comunión nos hace este regalo a cada uno de nosotros.








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