2006-12-07 15:40:38

Mensaje de Benedicto XVI a la XI sesión pública de las Pontificias Academias, cuyo premio de este año ha sido conferido por el Papa a la Sección africana para los Congresos Mariológicos


Jueves,7 dic (RV).- Benedicto XVI ha transmitido su profundo aprecio por «el camino de las Pontificias Academias, cuya meta es la de promover y sostener, en la Iglesia y en el mundo de la cultura y de las artes, un renovado y generoso proyecto de humanismo cristiano, capaz de responder adecuadamente a los desafíos – culturales y religiosos – con los que se confrontan cotidianamente los hombres y las mujeres de esta época nuestra».

En un Mensaje con motivo de la XI sesión pública de las Pontificias Academias, celebrada esta mañana en el Aula del Sínodo en el Vaticano, que ha sido leído por el Cardenal Secretario de Estado, Benedicto XVI pone de relieve el tema elegido para este importante encuentro: «La Inmaculada Madre de todos los hombres, icono de la belleza y de la caridad divina».

Tras hacer hincapié en que «permaneciendo profundamente unida a Cristo crucificado y resucitado, María se revela como Madre de toda la humanidad y, en particular, de los discípulos del Hijo», el Santo Padre alienta en este mismo mensaje a todos los estudiosos de Mariología «con el fin de que se empeñen cada vez más e intensifiquen sus actividades en los centros de estudio y en las publicaciones científicas».

El mensaje empezaba refiriéndose al premio de estas Pontificias Academias, «instituido por el Siervo de Dios Juan Pablo II, con el fin de alentar a jóvenes estudiosos e instituciones a promover, con sus estudios o sus iniciativas culturales, el humanismo cristiano para el tercer milenio». Galardón que este año Benedicto XVI ha conferido a la Sección africana para los Congresos Mariológicos, que está integrada por jóvenes estudiosos y docentes de Mariología de varios países africanos y se ha distinguido por significativas iniciativas de estudio, que se proponen contextualizar en las culturas africanas la reflexión mariológica. La mencionada sección africana galardonada está enlazada con la Pontificia Academia Mariana Internacional y que surgió en el ámbito del Congreso Mariológico Internacional de 2000.

Además, el Santo Padre ha ofrecido, como signo de aprecio y aliento una Medalla de su Pontificado al estudioso Fidel Stockl, sacerdote filipino por su obra dedicada a María, Modelo y Madre para la vida consagrada. Una Síntesis mariana de Teología de vida consagrada basada en las enseñanzas de Juan Pablo II.

El Cardenal Secretario de Estado ha evocado la Encíclica de Benedicto XVI, Dios es Amor, en la que el Papa se refiere a las palabras de Jesús en la cruz: « Ahí tienes a tu madre » (Jn 19, 27) Palabras que indican que Ella se hace de nuevo verdadera Madre en cada generación. «María se ha convertido efectivamente en Madre de todos los creyentes. A su bondad materna, así como a su pureza y belleza virginal, se dirigen los hombres de todos los tiempos y de todas las partes del mundo en sus necesidades y esperanzas, en sus alegrías y contratiempos, en su soledad y en su convivencia. Y siempre experimentan el don de su bondad; experimentan el amor inagotable que derrama desde lo más profundo de su corazón. Los testimonios de gratitud, que le manifiestan en todos los continentes y en todas las culturas, son el reconocimiento de aquel amor puro que no se busca a sí mismo, sino que sencillamente quiere el bien» (n.42).







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