Intervención del arzobispo Mamberti en el XIV Consejo Ministerial de la OSCE
Jueves, 7 dic (RV).- "La Santa Sede aprecia vivamente los documentos que se proponen
intensificar la lucha contra el tráfico de personas, centrándose en las víctimas.
El azote de la explotación sexual de los niños, que a menudo está ligado al tráfico
de personas, requiere una atención especial. La Iglesia católica, por su parte, no
dejará de estimular la conciencia internacional en lo que concierne a la extensión
de la gravedad de estos azotes". Así lo manifestaba el arzobispo Dominique Mamberti,
secretario para las Relaciones con los Estados, durante su intervención el lunes por
la tarde en el XIV Consejo Ministerial de la OSCE (Organización para la Seguridad
y la Cooperación en Europa), celebrada en Bruselas (Bélgica) el 4 y 5 de diciembre
y al que han sido invitados los ministros de Exteriores de los Estados participantes
en dicha organización. El prelado expuso también la especial atención con la que
la Santa Sede sigue el tema de la tolerancia, y se preguntó ¿cómo pueden promover
las religiones el respeto y la comprensión con autoridad y eficacia si ellas mismas
son víctimas de estereotipos y de prejuicios? En este contexto mons. Mamberti recordó
que en uno de los países de la OSCE, un sacerdote católico había sido asesinado y
que varios cristianos habían sido víctimas de violencia y de agresiones. En este
mismo sentido el arzobispo recordó las palabras de Benedicto XVI en su viaje apostólico
a Turquía con respecto a cómo “el reconocimiento del papel positivo de las religiones
en la sociedad puede y debe impulsarnos a profundizar cada vez más en el conocimiento
del ser humano y a respetar su dignidad". El prelado expresó, por su parte, el deseo
de la Santa Sede de que "este conocimiento y este respeto se reflejen de modo transparente
y honrado en el trabajo de la OSCE y de sus instituciones, así como en el ámbito de
la tolerancia". El secretario para las Relaciones con los Estados manifestó en
otro momento de su intervención el deseo de que esta reunión "refuerce y ponga en
práctica la "experiencia" de la OSCE, afinando los instrumentos de los que dispone
para llegar a su objetivo final: la paz y la estabilidad de la zona euro-atlántica,
a través de sociedades seguras y prósperas, que promuevan la dignidad del ser humano,
reconociendo su dimensión religiosa fundamental".