Profundo dolor del Papa por la ordenación episcopal ilegítima de un sacerdote en
China Continental
Sábado, 2 dic (RV).- Benedicto XVI ha recibido con profundo dolor la noticia de la
ordenación episcopal ilegítima del sacerdote Giovanni Wang Renlei, que tuvo lugar
el pasado jueves, 30 de noviembre en Xushoy, en la provincia de Jiangsu, en China
Continental. Lo señala, este sábado, una declaración de la Oficina de Prensa de la
Santa Sede, poniendo de relieve que se trata de una «ordenación episcopal conferida
sin mandato pontificio. Es decir, sin respetar la disciplina de la Iglesia católica
en lo que se refiere al nombramiento de los Obispos».
Tras recordar que ésta
es «en orden de tiempo, la última de las ordenaciones episcopales ilegítimas, que
afligen a la Iglesia católica en China ya desde hace algunos decenios – creando divisiones
en las comunidades diocesanas y atormentando la conciencia de muchos eclesiásticos
y fieles», el mismo Comunicado señala que «esta serie de actos extremadamente graves,
que ofenden los sentimientos religiosos de todos los católicos en China y en todo
el mundo, es fruto y consecuencia de una visión de la Iglesia que no corresponde a
la doctrina católica y subvierte principios fundamentales de su estructura jerárquica».
Lamentando
que no se haya tenido en cuenta de los pasos cumplidos por parte de la Santa Sede
para evitar esta nueva ordenación episcopal ilegítima, la nota recuerda que es una
«nueva laceración de la comunión eclesial». Ante la cual «el derecho canónico establece
severas sanciones para aquellos que la confieren y los que la reciben, siempre que
el acto haya sido cumplido en condiciones de verdadera libertad».
El mismo
comunicado pone de relieve que «es consolador, que a pesar de las dificultades pasadas
y presentes, la casi totalidad de obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos
en China, conscientes de que son miembros de la Iglesia universal, han mantenido una
profunda comunión de fe y de vida con el Sucesor de Pedro y con todas las comunidades
católicas en todo el mundo».
La Santa Sede afirma que «tiene conciencia del
drama espiritual y del sufrimiento de aquellos eclesiásticos – Obispos consagrantes
y ordenados – que se ven obligados a ser parte activa de ordenaciones episcopales
ilegítimas, faltando así a la tradición católica, que en su corazón quisieran seguir
fielmente». La misma Santa Sede «participa en el pesar de aquellos católicos – sacerdotes,
religiosos, religiosas y laicos – que se ven obligados a acoger a un Pastor, sabiendo
que no está en plena comunión jerárquica ni con el que encabeza el colegio de obispos
ni con los demás obispos en todo el mundo».
El Comunicado acaba reiterando
que «en lo que concierne a las ordenaciones episcopales, la Santa Sede no puede aceptar
el que se la ponga ante hechos cumplidos. Por lo tanto, deplora la forma de proceder
en la ordenación del sacerdote Wang Renlei, que ha tenido lugar en Xuzhou, y espera
que en el futuro no se vuelvan a repetir incidentes de este tipo».