Museos Vaticanos: “La gran civilización clásica y la judeo-cristiana no se oponen
entre sí. Sino que convergen en el único plan de Dios”
Viernes, 24 nov (RV).- Al recibir en audiencia, en la tarde de ayer, al personal de
los Museos Vaticanos -que este año celebran su V centenario- Benedicto XVI destacó
que las personas que visitan estos Museos “tienen la oportunidad de ‘sumergirse’ en
un concentrado de ‘teología por imágenes’, deteniéndose en este santuario de arte
y de fe”. El Santo Padre puso de relieve la gran responsabilidad que los Museos Vaticanos
tienen en relación con el “mensaje cristiano”, ante las numerosas personas que acuden
a visitarlos cada día y que representan una muestra de la familia humana.
Cada
día miles de personas visitan los Museos Vaticanos. En el año 2005 han sido más de
3 millones ochocientos mil, y en lo que va de año, son ya más de 4 millones. “Esto
nos hace pensar”, exclamó el Papa, preguntándose después “¿Quiénes son estos visitantes?”,
a lo que respondió señalando que “son una representación heterogénea de la humanidad.
Entre ellos, muchos no son católicos, tantos no son cristianos y quizá tampoco creyentes.
Buena parte de ellos visita también la Basílica de San Pedro, pero muchos, del Vaticano,
visitan sólo los Museos. Todo ello nos hace reflexionar sobre la extraordinaria responsabilidad
que enviste a esta institución desde el punto de vista del mensaje cristiano”.
El
Papa citó después la inscripción que su predecesor, Benedicto XIV mandó poner en la
entrada del Museo Cristiano: “Para promover el esplendor de Roma y afirmar la verdad
de la religión cristiana”, reiterando de este modo que el acercamiento a la verdad
cristiana, mediado a través de la expresión artística, histórica y cultural tiene
una oportunidad más para hablar a la inteligencia y a la sensibilidad de personas
que no pertenecen a la Iglesia católica y que, algunas veces, pueden sentir prejuicios
y desconfianza hacia la misma”.
Benedicto XVI puso de relieve que los Museos
Vaticanos encierran una verdad: “Permitidme ahora que evidencie una verdad que está
inscrita en el ‘código genético’ de los Museos Vaticanos: que la gran civilización
clásica y la judeo-cristiana no se oponen entre sí, sino que convergen en el único
plan de Dios. Lo demuestra el hecho de que el origen remoto de esta institución se
remonta a una obra que podríamos calificar como ‘profana’ -el magnífico grupo escultural
del Laoconte– pero que en realidad, insertada en el contexto vaticano, adquiere su
luz plena y auténtica”.
Refiriéndose a la importancia de las distintas secciones
que componen los Museos Vaticanos, Benedicto XVI recordó que representan una feliz
síntesis entre Evangelio y cultura. “Un entrelazarse continuo entre cristianismo y
cultura, entre fe y arte, entre lo divino lo humano. Cuyo culmen insuperable es la
Capilla Sixtina, finalizó el Papa.