2006-11-11 16:40:38

Mensaje del Papa en el 90 aniversario de la batalla de Verdum, “un momento sombrío de la historia del Continente que jamás debe olvidarse ni repetirse”, una ‘inútil masacre’ de más de 200 mil personas


Sábado, 11 nov (RV).- Benedicto XVI ha enviado un mensaje al obispo de Verdum con motivo de celebrase hoy el 90 aniversario de la batalla más larga de todas las guerras en todos los tiempos: la batalla de Verdum. Un triste episodio en el enfrentamiento bélico entre franceses y alemanes que, en 1916, durante la primera Guerra Mundial, produjo, en 11 meses de enfrentamientos, de febrero a diciembre, más de 200 mil muertos.

El Papa se asocia con sus oraciones a todas las personas reunidas en Verdum implorando a Dios el don de la paz y de la valentía para una concordia y fraternidad cada vez más intensa entre Francia y Alemania. “La Eucaristía con la que celebramos la victoria de Cristo sobre la muerte, -escribe el Papa- nos muestra que Dios es más fuerte que todos los poderes oscuros de la historia, que el amor es más fuerte que el odio y que, como dice san Pablo, Cristo con su Cruz ha abatido los muros del rencor para reconciliar a los hombres”.

Después de los dos grandes conflictos que han ensangrentado Europa, provocando infinidad de víctimas nuestra responsabilidad hoy -afirma el Pontífice-, es que el sacrificio de tantos hombres muertos en el campo de batalla por amor a la patria, no sea vano. Los restos de los caídos sin distinción de nacionalidad reposan en el osario de Douaumont, gracias a la iniciativa de Mons. Ginisty que hizo inscribir en el frontón del mausoleo la palabra “Paz”.

El Santo Padre ha recordado la nota que envío su predecesor el Papa Benedicto XV a los jefes de los pueblos beligerantes, proponiendo entonces una paz duradera y haciendo un urgente llamamiento a cesar lo que él llamó “una inútil masacre”.

“Verdum momento sombrío de la historia del Continente -afirma Benedicto XVI- debe permanecer en la memoria de los pueblos como un acontecimiento que jamás debe olvidarse ni repetirse, invitando a franceses y alemanes y a todos los europeos, en general, a que en el futuro establezcan siempre sus relaciones en la fraternidad, la solidaridad y la amistad entre los pueblos.

“Puedan nuestros contemporáneos, especialmente las nuevas generaciones, -señala el Papa- sacar provecho de las enseñanzas de la historia y apoyándose en las raíces y en los valores cristianos que han contribuido ampliamente a formar la Europa de las naciones y la Europa de los pueblos, aplicarse en crear lazos de fraternidad y de caridad entre ellos, para el bien de todos. Verdum, símbolo de reconciliación entre viejos enemigos, pueda servir de ejemplo entre los países en guerra para que encuentren el camino de la paz, dado que sólo la reconciliación y el perdón recíproco pueden abrir una paz verdadera.








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