El presidente de ‘Justicia y Paz’ concluye su viaje a EE.UU. para presentar el magisterio
social de la Iglesia
Martes, 31 oct (RV).- «La Iglesia no es un agente político pero la fe cristiana debe
tener ciudadanía plena en la cultura de nuestro tiempo». Reiterando esta afirmación
de Benedicto XVI, el presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz ha realizado
un viaje a Estados Unidos, que - en 9 días - que le ha llevado a Minesota, Mineapolis,
Florida, California y Conneticut.
Con el telón de fondo de la Encíclica Dios
es Amor, de Benedicto XVI, el cardenal Renato Martino ha mantenido encuentros y conferencias
para presentar el mensaje de la doctrina social de la Iglesia al mundo del trabajo
y en relación con los objetivos del milenio para el desarrollo.
Al concluir
ayer este viaje, un comunicado de prensa del mismo dicasterio pontificio recuerda
que «la predicación del Evangelio abarca un profundo interés en la promoción humana,
la proclamación de las normas que impulsen una nueva convivencia en la paz y la justicia
y trabajar en colaboración con todas las personas de buena voluntad para crear relaciones
e instituciones más humanas».
El purpurado ha profundizado en el papel de la
Iglesia en la vida pública y ha puesto de relieve que «en el mensaje de Cristo, la
comunidad humana puede encontrar el impulso para amar al prójimo; luchar contra todo
lo que está en contra de la cultura de la vida; aceptar la fundamental igualdad de
todos; derrotar cualquier forma de discriminación y superar una ética meramente individualista,
en la perspectiva de la amistad civil y de la fraternidad».
El presidente del
Pontificio Consejo Justicia y Paz ha hecho hincapié en que «la libertad religiosa
es un bien para la sociedad». Y, en este contexto, ha señalado que «una verdadera
autonomía de las realidades seculares debe garantizar, precisamente, la libertad religiosa
y permitir que la Iglesia cumpla su deber, que tiene un valor público, a pesar de
que no sea directamente político».