Escuchar el programa Viernes, 27 oct
(RV).- Hoy hablaremos del silencio en la familia, particularmente entre los esposos,
un silencio que puede ser producto de la rutina, pero también del rechazo, de problemas
como la confianza, el respeto, la valoración del uno por el otro, el desinterés y
obviamente el desamor. La mayoría de las parejas sostienen que después de la pasión
de los primeros tiempos, lo que más influye en la unión o separación matrimonial es
la presencia o ausencia de comunicación.
Desde parejas recién casadas hasta
aquellas con treinta años de matrimonio, todas sostienen que la comunicación es un
factor de fundamental importancia. Cuando por algún motivo, los canales del diálogo
se obstruyen, se interrumpen o simplemente no funcionan bien, entonces empiezan los
problemas.
Generalmente son las mujeres, las que se lamentan por la carencia
de comunicación sea verbal o física, pues en mayor medida ellas sienten que sus maridos
no les cuentan sus actividades, sus problemas y no les dan a conocer sus pensamientos
ni les expresan ningún tipo de sentimientos. De manera particular, las mujeres son
las que más se sienten ignoradas en la relación de pareja, pues no se sienten escuchadas
ni tomadas en cuenta y cuando ellas toman la iniciativa para comunicarse con el cónyuge,
éste no responde. Otras en cambio, protestan porque son tomadas en cuenta sólo para
las funciones del hogar y la crianza de los niños, nada más. Este es un lamento que
se repite constantemente y que lleva a las mujeres a sentirse "solas en pareja".
Mientras
que las mujeres necesitan al llegar al hogar contar qué les pasó durante el día y
escuchar además lo que sus esposos tengan para decirles, el hombre prefiere dormir,
mirar un partido de fútbol o ponerse a escuchar música. Ante las preguntas insistentes
de las mujeres, ellos se sienten resentidos, no comprendidos por lo que les pasa.
"Después de todo un día de trabajo --comenta Carlos, vendedor de publicidad-- no tengo
ganas de escuchar más problemas ni que me pregunte nada".
Hay casos en que
alguno de los dos, más frecuentemente el marido, es de naturaleza introvertida. Viene
de una familia en la que se hablaba poco o nada y por lo tanto, es poco comunicativo
y le cuesta mucho expresar sus sentimientos. No comparte sus pensamientos ni opiniones.
Parece parco y huraño y, en estos casos, la mujer siente que está en un constante
monólogo verbal y afectivo.
A medida que pasa el tiempo, se va haciendo cada
vez mayor el sentimiento de impotencia ante la imposibilidad de lograr comunicación
con su esposo. La situación adquiere muchas veces, caracteres dramáticos y produce
grandes desavenencias matrimoniales. Cuando el problema es realmente intenso y no
puede resolverlo solo o con apoyo y ayuda familiar, se debe recurrir a atención profesional,
puesto que si no lo hace así, la incomunicación va a producir un deterioro matrimonial
que puede llegar hasta la separación.
Otro factor que produce incomunicación
en la pareja es la huida de uno de sus miembros hacia algún tipo de adicción. Ser
adicto significa estar dominado por una fuerza que esclaviza y de la cual es muy difícil
liberarse. Puede ser que desde la infancia, el hombre o la mujer haya absorbido el
ejemplo adictivo de uno de sus progenitores, y use el alcohol, el juego, la droga
o el trabajo mismo como una manera de autodestruirse o pagar culpas no elaboradas.
Con frecuencia, es el cónyuge sano quien busca ayuda terapéutica para la pareja, que
no siempre es efectiva o por lo menos aceptada de buena forma.
En las parejas
que presentan dificultades en la comunicación, muchas veces da la impresión de que
uno habla inglés y el otro chino, y en esa forma es imposible que se entiendan. Para
empezar a comunicarse necesitan un lenguaje común que es el que se busca a través
de la autoayuda o de la asistencia profesional. En este último caso es necesario que
durante un tiempo, el terapeuta oficie el rol de intermediario para que ambos puedan
entenderse. Es necesario analizar por qué se producen situaciones conflictivas, cuál
es el origen de la incomprensión del uno hacia el otro y qué es lo que hay detrás
de cada actitud.