Discurso del Papa a los Ordinariatos Militares: “Las fuerzas armadas están al servicio
exclusivo de la defensa, seguridad y libertad de los pueblos”
Jueves, 26 ovt (RV).- Benedicto XVI ha recibido a última hora de la mañana a los participantes
en el V Congreso Internacional de los Ordinariatos Militares. En su discurso el Papa
ha señalado cómo la Iglesia está llamada a ser “sal, luz y fermento”, para que la
mentalidad y las estructuras militares estén cada vez mejor orientadas hacia la construcción
de la paz. En este sentido ha recordado que "el magisterio de la Iglesia sobre el
tema de la paz constituye un aspecto esencial de su doctrina social".
Este
insistente llamamiento a la paz ha influido en la cultura occidental promoviendo el
ideal de que “las fuerzas armadas estén al servicio exclusivo de la defensa, seguridad
y libertad de los pueblos”. “Desgraciadamente a menudo –ha señalado el Papa- otros
intereses económicos y políticos fomentados por tensiones internacionales hacen que
esta tendencia constructiva a la paz encuentre obstáculos y dificultades como en los
procesos de desarme”.
El Papa ha aludido en su discurso a la Constitución Apostólica
Spirituali Militum Curae promulgada hace veinte años por Juan Pablo II, con la que
actualizó el reglamento canónico de asistencia espiritual a los militares a la luz
del Concilio Vaticano II. En los últimos decenios el escenario mundial ha cambiado
y este documento pontificio, aun conservando su plena actualidad, ha subrayado Benedicto
XVI, exige siempre una continua adaptación a las necesidades del momento, que es precisamente
lo que ha hecho este congreso organizado por la Congregación para los Obispos.
Benedicto
XVI releyendo el proemio de la Constitución Apostólica de su predecesor ha destacado
los elementos fundamentales que el documento evidencia: el valor de la persona y el
valor de la paz. “Poner en primer lugar a las personas significa privilegiar la formación
cristiana del militar, acompañando a él y sus familiares en el recorrido de la iniciación
cristiana, del camino vocacional, de la maduración en la fe y en el testimonio –ha
señalado el Papa- y a la vez significa favorecer las formas de fraternidad y de comunidad,
como la oración litúrgica, apropiadas al ambiente y a las condiciones de vida de
los militares.
En cuanto al segundo aspecto, el valor de la paz, el Papa ha
recordado que aquellos que prestan servicio militar pueden considerarse “como ministros
de la seguridad y de la libertad de los pueblos, porque cumplen su deber rectamente
y concurren verdaderamente al establecimiento de la paz”. El Pontífice ha exhortado
a los presentes para que “los capellanes militares sean auténticos expertos y maestros
de aquello que la Iglesia enseña y practica en orden a la paz en el mundo”.
“La
Iglesia es por su naturaleza misionera, y su primera tarea es la evangelización para
anunciar y testimoniar a Cristo y promover en cualquier ambiente y cultura su Evangelio
de paz y amor”, enfatizó Benedicto XVI.
Por último Benedicto XVI concluye manifestando
que la Iglesia desde el interior del mundo militar continuará ofreciendo su propio
servicio a la formación de las conciencias, sabiendo que la Palabra de Dios, sembrada
y acompañada por el servicio de la caridad y la verdad, produce su fruto en el momento
oportuno”.