2006-10-26 15:52:02

Discurso del Papa a los Ordinariatos Militares: “Las fuerzas armadas están al servicio exclusivo de la defensa, seguridad y libertad de los pueblos”


Jueves, 26 ovt (RV).- Benedicto XVI ha recibido a última hora de la mañana a los participantes en el V Congreso Internacional de los Ordinariatos Militares. En su discurso el Papa ha señalado cómo la Iglesia está llamada a ser “sal, luz y fermento”, para que la mentalidad y las estructuras militares estén cada vez mejor orientadas hacia la construcción de la paz. En este sentido ha recordado que "el magisterio de la Iglesia sobre el tema de la paz constituye un aspecto esencial de su doctrina social".

Este insistente llamamiento a la paz ha influido en la cultura occidental promoviendo el ideal de que “las fuerzas armadas estén al servicio exclusivo de la defensa, seguridad y libertad de los pueblos”. “Desgraciadamente a menudo –ha señalado el Papa- otros intereses económicos y políticos fomentados por tensiones internacionales hacen que esta tendencia constructiva a la paz encuentre obstáculos y dificultades como en los procesos de desarme”.

El Papa ha aludido en su discurso a la Constitución Apostólica Spirituali Militum Curae promulgada hace veinte años por Juan Pablo II, con la que actualizó el reglamento canónico de asistencia espiritual a los militares a la luz del Concilio Vaticano II. En los últimos decenios el escenario mundial ha cambiado y este documento pontificio, aun conservando su plena actualidad, ha subrayado Benedicto XVI, exige siempre una continua adaptación a las necesidades del momento, que es precisamente lo que ha hecho este congreso organizado por la Congregación para los Obispos.

Benedicto XVI releyendo el proemio de la Constitución Apostólica de su predecesor ha destacado los elementos fundamentales que el documento evidencia: el valor de la persona y el valor de la paz. “Poner en primer lugar a las personas significa privilegiar la formación cristiana del militar, acompañando a él y sus familiares en el recorrido de la iniciación cristiana, del camino vocacional, de la maduración en la fe y en el testimonio –ha señalado el Papa- y a la vez significa favorecer las formas de fraternidad y de comunidad, como la oración litúrgica, apropiadas al ambiente y a las condiciones de vida de los militares.

En cuanto al segundo aspecto, el valor de la paz, el Papa ha recordado que aquellos que prestan servicio militar pueden considerarse “como ministros de la seguridad y de la libertad de los pueblos, porque cumplen su deber rectamente y concurren verdaderamente al establecimiento de la paz”. El Pontífice ha exhortado a los presentes para que “los capellanes militares sean auténticos expertos y maestros de aquello que la Iglesia enseña y practica en orden a la paz en el mundo”.

“La Iglesia es por su naturaleza misionera, y su primera tarea es la evangelización para anunciar y testimoniar a Cristo y promover en cualquier ambiente y cultura su Evangelio de paz y amor”, enfatizó Benedicto XVI.

Por último Benedicto XVI concluye manifestando que la Iglesia desde el interior del mundo militar continuará ofreciendo su propio servicio a la formación de las conciencias, sabiendo que la Palabra de Dios, sembrada y acompañada por el servicio de la caridad y la verdad, produce su fruto en el momento oportuno”.








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