2006-10-23 12:13:51

Ángelus: llamamiento del Papa para poner fin a la gravísima situación de inseguridad en Irak y a la feroz violencia que padecen muchísimos inocentes sólo por ser chiítas, sunítas o cristianos


Domingo, 22 oct (RV).- La Jornada Mundial de las Misiones, en su octogésimo aniversario, ha sido puesta de relieve por el Papa en el tradicional Ángelus del domingo en la Plaza de San Pedro, con el mensaje de que la misión nace siempre de un corazón transformado por el amor de Dios.

El Santo Padre ha enviado además un saludo a los musulmanes de todo el mundo con motivo de la conclusión del mes de Ramadán. En este contexto, el Papa ha manifestado su cercanía a los cristianos, chiítas y sunitas de Irak por la gravísima situación de inseguridad en que viven y la feroz violencia a que están expuestos.

Bajo el lema propuesto para la Jornada Mundial de las Misiones para este año 2006, “La caridad, alma de la misión” el Santo Padre ha recordado el octogésimo aniversario de su institución, por parte del Papa Pío XI, en el año jubilar de 1925. Aquel impulso a las misiones ad gentes nació con una grandiosa exposición que se ha convertido hoy en la Colección Etnológico-misionera de las Museos Vaticanos.

Desarrollando el lema asignado para este año, “El amor, alma de la misión”, el Santo Padre ha precisado que el trabajo misionero no se reduce a actividades filantrópicas, ni se puede limitar a la dimensión social de la ayuda humanitaria, sino que encuentra su sentido en el misterio del amor que mueve al Padre a enviar a su Hijo al mundo, y que ha sido derramado en los fieles por el Espíritu Santo.

“En efecto, la misión, si no está animada por el amor, se reduce a una actividad filantrópica y social. Para los cristianos, en cambio, valen las palabras del apóstol Pablo: ‘el amor de Cristo nos apremia’. La caridad que mueve al Padre a enviar a su Hijo al mundo, y al Hijo a ofrecerse por nosotros en la muerte en cruz, esa misma caridad ha sido derramada por el Espíritu Santo en el corazón de los creyentes. Cada bautizado, come sarmiento unido a la vid, puede cooperar así con la misión de Jesús, que se resume en esto: llevar a cada persona la buena noticia de que ‘Dios es amor’ y, justamente por esto, quiere salvar al mundo”.

El Santo Padre ha señalado que la misión parte siempre de un corazón transformado por el amor de Dios. Nuestra mirada al corazón traspasado del Crucificado, hecha oración, nos hace experimentar el gozo de sabernos amados y el deseo de amar y convertirnos en instrumento de misericordia y reconciliación. Mirada que nos trae al recuerdo a San Francisco de Asís, quien hace 800 años en la capilla destruida de San Damián, oyó de Cristo la apalabra “Ve a reparar mi casa, que como ves está en ruinas. Era la casa de su propia vida, era la casa de la Iglesia, no la hecha de piedras, sino la de las personas siempre necesitadas de purificación, y la de la humanidad entera, en la que Dios quiere habitar.

El Papa ha señalado que en este trabajo de instaurar el Reino de Dios, hay sitio para todos, cada uno desde la situación en que la Providencia le ha puesto: en la familia, en el trabajo profesional, en la vida consagrada, en el ministerio sacerdotal y de forma específica, en los enviados a las misiones. Que María Santísima nos ayude a vivir con renovado impulso el gozo y el coraje de la misión.

Después del rezo a la Madre de Dios, tras un especial deseo de paz a los musulmanes de todo el mundo al finalizar el Ramadán, Benedicto XVI ha expresado su pesar y preocupación por las noticias que llegan de Irak. El Papa ha manifestado su cercanía a las víctimas inocentes.

«Queridos hermanos y hermanas con gusto envío un cordial saludo a los musulmanes del mundo entero que, en estos días, celebran la conclusión del mes de ayuno de Ramadán. ¡A todos deseo serenidad y paz! Contrastan dramáticamente con este clima dichoso las noticias que provienen de Irak sobre la gravísima situación de inseguridad y sobre las feroces violencias a las que están expuestos muchísimos inocentes sólo porque son chiítas, sunítas o cristianos. Percibo la gran preocupación que vive la comunidad cristiana y deseo asegurar que estoy a su lado, así como a todas las víctimas. Y para todos pido fortaleza y consuelo.

Ante esta situación y con nuevo y apremiante llamamiento, Benedicto XVI ha invitado a unirse a él en su «súplica al Omnipotente, con el fin de que done la fe y la valentía necesarios a los responsables religiosos y a los líderes políticos, locales y del mundo entero, para sostener al pueblo iraquí en el camino de la reconstrucción de su patria, en la búsqueda de equilibrios compartidos, en el respeto recíproco, en tomar conciencia de que la multiplicidad de sus componentes es parte integrante de su riqueza».

En el saludo el Papa se ha dirigido a los innumerables fieles, unos 35.000, se han dado cita en la Plaza de San Pedro, y es especial, en español, a un numerosísimo grupo de peruanos que celebran este domingo su fiesta en honor al Señor de los Milagros, en cuyo honor han celebrado la Santa Misa en Basílica. RealAudioMP3

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, de modo especial a los peregrinos de la diócesis de Tegucigalpa, con su Obispo Auxiliar, así como a la Hermandad y fieles devotos del Señor de los Milagros. Que la intercesión de la Virgen María y el ejemplo de los apóstoles Pedro y Pablo os ayude a dejaros conquistar por el amor de Cristo, para vivir, como Él, totalmente entregados al servicio de los demás. ¡Feliz Domingo!
 







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