2006-10-23 15:55:58

Mensaje del Pontífice al presidente de Hungría en el 50 aniversario de la insurrección de Budapest contra el régimen soviético-comunista


Lunes, 23 oct (RV).- Con un mensaje al presidente de la República de Hungría, Laszlo Sólyom, Benedicto XVI se suma a las conmemoraciones del 50 aniversario de la insurrección de Budapest contra el régimen soviético-comunista, que perseguía fines opuestos a la libertad y a los valores de la nación húngara. Tras destacar el recuerdo de los trágicos eventos del 23 de octubre de 1956, que, «en pocos días, provocaron miles de víctimas mortales y heridos, causando gran pesar en todo el mundo», el Papa evoca las firmes y apremiantes palabras de Pío XII.

Esos cuatro llamamientos en los que su venerado predecesor pidió con insistencia a la Comunidad Internacional «el reconocimiento de los derechos de Hungría a la autodeterminación». Además de hacer hincapié en la importancia de este evento para la historia del pueblo húngaro y para la de toda Europa, Benedicto XVI señala que participa en estas celebraciones por medio del Decano del Colegio Cardenalicio, cardenal Angelo Sodano. Purpurado que hasta hace poco tiempo fue su Secretario de Estado.

Asimismo, después de poner de relieve «el milenario entendimiento que anima las relaciones entre la Sede Apostólica y el noble pueblo húngaro», el Papa expresa su satisfacción por la justa valoración de la relación entre estado y ciudadano, que caracteriza a este mismo pueblo. «A pesar de las opresiones padecidas a lo largo de siglos» y «más allá de cualquier ideología».

«Según la visión cristiana, en la que se inspiraron los pueblos que dieron vida a la nación húngara» - reitera Benedicto XVI - «la persona con sus legítimas aspiraciones morales, éticas y sociales precede al Estado». Así como «la estructura legal del estado y su justa laicidad se conciben siempre en el respeto de la ley natural, traducida a los auténticos valores nacionales, y - para los creyentes - enriquecida por la Revelación».

Benedicto XVI termina su mensaje reiterando su anhelo de que «Hungría pueda construir un futuro libre de toda opresión y condicionamiento ideológico». Que esta importante conmemoración histórica sirva para reflexionar sobre «los ideales y valores morales, éticos y espirituales que han construido a Europa, de la que forma parte Hungría». Y que este mismo país siga impulsando una «civilización fundada en el respeto de la persona y sobre la primacía de sus destinos elevados».







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