Escuchar el programa Viernes, 20 oct
(RV).- Hablar de las relaciones de pareja no es nada fácil, puesto que son tantos
los aspectos que intervienen, en la medida en que en toda relación cada persona aporta
lo que es: sus formas de ser, sus sentimientos, su manera de ver y concebir la vida,
sus miedos y también expectativas. De ahí que muchas personas digan que una relación
de pareja es un esfuerzo constante a la paciencia, a la tolerancia, para vivir medianamente
en convivencia.
Cuando hablamos de la pareja, las características positivas,
los gestos y las aptitudes que encontramos en la persona que amamos al comienzo de
la relación, deberían bastar para mantenernos enamorados y motivados a disfrutar de
la compañía y el compartir a lo largo de la vida. Pero si ambos logramos mantener
la disposición a reconocer, aceptar y corregir aquellos hábitos, creencias y actitudes
que pudieran afectarnos negativamente a nosotros mismos y a la pareja, seguramente
experimentaremos una relación más satisfactoria y duradera.
Una de las características
de las parejas que funcionan y perduran en el tiempo es la capacidad de descubrir
y reforzar las cualidades “ocultas” de sus integrantes. Cuanto más confiados nos sintamos
el uno en el otro, más libres nos sentiremos para crecer y transformarnos como individuos
dentro de la convivencia. Tener el deseo de superación, es indispensable para que
la relación se fortalezca y perdure, si bien es importante aceptar a nuestra pareja
como es, también lo es apoyarle para que se desarrolle y cambie por su voluntad, en
los aspectos negativos de su personalidad.
Recordemos que existe un límite
sutil entre manipular a la persona para que haga lo que nosotros queremos, o estimularlo
y animarlo para que busque y reconozca sus cualidades y las exprese con seguridad.
La convivencia, la intimidad y la confianza que experimentamos en la relación,
hará que podamos expresarnos con libertad y espontaneidad mostrando algunos aspectos
desconocidos de nuestra personalidad, por eso, es en el día a día que nos conocemos,
compartiendo la vida cotidiana. Estar atentos para observarnos sin juzgar, y
mantener una comunicación clara y directa, nos permitirá conocernos más, para apoyarnos
a encontrar la felicidad y la realización personal. No perdamos la oportunidad de
convertirnos en mejores amigos, compañeros y compinches el uno del otro, para compartir
la aventura de la vida.
Podemos tener una relación maravillosa si nos apoyamos
mutuamente para crecer y mejorar como personas, con dedicación, respeto, confianza
y amor.
Es importante entonces para tener una relación estable, y para hacer
que esta relación sea enriquecedora cultivar la amistad con nuestra pareja, la compañía
de un buen amigo, nos suaviza la vida. Esta es la persona que nos acepta como somos,
que nos escucha con atención, que se interesa en nuestros asuntos y que nos anima
a sacar lo mejor de nosotros. Con los amigos somos tolerantes y pacientes, hasta el
punto de disculpar sus errores fácilmente.
Pero también es muy importante
descubrir y resaltar los aspectos positivos de la personalidad de nuestra pareja:
lealtad, responsabilidad, ingenio, alegría… Pregúntate si lo que te molesta de tu
pareja es lo suficientemente importante y grave, como para desaparecer sus cualidades
y poner en riesgo el bienestar de la relación.
No cabe duda que las relaciones
en una pareja se construyen o se derrumban por pequeños detalles. Por ello es importante
establecer una comunicación clara, respetuosa, justa, sólo ello permitirá superar
las diferencias cuando estas se presenten. Muchas veces consideramos que nuestra pareja
debe adivinar lo que sentimos o necesitamos y no hay que olvidar que lo que puede
ser obvio para uno, puede no estar claro para el otro.
En la pareja, un hombre
y una mujer abren sus corazones y se entregan a compartir la vida con amor y dedicación,
cada uno mejorará al otro a través del intercambio y una clara y abierta disponibilidad
a compartir la vida juntos.