2006-10-13 16:26:02

Reflexiones en familia


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Viernes, 13 oct (RV).- Nuestras reflexiones de hoy están enfocadas al manejo del dinero al interior de la familia, particularmente el control que deben tener los padres para darle a sus hijos una adecuada educación de manera que ellos puedan valorar exactamente lo que significa el dinero y los gastos en la medida de las necesidades. Bienvenidos.

Definitivamente, nos dice un padre de familia que nunca nos enseñaron ni en el colegio, ni en la universidad a ser padres. No existe un manual para ello y por eso se podría decir que ser padres es siempre una experiencia nueva que se construye día a día con ensayo y error.

Los tiempos que vivimos, ricos en tecnologías y ayudas para desempeñarse exitosamente en la profesión y para insertarse con acierto en el mundo de la globalización, no son propiamente los mejores para educar en valores a los hijos.

Con respecto al manejo del dinero, cada vez es más difícil poder decir a los hijos que no se les puede dar todo lo que piden, porque las cosas cuestan y se requiere de mucho trabajo y esfuerzo para conseguir los recursos de sostenimiento de una familia.

Amar a los hijos no es tanto darles cosas, dinero, lujos y gustos, sino darles tiempo. Pero... hoy casi no hay tiempo para ellos en muchos hogares. Los padres trabajan y llegan tarde y cansados. Y en familias donde solamente trabaja uno de los padres, que lleva adelante todas las responsabilidades del hogar, la situación es más delicada.

Ante la falta de tiempo para estar con los hijos, muchos padres les demuestran su amor dándoles cosas y cada vez más cosas y más caras, al compás de las exigencias de los muchachos, que cada vez exigen y piden más, incluso se vuelven intolerantes antes las negativas.

Muchos padres de familia llenan a sus hijos con tecnología, computadores, celulares; todo tipo de juegos y miles de cosas más con lo cual creen mantener controlados u ocupados a sus hijos, estos padres creen cumplir de esta forma con los deberes de la educación y del amor que les deben brindar.

Pero la solución no es dar todo ni negar todo. La solución a la falta de tiempo para compartir con los hijos no es llenarlos de cosas con las cuales sustituir la presencia de los padres. Una abundancia de objetos para los hijos que además les crea necesidades consumistas que distorsionan en muchas ocasiones la sensación del dinero y del esfuerzo, creando un gusto por la facilidad en conseguir las cosas –basta con solicitarlas, con apropiárselas- sin darle un justo sentido al valor de las cosas y de todo lo que puede rodearlas: valores como el compartir con otros, como el esfuerzo y sacrificio para obtener algo deseado, etc.

Educar en el valor del dinero y hacer saber al hijo que el dinero no se encuentra debajo de las piedras es hoy por hoy una tarea fundamental. Sobre todo es necesario saber manejar la relación entre resultados buenos y premios, muchas veces premiamos a los hijos no sólo por lo que hacen bueno –restando en ocasiones sentido a sus propias responsabilidades-, sino que los premiamos para suplir nuestras ausencias: como no estoy contigo te traigo un regalo, como no puedo acompañarte a la presentación en el colegio te doy un juego. En este aspecto juega mucho la concertación. Pero el muchacho debe saber que las cosas en la vida hay que ganarlas y muchas veces hay que lucharlas.

Es importante entonces tener claridades frente al tema del dinero y mantener una posición coherente para educar en valores de respeto, de estimación adecuada frente al valor de las cosas, del esfuerzo para conseguirlas, es decir de una valoración justa frente al tema.

Texto: Alma García
Locución: Alina Tufani Díaz








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