2006-10-07 18:18:30

El Papa subraya la necesidad de vivir en plenitud la dicha de ser cristianos frente a la progresiva indiferencia ante los valores de la fe en la vida familiar, civil y política


Sábado, 7 oct (RV).- Benedicto XVI ha recibido hoy en audiencia a un nutrido grupo de peregrinos de las diócesis de la región italiana de Romagna, que junto a sus obispos, ha viajado a Roma para recordar con gratitud la vista pastoral que el siervo de Dios Juan Pablo II realizó a estas tierras hace 20 años. El Santo Padre ha manifestado su satisfacción ante esta providencial ocasión en la que se ha hecho memoria de los discursos pronunciados entonces por su predecesor en el curso de aquel viaje pastoral.

Se trata, ha dicho Benedicto XVI, de una preciosa enseñanza y de una singular oportunidad para profundizar y reflexionar sobre aquellas palabras; es una invitación a caminar unidos junto a vuestros pastores y al Sucesor de Pedro; es un estímulo para los miembros de vuestras diócesis para proseguir con ánimo renovado la común misión evangelizadora, dando testimonio del Evangelio de la esperanza en nuestra época.

“La población de Romagna ha afirmado el Papa, ha sabido salvaguardar y defender a lo largo de los siglos su patrimonio espiritual”. Como subrayó Juan Pablo II, sois “una comunidad humana y cristiana llena de fervor operativo, consciente de su papel en la sociedad actual; una comunidad de cristianos que quiere tener unida la firmeza de la fe y la valentía del testimonio social, la adhesión a la comunidad eclesial con la lealtad a la sociedad civil”. “Que estas palabras de mi predecesor os ayuden a superar las dificultades”.

Y los problemas en Romagna, como en otros lugares, no faltan “para quien quiere vivir de manera coherente la propia fe, esforzándose en conjugarla con las exigencias de la vida cotidiana”, ha señalado el Pontífice que ha destacado, por ejemplo, las crisis que amenazan a tantas familias; las necesarias vocaciones sacerdotales y religiosas; y las tantas insidias de la sociedad consumista y secularizada que intenta seducir cada vez más a un mayor número de personas, induciéndolas a una progresiva indiferencia ante los valores de la fe en la vida familiar, civil y política”.

“Se trata de desafíos que han de ser afrontados sin desánimo, ha explicado el Papa, mirando con confianza a los muchos motivos de esperanza que gracias a Dios no faltan”. Y a este respecto el Santo Padre ha recordado las palabras que Juan Pablo II pronunció a los jóvenes en aquella ocasión: “Este es el momento de vivir en plenitud la dicha de ser cristianos. Testimoniad esta alegría ante el mundo, porque Cristo camina siempre a vuestro lado”.







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