Jornada Mundial del Turismo: el Papa subraya las potencialidades positivas del turismo
cuando se inspira en valores humanos y espirituales
Miércoles, 27 sep (RV).- Con motivo de la Jornada Mundial del Turismo, que se celebra
hoy el Santo Padre ha expresado su deseo de que “esta significativa celebración contribuya
a poner de relieve las potencialidades positivas del turismo cuando éste se inspira
en valores humanos y espirituales. El cardenal Angelo Sodano, escribiendo en nombre
del Santo Padre señala que el tema propuesto este año por la Organización Mundial,
“El turismo es riqueza”, ofrece la oportunidad de reflexionar sobre cómo caracterizar
de un modo más adecuado una cultura de la movilidad humana y del viajar, tal como
se presenta en las diversas formas del turismo contemporáneo.
“Al mismo tiempo
–continúa el mensaje- permite analizar los importantes intereses económico-financieros
y las amplias repercusiones sociales, religiosas, culturales, políticas y ecológicas
que la actual dimensión globalizada del turismo presenta a la acción responsable de
los Estados y los Pueblos”. El Papa subraya el papel predominante del turismo como
motor económico y laboral, además de propiciar un auténtico desarrollo humano y social.
Además
el turismo puede expresar, sobre todo en nuestra época, la dimensión fundamental de
la persona humana que es la de crecer en el conocimiento y la de experimentar cómo
el hombre es portador de civilización y de bien. Sin embargo, advierte el Pontífice,
“para que esto sea posible es necesaria un preparación seria que evite la improvisación
y la superficialidad”, para que las personas, las comunidades y los bienes naturales
y culturales de los lugares de destinación turística sean salvaguardados.
Benedicto
XVI finaliza invitando “a todos los que colaboran con la meritoria actividad de la
Organización Mundial del Turismo a un compromiso activo, cada uno en el ámbito de
su propia competencia, para que el turismo se viva como ocasión de enriquecimiento
humano y espiritual. De este modo, el turismo puede convertirse en otro recurso eficaz
de auténtico enriquecimiento de la humanidad; a través de él, en efecto, los hombres
y las culturas se intercambian los valores del conocimiento y del bienestar, de la
justicia y de la libertad, de la belleza y de la paz, que dan sentido pleno a la vida”.
Mensaje
completo enviado al secretario general de la Organización Mundial del turismo. Francesco
Frangialli
Vaticano, 8 de septiembre de 2006 Excelentísimo Señor:
Con
motivo de la Jornada Mundial del Turismo, que tendrá lugar el próximo 27 de septiembre,
me es grato hacerle llegar el saludo cordial de Su Santidad Benedicto XVI, junto con
el deseo de que esta significativa celebración contribuya a poner de relieve las potencialidades
positivas del turismo cuando éste se inspira en valores humanos y espirituales. El
tema propuesto este año por la Organización Mundial, “El turismo es riqueza”, ofrece
la oportunidad de reflexionar sobre cómo caracterizar de un modo más adecuado una
cultura de la movilidad humana y del viajar, tal como se presenta en las diversas
formas del turismo contemporáneo. Al mismo tiempo permite analizar los importantes
intereses económico-financieros y las amplias repercusiones sociales, religiosas,
culturales, políticas y ecológicas que la actual dimensión globalizada del turismo
presenta a la acción responsable de los Estados y los Pueblos.
El turismo
es una fuente incuestionable de bienestar porque pone en movimiento la economía de
las naciones y representa una parte fundamental del producto interior bruto y de la
balanza de pagos de la mayoría de los Estados. Además, en las diversas tareas relacionadas
con la actividad turística están empleadas millones de personas y encuentran trabajo
las categorías sociales más variadas. La constitución de sociedades financieras multinacionales
y de empresas de trabajo nacionales especializadas también para atender a las diversas
franjas de edad como los jóvenes y los jubilados hace mas fáciles los intercambios
turísticos en todas las épocas del año. Millones de personas y de familias hacen
turismo. El turismo favorece la creación de asociaciones de trabajadores y de cooperativas
familiares y de otros tipos, implica la ciudad y el campo, abarca lugares de montaña
y de mar, así como parajes naturales o de gran significación cultural. El turismo
se constituye de este modo en ocasión y fuente privilegiadas para promover el arte
y la artesanía. Mediante la innovación tecnológica más actualizada (internet, avión,
naves, autopistas, trenes de alta velocidad, etc...) se elimina la distancia de tiempo
y de espacio de tal manera que el turista puede llegar fácilmente a cualquier rincón
de la tierra. En la acogida recíproca entre el visitante y el residente se puede realizar
aquel intercambio de bienes naturales y culturales que hace la convivencia humana
más fraterna y solidaria.
Como la Organización Mundial ha recordado varias
veces, el turismo tiene que ver sobre todo con el ser humano. El enriquecimiento que
el turismo puede producir no debe ser, por tanto, meramente económico o material.
Es iluminador lo que el Concilio Vaticano II observa al respecto: “Pues con la disminución
generalizada del tiempo de trabajo aumentan cada vez más las ventajas para muchos
hombres. Conviene emplear el ocio para relajar el ánimo, para fortalecer la salud
del alma y el cuerpo, ... por medio de los viajes hacia otras regiones (turismo) con
los que el espíritu del hombre se afina, y los hombres mismos se enriquecen con el
mutuo conocimiento” (Constitución Gaudium et spes, 61). El turismo puede propiciar
un auténtico desarrollo humano y social gracias a la oportunidad siempre mayor que
ofrece de compartir bienes, de realizar fecundos intercambios culturales, de admirar
la belleza de la naturaleza y del arte y de encontrarse con mentalidades, tradiciones
y religiones diversas. Viajar enriquece el espíritu del hombre cuando éste se pone
en movimiento para descubrir cosas nuevas, cuando se ve impulsado a conocer las repuestas
que otras personas han dado a los grandes interrogantes de la existencia. El turismo
puede expresar, sobre todo en nuestra época, la dimensión fundamental de la persona
humana que es la de crecer en el conocimiento y la de experimentar cómo el hombre
es portador de civilización y de bien. Sin embargo, para que esto sea posible es necesaria
una preparación seria que evite la improvisación y la superficialidad. Es deseable
por tanto que los Estados, las asociaciones de operadores turísticos, las instituciones
universitarias y culturales y los sindicatos del sector promuevan la formación de
personas competentes en este ámbito y ofrezcan una atención adecuada a los turistas.
Es importante por tanto llevar a cabo una labor persuasiva de educación en los valores
del turismo para que las personas, las comunidades y los bienes naturales y culturales
de los lugares de destinación turística sean salvaguardados. Solamente así el turismo
y el tiempo libre, como nuevos areópagos, llegarán a ser fuente de verdadero enriquecimiento
humano para todos, sin excluir a aquellos que por su origen natural o socio cultural
se encuentran en una condición de desventaja.
Su Santidad invita a todos los
que colaboran con la meritoria actividad de la Organización Mundial del Turismo a
un compromiso activo, cada uno en el ámbito de su propia competencia, para que el
turismo se viva como ocasión de enriquecimiento humano y espiritual. De este modo,
el turismo puede convertirse en otro recurso eficaz de auténtico enriquecimiento de
la humanidad; a través de él, en efecto, los hombres y las culturas se intercambian
los valores del conocimiento y del bienestar, de la justicia y de la libertad, de
la belleza y de la paz, que dan sentido pleno a la vida. El Santo Padre acompaña este
deseo asegurando un recuerdo particular en la oración mientras invoca sobre todos
la bendición de Dios. Uno con gusto mi saludo cordial y aprovecho la ocasión para
expresarle las seguridades de mi alta consideración y estima.