Benedicto XVI recuerda a todos los que han testimoniado con su sangre su fidelidad
a Cristo y en particular a la misionera sor Leonella Sgorbati, bárbaramente asesinada
en Mogadiscio
Sábado, 23 sep (RV).- Benedicto XVI ha recordado esta mañana a los numerosos sacerdotes,
religiosos y laicos que en el pasado y en la actualidad han testimoniado con su sangre
su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Y en particular el Papa ha rendido tributo a
sor Leonella Sgorbati, misionera de la Consolata bárbaramente asesinada en Mogadiscio,
quien se ha unido con su sacrificio al grupo de los heroicos testigos del Evangelio.
El
Santo Padre ha recibido esta mañana a los participantes en el Seminario de actualización
de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. En su discurso el Papa se
ha dirigido a quienes, como primeros responsables del anuncio evangélico, deben hacer
enormes esfuerzos para que todos tengan la posibilidad de acoger a Jesús. También
el Pontífice ha resaltado de forma especial la necesidad de evangelizar las culturas
y alimentar un diálogo sincero y abierto con todos, para construir una humanidad más
fraterna y solidaria.
“Sólo impulsados por el amor de Cristo, ha dicho Benedicto
XVI, es posible llevar a término esta fatiga apostólica que exige el ardor intrépido
de quien, por el Señor, no teme ni la persecución ni la muerte.
¿Cómo no recordar
los numerosos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que en siglos pasados y
en nuestros tiempos en los territorios de misión, han sellado con su sangre su fidelidad
a Cristo y a la Iglesia? Hace pocos días, al número de estos heroicos testigos del
Evangelio, se ha añadido el sacrificio de sor Leonella Sgorbati, misionera de la Consolata,
bárbaramente asesinada en Mogadiscio, Somalia. Este martirologio orna la historia
de la Iglesia y, a pesar del sufrimiento y la aprensión, mantiene vivo en nuestro
ánimo la confianza en un glorioso florecimiento de la fe cristiana, porque, como afirma
Tertulliano la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”.
En
este contexto el Papa ha retomado las palabras de Pablo VI en la Exhortación Apostólica
Evangelii nuntiandi, para subrayar que “el hombre contemporáneo escucha con más atención
a los testigos que a los maestros y si escucha a los maestros es porque también son
testigos”.
El Santo Padre ha mencionado también la importancia de ofrecer una
formación seria a los seminaristas y de mantener permanentemente actualizados a los
sacerdotes y los catequistas. “Esto exige –ha dicho Benedicto XVI- que estéis unidos
al rebaño..., que evitéis con firmeza y valentía las divisiones, especialmente cuando
se deben a motivos étnicos y socio-culturales. Éstas atentan a la unidad de la fe
y debilitan el anuncio y el testimonio del Evangelio de Cristo”.