Benedicto XVI bendice el nuevo órgano de la antigua capilla de Ratisbona y compara
la armonía musical con la comunión de la fe en la Iglesia, en la variedad de dones
y carismas
Miércoles, 13 sep (RV).- Esta mañana, Benedicto XVI ha bendecido el nuevo órgano de
la Basílica de la Antigua Capilla, de Ratisbona, de la que fue director su hermano,
monseñor Georg Ratzinger. A continuación se trasladó a la casa de su hermano para
almorzar con él y transcurrir esta tarde de forma estrictamente privada. En vísperas
de su regreso a Roma previsto para mañana a las 14.30, ambos rezarán juntos en el
cementerio de Ziegetzdorf, ante las tumbas donde están enterrados su hermana y sus
padres.
Pentling, el pueblito con unas cien personas residentes y donde vivía
el cardenal Ratzinger cuando daba clases en la universidad de Ratisbona, se extiende
sobre una superficie total de 32 kilómetros cuadrados con muchos bosques y zonas protegidas.
La parte más antigua de la alcaldía es el complejo Knittl-Wolf del año 1350 y con
casas de piedra, las más antiguas de la Baviera. Su casa la han arrglado, t los habitantes
del pueblo esperan su llegada con ansias, y se sienten orgullosos de decir que son
vecinos del Papa.
El único acto público ha sido la visita a la basílica de
Alte Kapelle (Antigua Capilla), un amplio templo del año 1.000 dedicado a la Virgen
María, donde el Pontífice bendijo el nuevo órgano y se cantó un Te Deum. Tras pronunciar
un breve discurso, Benedicto XVI se trasladó a la casa de su hermano, donde comieron
y estará el resto del día.
La visita de hoy fue estrictamente privada.
De regreso del cementerio, el Pontífice cenará con su hermano y a últimas horas de
la tarde se trasladará al seminario mayor de Ratisbona, donde se aloja. Antes de salir
del seminario mayor, tuvo una misa privada con su hermano y luego recibió en audiencias
privadas a parientes y amigos estrechos. Apenas se trasladó a la Basílica de la Antigua
Capilla, se detuvo a saludar a los fieles presentes.
En sus palabras con motivo
la bendición del nuevo órgano de la Basílica de la Antigua Capilla de Ratisbona, el
Papa reiteró que dejándonos transformar cada vez más en Cristo e irradiando su bondad
su misericordia y su amor seremos capaces de transformar también al mundo. Benedicto
XVI destacó la importancia de la música sacra en la Liturgia y comparó la armonía
musical con la comunión de la fe en la Iglesia, en la variedad de dones y carismas.